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EL QUIJOTE EN VERSO:PREPARANDO LA AVENTURA CON SANCHO PANZA

Por JOAQUÍN CUETO OTÍ

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“CON LA VENIA DE MIGUEL”

O EL QUIJOTE EN VERSO

POR JOAQUÍN CUETO OTÍ

 

Volvamos a los inicios, porque  antes de ir en busca de aventuras, es necesario preparar el viaje y dejarlo todo organizado antes de partir. (Siguiendo los consejos del Ventero, con quien se encontró la primera vez que salió solo y que a su vez le armó caballero, como D. Quijote deseaba).

 

PREPARANDO LA AVENTURA  CON SANCHO PANZA

D.Q.  ._ ¿A dónde fuiste mujer

que en la cocina no estás?

¡parienta de Satanás!

¡Aún me tienes sin comer!

y es tanto el hambre que tengo,

que apenas me sostengo

¡ni en pie me puedo tener!

Ama._ ¿Me estáis llamando, señor?

¡Preparado está el yantar,

para vos desayunar

cuando os parezca mejor!

D.Q. ._ Servidme, pues, ¡con premura!

porque me siento agotado,

y o como pronto un guisado,

o me veo en sepultura

ya difunto, sepultado.

Ama._ ¡Sois señor, exagerado!

Vos de hambre no morirá,

pues por siempre vivirá

comiendo o no tal guisado.

Jamás murió un caballero

con adarga, espada y lanza

aunque no pruebe pitanza,

ni tenga a mano el puchero

con ristras de la matanza.

D.Q. ._ Chacha menos precavida,

ni de ideas más vacía

que aquesta sirvienta mía,

¡jamás vi en mi luenga vida!

(Qué mujer más baldía

y al tiempo más obediente,

más honesta y más prudente

pues escucha mi homilía;

un día tras otro día

y conmigo es indulgente)

Mis alforjas llenarás

con ropa y con alimentos,

porque me esperan eventos

de los que pronto sabrás,

¡cuando canten otros vientos!

Pluma de oro contrastado,

para escribir necesito

a muy bello bomboncito

que en El Toboso he dejado.

Que Dulcinea se llama,

en todo el orbe es notorio

y aunque parezca ilusorio,

sueño en compartir su cama

jugándome honor y fama.

Si dicen que estoy demente

están diciendo verdad,

pues querer a una beldad

cual Dulcinea, prudente,

es perder toda la mente,

por incluso una Eternidad.

¡Acabad con mi locura

mi Dulcinea querida!

o acabaréis con mi vida,

doncella límpida y pura

¡como agua de un manantial!

Sois cual la flor del rosal

en renes de primavera,

y sois mujer tan señera

¡como una princesa real!

Ama._ Si lo que tiene su locura

fuera locura de amor,

pues cuando habla de su flor

habla con tanta dulzura,

que parece una criatura

trinando cual ruiseñor.

¡Dichosa tú, Dulcinea!

por tener tal pretendiente

que aunque enfermo de la mente,

el macho charlatenea

y como un tigre, ¡valiente!

D.Q. ._Cuidando de mi heredad

te dejo mientras cabalgo,

pues mañana mismo salgo

tras de un pícaro falaz,

provisto de antifaz

y al cinto un arma de fuego.

Ama._ ¡ Ay madre mía! ¡Qué miedo!

Un hombre con armamento

es cual hiena despiadada,

que viéndose acorralada,

deshace presta el entuerto

dejando al intruso muerto,

de una simple dentellada.

D.Q. ._¡No ha nacido ciudadano

que muerda al bravo Quijote!

ni nació quien lo derrote

si con espada en la mano,

le coge el tal monigote.

Narrador._ Piensa en su can, Don Quijote

y así mismo en Rocinante,

un jaco de escaso aguante

y muy estrecho cogote;

tan flaco se halla el rocín

que se parece a la quilla

de una pequeña barquilla,

o quizás de un bergantín.

Y en cuanto al citado can

es un cánido indolente,

que siempre vive pendiente

de que no le falte pan,

para  hincarle  presto el diente.

¿Estarán locos los tres

y ninguno estará cuerdo?

