DONDE SE PROSIGUEN LOS INNUMERABLES TRABAJOS QUE D. QUIJOTE Y SANCHO PASARON EN LA VENTA QUE, POR SU MAL, PENSÓ QUE ERA CASTILLO (XV)
Por JOAQUÍN CUETO OTÍ
DONDE SE PROSIGUEN LOS INNUMERABLES TRABAJOS QUE D. QUIJOTE Y SANCHO PASARON EN LA VENTA QUE, POR SU MAL, PENSÓ QUE ERA CASTILLO (XV)
“CON LA VENIA DE MIGUEL”
O (EL QUIJOTE EN VERSO)
Por Joaquín Cueto Otí
DONDE SE PROSIGUEN LOS TRABAJOS QUE D. QUIJOTE Y SANCHO PASARON EN LA VENTA QUE, POR SU MAL, PENSÓ QUE ERA UN CASTILLO
Narrador._ Al día siguiente, Sancho pensaba que todos los diablos habían estado con él, durante la noche y D. Quijote, que el castillo estaba encantado. Antes, sucedió que la Maritornes, ladina, quiso continuar la inquina y le dijo a su ama:
Maritornes._ Si para Vos, no es afrenta,
yo misma curaré al criado,
que es mulero consumado
y buenas historias cuenta.
Ventera._ Curadle, mas ¡con cuidado!
No sea que al resobarle,
sus pasiones, azuzarle
hagáis al Sancho citado
y se vuelva tan taimado,
¡que no podáis sujetarle!
Maritornes._ No dudéis de mí, señora,
que soy tan honrada y pura,
como lo es una escultura;
y no voy a pecar ahora,
con ese Sancho, que implora
¡por favor!, una diablura.
Narrador._ Prisa tiene, en ser amada
la Maritornes del cuento
y haciendo un primer intento,
a Sancho le acariciaba;
Se rezaga el antedicho,
pues suculento guisado
olió en el cuarto de al lado,
y antes que nada, era el “chicho”
Maritornes._ <<Jamás vi mejor galán,
ni más loable ocasión
para dar satisfacción,
a mí ya ¡insaciable afán!
Y no es cometer desmán,
darle rienda a la pasión,
en este humilde rincón,
yaciendo con ¡un gañán!>>
S.P. ._ Antes de soltar la brida
a caballo desbocado,
cenemos frugal bocado,
y ya, con la panza henchida
de yantar y de bebida,
verás que no soy capado
ni cual capón, apocado
ante cama bien mullida
Narrador._ Maritornes, no logró
al hambriento convencer,
y antes del amor hacer,
Sancho, abundante cenó:
Chuletas de recental
que apenas le brota lana,
panceta de una marrana
y una hogaza de a quintal.
S.P. ._ Para mojar mi gaznate
acércame el garrafón;
y también un gran copón,
antes de que el gallo cante.
Maritornes._ ¡Sancho mío! Me impaciento
y me canso de esperar;
Después de tanto tragar,
te quedarás somnoliento
y no querrás currelar.
Narrador._ Difícil se le ponía
a Maritornes yacer,
como podéis suponer
que pensaba tal harpía,
con quien acordado había
poco antes de anochecer.
Maritornes._ << ¡Cuánto estorbo, cuánta gente
impide al arriero querer!
Mas soy tan terca mujer,
tan arriesgada y valiente,
que ni un ejército enfrente
me haría retroceder.
Mi palabra tengo dada
a tan apuesto galán
y aunque es un pobre patán,
también yo, soy sólo criada
y preciso ser amada
por ese pillo don Juan>>.
Narrador._ ¡Grande silencio en la venta!
Todos duermen sin cuidado,
Ya estaba Sancho bizmado
¡y también su cenicienta!
¡No duermen, soñando están!
Maritornes “la asturiana”
servicial y casquivana,
con el arriero que es un truhán.
arriero._ << ¡Maritornes! ¿Do estará,
si apenas anochecido
afirmó yacer conmigo
y conmigo, aún no está?>>
Maritornes._ <<El mulero está impaciente
pues mi palabra le di
y tal palabra incumplí,
algo que es poco decente;
aún no se apagó la luz,
ni los venteros se duermen.
