SOBRE NUESTRAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS

Por JOSÉ ANTONIO CARMONA GUILLÉN

SI ALGUIEN SE ENTRETIENE en analizar los datos que algunas (no todas) universidades públicas españolas facilitan en sus páginas Web, llegará de forma inmediata a preguntarse cómo es posible que nuestros graduados no sean los mejores del mundo. En efecto, tras observar el número de alumnos matriculados y el de profesores, en sus distintas categorías, se obtiene unas ratio por debajo de 15 alumnos por profesor. A simple vista o preguntando a los alumnos nos dirán que los grupos son de un número mucho más elevado. Entonces ¿dónde están todos esos profesores? Téngase presente que nos estamos refiriendo a catedráticos, profesores titulares y los denominados titulares de escuela universitaria (todos con la condición de funcionarios públicos aunque su oposición haya sido convocada no por el Ministerio sino por el Rector de cada Universidad) y que dejamos fuera de nuestro cómputo los profesores invitados o a los colaboradores.

Hubo un tiempo, no muy lejano, que las Cátedras estaban integradas por un catedrático y uno o varios adjuntos, todos nombrados tras la correspondiente oposición e integraban cuerpos de carácter nacional. Los catedráticos impartían las clases, normalmente tres por semana de una hora de duración. Los adjuntos solían asistir a las lecciones impartidas por el catedrático y, excepcionalmente, le sustituían en dicha función por una razón mayor. Los auxiliares (que no tenían condición de funcionarios sino que eran extraídos entre antiguos alumnos destacados o doctorandos) se encargaban de las llamadas clases prácticas y de vigilar en los exámenes. Así ocurría al menos en las Facultades no experimentales y que viví en mi etapa universitaria sin que, a pesar ello, estuviese libre de nuestras severas críticas. Las cátedras se correspondían con las materias regladas. Cuando se producía una vacante de catedrático se procedía a nombrar un “profesor encargado de cátedra� hasta la toma de posesión del nuevo catedrático que podía proceder por traslado de otra Universidad tras el correspondiente concurso de méritos o por haberla obtenido en la oposición que convocaba el Ministerio no el Rectorado. Esto les permitía pertenecer a un cuerpo de la Administración General del Estado.

Mayores son las ratio de personal administrativo y de servicio, los llamados PAS, y alumnos. En este caso la proporción oscila entre 16 y 37 alumnos por empleado.

Otra cuestión que salta inmediatamente es el coste de cada alumno. Aquí hemos seguido un método que, aunque pueda parecer rudimentario, nos parece esclarecedor. Hemos tomado el presupuesto de cada universidad y lo hemos dividido por el número de sus alumnos. Éstos son, o deben ser, el eje de nuestras universidades no la de aumentar o crear la nómina de los profesores sin dejar de reconocer su mérito y necesidad. Los datos facilitados en la misma fuente indicada anteriormente, nos proporciona una oscilación entre 6.251,62 y 11.770,92 euros por alumno. Es decir que si las universidades fuesen verdaderamente autónomas o suficientes las tasas académicas de sus alumnos deberían oscilar entre las cantidades mencionadas corregidas por otras fuentes de financiación, diferentes a las del Tesoro, cuando existan. Es evidente que las tasas satisfechas por los alumnos no alcanzan las ratio señaladas lo que equivale a decir que la diferencia entre las tasas y este coste es una beca que “obligatoriamente� abona el Estado a cada estudiante. Pero que el estudiante al no pertenecer a un grupo de menos de 15 alumnos no se beneficia, quien en realidad lo hace es ese profesor que no conocen. Por ello no es nada extraño que se les encuentren en protestas llamadas estudiantiles, que según ellos mismos lo hacen en su apoyo cuando cabría preguntarse si su presencia no se debe, más bien, a la defensa de su status quo. Si alguien duda de la veracidad de lo expuesto que observe la sección II del BOE desde principios de 2012 hasta la fecha y comprobará los numerosos catedráticos y profesores titulares que por Resolución de los Rectores han sido nombrados. No es posible que todas las bajas, ya sean por jubilación o defunción, lleguen a tal cantidad.

El número de profesores universitarios existe aunque no sea un dato que faciliten todas las universidades. Un cálculo estimativo, basado tanto en el número de centros como en el de profesores de las universidades que lo publican, sobrepasaría los cien mil profesores. ¿cuántos médicos tiene el Servicio Nacional de Salud? Los cuerpos de mayor prestigio en la Administración General del Estado como pueden ser Abogados del Estado, Administrador Civil, Economista del Estado, Carrera Diplomática, Inspectores de Hacienda,... oscilan alrededor de los mil miembros cada uno de ellos.

Otra aspecto que no hemos tocado, pero que está ahí, son los planes de estudio. ¿Existen? ¿Qué institución los elabora? Hay materias que, en mi vieja y criticada universidad, no llegaría a constituir un seminario o unas clases prácticas, pero ahora basta con calificarlas de “optativa� para otorgarles unos “créditos� con lo que se disminuye el valor del titulo y, de paso, realizan nombramientos de catedráticos o profesores titulares.

Pocos docentes actuales son referentes en la sociedad, los así considerados lo son entre ellos mismos y no siempre desde el punto de vista intelectual sino más bien administrativo. ¿Quién paseando por nuestras calles no recuerda aquellas placas en las consultas o bufetes que debajo del nombre señalaban que eran catedráticos? Hoy, cuando dichos catedráticos acuden a un consejo de administración o a una simple tertulia, lo primero que deben señalar es tal condición porque sus intervenciones, desgraciadamente, no lo demuestran.

En el cuadro adjunto se pueden observar, de forma aleatoria, los datos de algunas universidades.

Otros artículos:

• EUROPA Y FEMINISMO: UNA PROPUESTA
• BREVE REPASO POR LAS REPÚBLICAS ESPAÑOLAS
• ACCIONES QUE SE DEBEN CONOCER, RECORDAR Y CELEBRAR
• FALSOS DIPUTADOS A CORTES
• SANTIAGO, PATRÓN DE ESPAÑA
• REFLEXIONES POST-ELECTORALES
• EN LA AMPLIACIÓN DEL CANAL DE PANAMÃ�
• ¿LATINOAMÉRICA?
• NOTAS ELECTORALES PARA NO AFILIADOS (y III)
• NOTAS ELECTORALES PARA NO AFILIADOS, II