¿Se pondrán ambos de acuerdo

para vivir al revés,

con la cabeza en los pies

como haría cualquier lerdo?

(En el patio de la venta,

el pobrecito manchego

está escribiendo en un pliego,

órdenes a su sirvienta

para entregárselas luego)

D.Q. ._ De mi quinta, a su cuidado

te dejo, ¡sirvienta mía!

que al alba del nuevo día     

tengo hace tiempo pensado,

salir en pos de aventuras.

Defenderé a las criaturas

que precisen de mi ayuda,

y desde una pobre viuda

a una doncella violada,

con mi justiciera espada

¡castigaré al infractor!

Ama._ ¡Chiflado estáis, mi señor!

pues sintiéndoos valiente,

sois solamente un ratón

que merece compasión

¡como cualquiera demente!

D.Q. ._ De nuevo te recomiendo

que leas este papel,

pues rubricado va en él

lo que yo estuve escribiendo:

De mi hacienda, su guardián

te nombro en aqueste instante;

porque el Caballero  Andante,

Sancho Panza y nuestro can,

más el jaco Rocinante,

tras mil aventuras van.

Otro sí, también te ordeno:

que a mi querida sobrina

encierres en la cocina,

por si algún tunante obsceno

con sus virtudes termina.

Te confío una doncella

cuya límpida pureza,

es a mi juicio, certeza;

y quizás, otra cual ella

en este orbe no hallarás.

Y pues que avisada estás

como asimismo advertida,

te juro que con tu vida

si no cumples, ¡pagarás

la imprudencia cometida!

A Sancho Panza, mi criado

que ahora estará comiendo

y de buen porrón bebiendo,

le darás veraz recado

o más bien un recomiendo:

Dile que venga al momento

porque hablar con él preciso,

sin hacer mínimo inciso.

Ama._ (Pues si urgente es el evento,

en este instante le llamo)

¡Sancho, os necesita el amo!

S.P. ._ ¿A qué se debe la prisa?

Ama._ ¡Es que el amo le precisa,

pues quiere darle un recado

y le urge darlo al momento!

S.P. ._ (Voy corriendo como el viento

cuando sopla huracanado)

¡Ya estoy presto, mi Señor

para lo que ordene usted!

¡Mándeme pues, su merced

que servirle es un honor!

D.Q. ._ Enjaeza a Rocinante

con los mejores arneses

que en el establo tuvieses,

porque un caballero andante

debe ser muy presumido

y apuesto como marido.

Una, tengo hoy en mi mente

que remuerde mi conciencia

y a Dios le pido paciencia

sabedor de que es clemente,

para lograr su querencia.

S.P. ._ ¡Señor, la conseguiréis

y lograréis su querer!

¡Jamás hallaréis mujer

aunque tenaz lo intentéis,

más noble y de mejor ver!

Ser su criado me enaltece,

porque lo soy de un Señor

que sólo por su valor

ser Rey de España, merece.

D.Q. ._No me servirás cual criado,

sino como fiel gerente

porque tú eres buena gente,

¡mi Sancho Panza adorado!

y tenerte por sirviente,

no es, a mi ver, adecuado.

Me siento muy agraviado

por un mandatario injusto

y quiero rajarle el busto

con un cuchillo afilado.

De ínsula gobernador

gran Sancho te nombraré,

y de rodillas pondré

al hoy mandante traidor;

demostrándole el valor

que de siempre blasoné.

No mentes a tu mujer,

que con Don Quijote vas

porque ya la escribirás,

cuando subas al poder

pues subirás (a mi ver),

mañana mismo, quizás.

¿Aparejaste el jamelgo

y diste pienso abundante

de lo que guardado tengo?

S.P. ._Pienso, le di lo bastante

y de cepillarle vengo,

noble, ¡Caballero Andante!

Aparejado y con brida,

vuestro caballo tenéis

tal como mandado habéis

y si me pedís la vida

¡a vuestros pies la tendréis!

D.Q. ._ Que nos pongan de yantar,

viandas hasta que saciemos,

porque a la vuelta tenemos

largo camino que andar,

y tras tanto caminar

grande apetito tendremos:

De buen tasajo, una arroba,

dos perniles de tocino,

un par de azumbres de vino,

un estropajo, una escoba,

de hogazas, una docena…

Y ya con la panza llena,

¡que viva la sopa boba!