Malos presagios se ciernen
y se acrecienta mi cruz.>>
Arriero._ <<Si ella no viene, iré yo
que bien conozco el pasillo,
no piense que soy pardillo,
que nunca a mujer amó.
De cobardes, nadie habló,
mas si parlaron del pillo:
“No me tilden de chiquillo
que jamás rosca probó”>>.
Narrador._ Un algo venía andando
y con sigilo pisando
que mal, apenas era oído.
Era la criada asturiana
casi descalza y en camisa,
y venía de tal guisa,
la gordita casquivana
porque le urgía gran prisa
echar al aire una cana.
Con astucia de raposa
cruzó la criada el pasillo.
Con sigilo abrió el pestillo
y se quitó el falso embozo
que se puso, precavida
por si algún testigo oculto,
descubriera el gordo bulto
y a palos le habrían molido.
Con atención, escuchó
los pasos de una mujer
que a Don Quijote iba a ver
y el mulero se escamó:
Arriero._ <<¿Adónde irá esa lagarta
que con tal sigilo va?
¡A ligar, seguro irá,
que del Señor, no se aparta!
y hasta que no esté bien harta
del tal no se apartará>>.
Narrador._ Don Quijote soñaba,
que en un castillo dormía
con una condesa harpía
y que aquesta le besaba,
le decía que le amaba
y que mucho le quería:
Doncella._ <<¡Mi Don Quijote! ¡Te quiero
desde el día que nací!
¡Tanto amor siento por ti,
que sin tu querer me muero!
porque es amor verdadero,
y no un fugaz frenesí.
De mi castillo, serás
el primer gobernador
y mostrarás tu valor,
si algún tirano quizás,
nos ataca por detrás
cual hiciera un vil traidor>>.
Narrador._ ¿Sueño era, o realidad?
Era que el Señor soñaba
y al mismo tiempo gozaba
creyendo que era verdad
¡lo que el sueño deparaba!
D.Q. ._<< Debo ser muy importante,
muy gentil, debo de ser
porque no hay bella mujer;
sea rica o mendicante,
que no me ofrezca querer>>:
Doncella._ <<Mis padres han consentido
que con Vos, venga a yacer;
me regalan tal placer,
y de yo yacer contigo,
a Dios he prometido
que seré honrada mujer>>.
S.P. ._ <<¡Mi vivencia pongo en suerte,
que no veja Don Quijote!
A la lagarta un azote
y acto seguido ¡la muerte!
pues mi Señor es honrado
y compromiso ha pactado,
¡con una mujer decente!>>
Ventera._ << Dale sueltas al amor,
¡mi Don Quijote adorado!
que si jamón no has probado
por conservar el honor,
o por faltarte valor,
eres un buey descornado
y muy poco pacedor>>.
Narrador._ (Don Quijote soñaba en voz alta y Sancho Panza le escuchaba):
D.Q. ._ De Dulcinea, el honor,
hasta morir guardaré
y aunque nunca asesiné,
tampoco fui ruin traidor.
S.P. ._ ¡Don Quijote, mi Señor!
Con mis manos mataré
y al infierno mandaré
a quien rompa tal amor.
No hagáis nunca, mi Señor,
lo que avergonzaros pueda,
porque rancio poso queda
donde se bebe licor
y mancha al nítido amor
cual cieno, que a mies anega.
Si Dulcinea supiera
que vivimos lance tal,
con afilado puñal,
cual si enloquecida fiera
nos daba una puñalada,
nuestra sangre pisaría
y a entrambos sepultaría,
tras darnos una patada.
D.Q. ._ Antes prefiero morir
que a mi querer humillar
y no quiero perjurar,
pero de hacerla sufrir,
prometo a una cárcel ir
para mi desliz penar.
Mi Dulcinea, ¡perdón!
¡porque soy un insensato!
Yo te juro que me mato,
de tajo en el corazón
si me porto como un bribón,
villano, falaz e ingrato.