S.P. ._Con tanto pan y tasajo,

vino tinto a discreción,

tocino rancio, jamón

y muy escaso trabajo,

¡voy a engordar como un chon!

D.Q. ._ Sea en aquesta alacena

o en aquella estantería,

a buen recaudo tenía

una espada noble y buena,

la ya difunta mi tía.

Con tal daga velaré

las armas de caballero,

y ya veladas espero

que pronta ocasión tendré

de reñir, ¡cual buen guerrero!

Que jamás un caballero

riñó, sin antes velar

y su espada preparar,

con el más ingente esmero

para con ella ¡matar!

Y por si el sueño traidor

me hiciera una ruin trastada,

olvidaré la almohada

y justo antes del albor

estaré junto a mi espada.

S.P. ._ Con la barriga vacía

ni se duerme ni se asela,

y pasar la noche en vela

pásela su señoría;

nunca jamás Sancho Panza,

que sin degustar garbanza

es cual asno sin cebada.

D.Q. ._¡Sancho! has dicho una bobada

idéntica a ¡necia chanza!

 ¡Está bien, buen Sancho Panza!

Ya puedes irte a dormir,

pues mañana hemos de ir

juntos hacia lontananza,

a conquistar o ¡a morir!

Narrador._ D. Quijote piensa:

¡Dulcinea de mi vida!

Otra aventura me espera.

y cuando vuelva quisiera

que me des la bienvenida,

¡pidiéndome que te quiera!

Otro agravio a desfacer,

quizá otra mujer burlada

por un alma malhadada,

idéntica a un mercader.

Mas te juro Dulcinea,

que a esa mujer vengaré

y al villano enterraré,

donde nadie más lo vea.

Venid a mi vera, ¡espada!

porque tendréis que rajar

mañana sin más tardar,

a una persona malvada

que de forma despiadada,

humilló a honrada señora

al despuntar de la aurora.

A DESFACER ENTUERTOS

D.Q. ._ Soy desde ayer, muy noble caballero

y así mismo desfacedor de entuertos.

Estocaré a vivos, nunca a muertos,

y en conquistas, siempre seré el primero.

Con los yantares, me mostraré austero;

mis errores, se tornarán aciertos

y llevaré mis ojos bien abiertos,

para librarme del falaz ratero.

A estocadas defenderé doncellas

a menester, viudas o desposadas;

sean adefesios o sean bellas.

Y reñiré en tabernas o posadas

aunque procurando evitar querellas,

que entre caballeros son mal miradas.

S. P. ._ Mi señor, ¡ no es caballero!

que aunque las armas veló

en ermita, aún no juró

ante la curia o el clero,

y os tomarán por cuatrero

que pobres reses robó.

D.Q. ._ ¡Ave eres de mal agüero,

Sancho de la villanía!

Lo tuyo es alevosía

de falsario cicatero,

pues tratas a un caballero

como si un ladrón sería.

A quien de loco me tache,

le diré que loco está

y en su frenesí verá

un profundo y negro bache,

o especie de cambalache

en que a nadie engañará.

¡Por cada cuerdo viandante,

diez locos van al volante!

S.P. ._ Que de locos está lleno

solamente el manicomio,

es un falso testimonio

y yo diría que obsceno. 

¡Ay cuantos cuerdos son cieno,

en este mundo alocado!

Nadie aquí está perturbado,

aunque alguno se asemeje

a especie de mequetrefe

del alero trastornado.

Hasta vos ¡Quijote amado!

que está bien cuerdo, parece.

D.Q. ._ ¿Es que dudas Sancho Panza,

de si soy cuerdo o demente?

¡Ay que estrecho eres de mente!

pues pesados en la balanza

en lo a locos referente,

tu peso es, ¡mísera chanza!

S.P. ._¡Alto ahí, noble caballero!

No insulte a vuestro lacayo,

que si cuento, cuanto callo,

¡vos me pone en candelero!

D.Q. ._¡Perdón! honorable arriero

por mi imperdonable fallo.