<<¡Oigo ruidos en la alcoba
donde duerme mi escudero!
¿Estará con una “loba”
que por vicio o por dinero,
está fornicando con él?
¿Mi escudero será infiel,
cual gallo en un gallinero?
¡Con Maritornes yaciendo,
está mi infame criado!
¡Le estoy viendo condenado
y en los infiernos ardiendo!
Iré hasta su habitación,
y si le hallo encaramado
cometiendo un pecado,
le ¡rajaré el corazón!>>
Narrador._ Cual Quijote presentía,
su Sancho estaba acostado
en la habitación de al lado
y con la furcia yacía.
¡Qué berrinche y qué disgusto,
se llevó el buen Don Quijote!
Al punto, cogió un garrote
y lo lanzó sobre el busto
de aquel escudero injusto,
quien recibió dicho azote
al mismo tiempo que un susto.
S.P. ._ ¡Señor, os equivocáis!
Yo no cometí delito
y por lo mismo, repito
no ser lo que Vos pensáis:
La furcia asturiana vino
con un pernil de tocino,
para que Vos lo comáis.
D.Q. ._ ¿Tal lagarta se metió
en tu cama por error?
S.P. ._ ¡Fue equivoco, si Señor,
y eso lo rubrico yo!
D.Q. ._ Ignoro si estás mintiendo,
o diciendo la verdad:
Quizá fue casualidad
y yo me estoy confundiendo
al dudar de tu honradez.
S.P. ._ Pues no dudéis de mi prez,
¡que honorable sigo siendo!
D.Q. ._ Váyase dama, durmiendo;
no coja usted pulmonía,
que la noche está muy fría
y puede acabar muriendo,
sin llegar a un nuevo día.
Maritornes._ << Como se quede dormido,
al camastro volveré,
pues su consejo olvidé
y ¡dichoso tal olvido!
Mi Sancho Panza querido,
sigue teniendo en mí, fe.
¡Don Quijote, está roncando!
Ya no tengo impedimento
y en este mismo momento,
mientras está dormitando,
con Sancho Panza rezando
estaré yo, en su aposento>>.
S.P. ._ Dormid sin pausa, patrón,
porque dormir es salud
y ya apagada la luz,
“calva ponen la ocasión”
En aquesta habitación,
tú, ráscame la testuz
y haces “¡fuu!”, cual Micifuz
hace ante grande ratón.
¡Maritornes: prenda mía!
Hasta que apunte el albor,
sin el mínimo temor
a que te tilden de harpía,
¡dale a mi torso calor!
Narrador._ En su loco desvarío
ni durmieron ni aselaron:
Entrambos dos, se abrazaron
para combatir el frío
y sin decir “pa” ni pío,
con los ángeles soñaron.
Maritornes._ Quien piense que esto es locura,
por verdad no lo tolero;
siempre hice y hago, cuánto quiero
que no soy lechal criatura
de pañales y babero.
S.P. ._ Si aquesto es una locura,
poco me importa estar loco;
y no me importa tampoco
que me riña un probo cura,
por yacer con la asturiana,
aunque sea casquivana
o furcia mujer impura.
Ventera._ <<Si Maritornes, mi criada,
yace con el escudero,
con el noble caballero
y en camastro tumbada,
puedo estar arrebujada,
diciéndole que le quiero.
¡Al diablo con el honor!
y con los torcidos cuernos:
Prefiero unos besos tiernos
y un poco más de calor,
que ser mujer honorable
junto a un necio miserable,
con un suspenso en amor>>.
Narrador._ (duerme el dueño de la venta)
quien no duerme es su mujer
que va en busca de placer,
aunque al marido, la afrenta
le convierta en Cenicienta,
con cuernos que retorcer.
De puntillas va pisando,
sin golpear la tarima,
cual si fuera una gallina
que en su nido está gorando.
Y así, a la chita callando
al caballero se arrima:
Ventera._ Sois muy noble caballero
de entuertos desfacedor
y espadachín con valor
comparable a un toro fiero.
¡Es tanto lo que te quiero,
que me muero sin tu amor!
Me juego vida y honor,
por con Vuecencia yacer;
mas soy cachonda mujer
y preciso de tu amor,
cual necesita una flor,
agua para florecer.
¡Don Quijote de mi vida,
dueño de mi corazón!
No cercenes mi ilusión,
quizá un tanto atrevida
porque vengo decidida,
a aprovechar la ocasión
más esperada en mi vida.
Narrador._ Se tumbó junto a su amor
que somnoliento roncaba,
mas los ronquidos que daba,
eran llantos de dolor,
porque soñaba el Señor
que Dulcinea lloraba.
Y Dulcinea, desnuda,
de un rebaño, en la mitad,
pidiéndole a Dios piedad;
pues precisaba de ayuda
y limpia y planchada muda,
para cubrir su beldad.
D.Q. ._ ¿Desnuda mi Dulcinea,
enseñando su esqueleto?
¡Yo no debo estarme quieto!
¡Permitidme que la vea!
antes de que el vulgo crea
que ella es furcia, y yo ¡un paleto!
Ventera._ ¡Tiene tos, fiebre y delira!
según puedo comprobar.
<<Le tendré que consolar,
y si curioso me mira
y de la cama me tira,
es que no quiere jugar>>.
Narrador._ Arrimose la ventera
al valiente caballero
y le susurró: “te quiero”
y mucho más te quisiera,
si en tu corazón hubiera
por mí, un amor verdadero.
D.Q. ._ ¿Qué hacéis, furcia ventera,
yaciendo con un Señor
que presume de su honor
y para casarse espera,
que concluya esta quimera?
¡Hable pronto, por favor!
Ventera._ He venido a confortarle,
porque en la calle, se dice,
que la dama a quien bendice;
está muy lejos de amarle
y hasta piensa repudiarle,
cuando usted allí aterrice.
Desnuda entre los cabreros
está tamaña lagarta
porque dice, que ya está harta,
de nobles y caballeros.
Que es pecadora, es cierto,
pues sus vergüenzas enseña,
y cual si furcia, se empeña
en llevar hombres al “huerto”
para darles frotaciones
debajo de los riñones.
Conque, ¡amadme, buen Señor!
a la lagarta olvidar,
y por su honor, repudiar
a quien pareciendo flor,
es un diablo sin honor,
que a Vos quiere avergonzar.
D.Q. ._ No se escandalice Vos,
admirando la hermosura
de aquesta bella criatura,
creación de nuestro Dios;
sigamos tras ella en pos,
porque es inocencia pura.
Cuántas hoy, no se desnudan
y van del todo vestidas,
pero son zorras corridas,
canosas ratas que inundan
las cloacas ¡corrompidas!
¡La paz, no hace a la querella,
ni el ropaje a la mujer!
Una dama puede ser,
desnuda, gentil doncella;
y lagarta, ser aquella
que tapada, es de alquiler.
VERSOS A DULCINEA:
Apruebo tu inocente desnudez
sin reparo alguno, mi Dulcinea.
No se desnuda la mujer que es fea
por no enseñar su oronda redondez
y su rechoncho trasero, ¡pardiez!
que con ingente torpeza menea.
¡Gentil Dulcinea! Sois ninfa pura
moldeada en oro por El Señor
para emular a la más bella flor
y otrosí, a la más bonita criatura
porque tener tu garbo y donosura
tan sólo puede tenerla el candor.
Desnuda, amada mía, ¡sois belleza!
reina en palacio, parecéis vestida;
sugiero al Santo Cielo que bendiga
a quien tiene tratamiento de Alteza
y día y noche, por Quijote reza
de rodillas, pidiendo por su vida.
Flor, por la mañanil brisa azotada
cual si fuera frágil hoja otoñal;
rosa, la más bonita del rosal
por princesas reales envidiada.
Vos, siempre por Don Quijote adorada,
cual reina que eres, reina en pedestal.
Cauto pajarillo, al amanecer
trinando coplas al albor.