Mas que criado, sois mi amigo,

mi más  noble consejero

y el hombre a quien yo más quiero.

S.P. ._¡ Que el cielo sea testigo,

del perdón que le sugiero!

y que es pedir muy sincero.

¡Perdonad mi atrevimiento,

por dudar de mi Señor!

Me porté como un jumento,

paciendo una coliflor.

D.Q. ._¡Mis arneses, Sancho amigo!

Ponme la espada en la mano,

por si hubiese algún villano

dispuesto a reñir conmigo.

S.P. ._ ¡Complacerle es más placer

que besar a una mujer!

Tomad al pronto esta espada,

bendecida hace un instante

y ahí tenéis a Rocinante

con la montura ensillada,

dispuesto a la cabalgada

que le pongan por delante.

D.Q. ._ ¡Eres  Sancho, servicial

como un perro lazarillo

y eres humilde y sencillo

como un modesto zagal!

S.P. ._ ¡Vos Señor, sois muy cabal

y yo un humilde chiquillo!

Es merced que le agradezco,

porque aun siendo vuestro criado

como hijo me habéis  tratado.

Para cual guste, me ofrezco

y gustoso le obedezco

mi Don Quijote adorado.

D.Q. ._ ¡Al galope! buen caballo,

en pos de noble aventura

y abrid otra sepultura,

por si atrevido vasallo

se atraviesa en mi camino,

y ¡la muerte es su destino!

S.P. ._ ¡Galopad, mi buen Quijote!

y sin más, ennobleceros,

para que otros caballeros

merecedores de azote,

los asuste vuestro mote

y respeten vuestros fueros.

Que vaya con vos el perro

corriendo tras Rocinante,

mientras yo (pobre viandante)

la tal comitiva cierro,

cabalgando en un jumento

que como asno, es un portento.

D.Q. ._¡ Haced de valor alarde

antes de que sea tarde

y no quede ruin soldado!

Son auténticos gigantes

y los tengo que vencer,

hacerlos retroceder

como enanitos infantes

y cuando huyan, vegonzantes,

tras ellos pienso correr.

S.P. ._ ¿Gigantes, decís que veis?

¡Son molinos, mi Señor!

molinos de trigo… 

Narrador._ Cinco insensatos salieron

del Toboso una mañana.

Repicaba la campana,

cuando la empresa emprendieron;

mas pocos los despidieron

porque era hora muy temprana.

Son cinco y no me equivoco:

Sancho Panza y su jumento,

un galgo flaco y hambriento

que parece un zorromoco,

un jaco y un pobre loco

a mi ver, de nacimiento.

El gordinflón Sancho Panza,

en ruin burro va montado;

come como un condenado

que ha perdido la esperanza,

y cuenta más de una chanza

cuando su panza ha llenado.

Don Quijote es un chalado,

más loco que una caprina.

Cuando la tarde termina,

dice que el día, ha empezado;

y cuando el alba ha llegado,

que la noche se avecina.

Más fortuna tienen, el can

y el asno de Sancho Panza,

porque a ambos sobra pitanza:

el perro, un cacho de pan

y el jumento que es un truhán,

siempre hallan alguna chanza.

Dichos cinco no se quejan

por nieve ni por granizo,

duermen en cualquier chamizo

y a veces huelen que apestan,

porque apenas se han lavado

ni detergente han comprado.

Don Quijote, a media noche

despierta sobresaltado:

D.Q. ._ ¡Sancho querido!, ¡he soñado

con un fausto carricoche!

S.P. ._ ¡Pues su sueño es un derroche,

digo yo, Quijote amado!

Más grave es lo que soñé

yo la pasada noche:

soñé que usted se murió,

y que al pronto lo enterré

en un hoyo que cavé,

adonde nadie me vio.

Desperté malhumorado,

creyendo que estabais  muerto

y soterrado en un huerto,

a cal y canto cerrado.

Mas aquel sueño malvado,

por fortuna, ¡no fue cierto!

D.Q. ._ Tu sueño me hace sonreír,

pues jamás un caballero

valeroso cual guerrero,

pudo en ruin cama dormir,

sin antes a espada herir

a un infame majadero.

Continuará

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