Laboriosa abeja, libando en flor
para dulcísima miel hacer.
Sólo me quita el sueño una mujer,
y dicha mujer, eres tú, ¡mi amor!
Sois princesa de El Toboso,
tu muy querida ciudad.
Os ruego por caridad,
que me aceptéis por esposo,
pues ni vivo, ni reposo
¡sufriendo en mi soledad!
Ventera._ ¡Sois cobarde semental!
pues repudiáis a mujer,
que ofreciéndoos placer
en noche primaveral,
os portáis cual recental,
que sólo piensa en ¡pacer!
Presumís de espadachín
cuya espada es invencible,
pero ya estáis inservible
para tan laudable fin;
sois un humilde arlequín
y parlanchín, poco creíble.
D.Q. ._¡Por respeto a Dulcinea,
sabéis que me he contenido!
Diestro bailador he sido,
mas nunca bailé con fea,
ni con quien lagarta sea
relacionarme he querido.
Volved con vuestro marido,
que quizá esté soñando
con quien, hoy le está humillando,
pues la vergüenza ha perdido.
Vos ventera, sois basura,
o mejor, ¡mujer impura!
Ventera._ Por escupirme en la faz,
con una coz te respondo
y dando un giro en redondo,
me quitaré el antifaz
y hasta me siento capaz,
de ponerte bien ¡cachondo!
Dulcinea es tu querer,
mas es querer traicionero.
Desnuda de cuerpo entero
se deja en el monte ver,
cual prostituta mujer
que enseña pluma y plumero.
D.Q. ._ Sueños fueron de un demente
con fiebre de treinta y nueve,
que a rebatirlo se atreve,
diciéndole, que usted ¡miente!
Sembrasteis mala simiente,
y en vuestras fincas, no llueve.
Conmigo hiciste, yacer,
sin llegar a consumar,
ni saber de mi besar;
lagarta e infame mujer,
de placeres, mercader,
y de tretas inventar.
Ni de Ginebra la reina,
ni su dama Quintañona
que tesoros amontona,
mis nobles cabellos peina
ni domeña mi persona.
Narrador._ La ventera, se ofuscó
al verse tan humillada
y le dio tal bofetada,
a quien su amor le negó
que aqueste se enfureció
y zurrió a la antes mentada.
mas la dicha, enloquecida,
feroz, le dio una patada
en su nariz descarnada;
casi acaba con la vida
del demente Don Quijote
que a mi ver, es justo mote.
Tras corta noche de amor,
Sancho Panza dormitaba,
la Maritornes roncaba,
y ya próximo al albor
aúlla el galgo corredor
y a la luna llena aullaba.
Y relincha Rocinante
mientras rebuzna el jumento;
sopla huracanado viento
y el ventero, tan campante,
pregunta por la tunante,
que con otro está yaciendo.
Con un garrote, el ventero
se dirige hacia el tumulto.
No quiere escurrir el bulto
ni ser cobarde ratero
y de un bofetón certero,
quiere vengar tal insulto.
Garrotazo al caballero
y un sopapo a la mujer
que cuernos quiso poner
al honorable ventero
y respecto al escudero,
un coscorrón y ¡a correr!
Ventero._ A ti, mi sirvienta infiel,
la calentura te quito
con algo que aquí recito:
Te pondré negra la piel
y en el cuello un cascabel,
que retingle cual un pito.
Idéntico a una batalla
entre dos bandas rivales:
Ni en los mismos carnavales,
donde ni el mudo se calla,
más grande trifulca se halla
que en aquestos andurriales.
Narrador._ La asturiana, sin vestirse
y azarada la ventera
que ha ejercido de ramera,
piensan que de descubrirse
al infierno pueden irse,
cantando una petenera.
S.P. ._ ¡Huyamos de aquí, Señor!
si queremos seguir vivos,
porque éstos son vengativos
y verlos me da ¡terror!
D.Q. ._ ¡Antes que pierdo el honor,
rajo en dos a estos bandidos!
Ni un batallón me aterrece,
ni correr, me hace un león;
pues sólo con un bastón,
tu Don Quijote se crece
y ajusticia a doce o trece,
o si se tercia, ¡un millón!
Esto, es un entuerto más
que tengo que desfacer:
Si jamás pude perder,
ni me vencieron jamás,
tampoco hoy doy paso atrás
ni pienso retroceder.
S.P. ._ Prefiero ser un cobarde,
y conservar el pellejo
hasta morirme de viejo,
que recordarme algo tarde,
de que hice valiente alarde
y fui difunto conejo.
Narrador._ No les dio tiempo a escapar,
pues la aguerrida ventera
con navaja cabritera
e intenciones de matar,
dio puñalada certera
a quien vimos cabalgar.
Salió sangre a borbotones
del cuello de Don Quijote,
mientras con duro garrote
el ventero y Maritornes
para quedarse conformes,
parten a Sancho el cogote.
Nunca vieron más cercana
nuestros jinetes la muerte;
Don Quijote yace inerte
a dos metros de la cama
y sangre, su criado mana
por la nariz y por la frente.
Se oye un lamento estridente
adentro de la habitación,
a Sancho han hecho un chichón
y sintiéndose doliente,
llora tétrica canción.
Da relinchos Rocinante
y aúlla el galgo corredor:
“¿Qué será de mi Señor
(alias caballero andante)
y asimismo del tunante
Don Sancho, su servidor?”
Entre la vida y la muerte,
se santiguan ambos dos.
D.Q. ._ Demos dádivas a Dios
porque una vez más, la suerte
sobre nos, El Señor vierte.
¡Vayamos tras Él, en pos!
Entuerto desfecho ofrezco
a mi amada Dulcinea.
Tan pronto como la vea,
si a mi sentir obedezco
le parlaré que aborrezco
esta vida triste y fea.
<<Quiero casarme contigo
para darte mi querer,
pues temo perder tu ser
si algún traidor enemigo,
enamorado perdido,
quiere hacerte su mujer.
¡Al diablo con Rocinante,
Sancho Panza y su jumento,
los abades del convento
y las picias del Andante!
¡adiós vivir trashumante,
y ser barco a barlovento!
Narrador._ De dicha venta expulsados
por el burlado ventero,
transitan por ruin sendero
doloridos y apenados,
pues fueron apaleados
como el burro del arriero.
Sancho panza se lamenta
con quejidos lastimeros:
S.P. ._ Siempre fuimos los primeros,
jamás sufrimos afrenta
mas esta noche en la venta
fuimos “canes ratoneros”.
Debo tener algún hueso
maltrecho y resquebrajado,
pues tan fuerte me han pegado
estando en la venta preso,
que caro he pagado el beso
que a Maritornes he dado.
El cuerpo me está doliendo
y no lloro por vergüenza.
Gracias a la Providencia
que me viene protegiendo,
aún continúo viviendo
y sirviendo a su excelencia.
D.Q. ._ ¡Callaos, gran pecador!
A mí, jamás me vencieron,
pues aquellos que no huyeron
como huye quizá el traidor,
supieron de mi valor
y por mi espada murieron.
¡Sancho! ¡Que sueño he tenido
y que falaz pesadilla!
Aún me duele y me mancilla,
pues barrunté, que marido
era de bella chiquilla.
S. P. ._ ¡Don Quijote! ¿qué decís?
Sólo un loco piensa igual,
¡pero nunca un caporal!
¿No será que me mentís,
o que no estáis hoy cabal?
D.Q. ._ ¡Mi querido Sancho Panza!
Por fortuna, sueño ha sido
y no un real sucedido.
En verdad ha sido chanza
lo que escudero, habéis oído.
S.P. ._ Pues seguís comprometido
y con una hembra muy bella
que Dulcinea se llama
y de usted Señor, reclama
que siga tras de su huella
amándola, ¡cual ella le ama!
Narrador._ Pensando en tal disparate
y con Sancho platicando,
poco a poco, confesando
va el citado caminante,
contándole a Rocinante,
lo que ayer sufrió ¡soñando!
Continuará…