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PANTANO DEL EBO: CONSECUENCIAS DE UNA GRAN INJUSTICIA/1

Por JOSÉ RAMÓN SAIZ

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RESÚMEN

- Los municipios de Campóo de Yuso y Las Rozas fueron los más afectados con la pérdida de muchos pueblos anegados por las aguas, desapareciendo sus casas, tradiciones, la iglesia en la que muchos fueron bautizados y el cementerio de los antepasados.

- Las expropiaciones se pagaron mal y tarde, con la consiguiente depreciación por el paso del tiempo. Ahora que por el agua del Ebro todos claman solidaridad, ¿la habrá, por fin, para los que fueron expulsados a la fuerza de su hábitat?.

EL ARTÍCULO. CUANDO SE VAN A CONMEMORAR 70 AÑOS DEL EMBALSALMIENTO DE LAS AGUAS DEL EBRO EN EL PANTANO, HOMENAJEAMOS CON ESTE ARTÍCULO A CUANTOS SOPORTARON LA INJUSTICIA DE EXPROPIACIONES A PRECIO DE SALDO Y A TODOS LOS QUE ENTREGARON SU VIDA CON UN TRABAJO DURO Y SACRIFICADO.


A la hora de analizar la distribución de nuestras aguas a distintas cuencas - especialmente las del río Ebro, "cuyas fuentes de nacimiento están en el país de los Cántabros" escribieron hace veinte siglos Estrabón, Ptolomeo y Plinio el Viejo -, no está de más que reclamemos y exijamos solidaridad, justicia y la reparación de tantos perjuicios ocasionados a las familias cántabras que fueron desalojadas de su hábitat para hacer posible el pantano del Ebro, perdiendo nada menos que casi once mil hectáreas que fueron anegadas por las aguas y, por tanto, inutilizadas para la producción agro-ganadera.

La idea del pantano del Ebro surgió en 1912, a raíz de una grave sequía en los secarales aragoneses hasta el punto de tener que acudir el ejército a remediar con sus servicios y auxilio la falta absoluta de agua, pero el comienzo de las obras se retrasó hasta finales de los años veinte. En 1940 se reanudaron las obras, quedando terminadas en 1947. Se calculó un embalse de 540 millones de metros cúbicos, por un importe de 20 millones de pesetas, en los cuales se incluían el valor de las expropiaciones y la ejecución de 110 kilómetos de vías de comunicación, cuya variante era necesaria por quedar inundadas por el embalse.

La dilación de las obras desde su proyecto inicial hasta la terminación hizo variar el importe total que resultó en 135 millones de pesetas, 75 millones en obras y 60 millones en pago de expropiaciones, indicándose en un estudio del Consejo Económico Sindical provincial que "teniendo en cuenta la depreciación de la moneda, aún resulta de gran baratura". Según el referido estudio editado en 1963 y que contiene aspectos muy críticos, el pantano del Ebro resultó, en su proyecto, la obra hidráulica más barata del mundo en relación al volúmen embalsado ya que si el coste medio por metro cúbico se situaba en 0,50 pesetas, en el pantano del Ebro este coste se redujo al O,013 pesetas. Pero ese bajísimo costo no se transformó en mayores indemnizaciones para las pobres familias cántabras que se vieron desalojadas de sus hogares y de su vida tradicional.

El pantano del Ebro significó la fuente de riqueza de más de cien mil hectáreas de regadío para las tierras de Aragón, Navarra, La Rioja y Cataluña y la garantía de magníficas cosechas de los cultivos que se prodigan en esas comunidades, sin cuyas aguas - las que nacen en Fontibre, tierra de los Cántabros - correrían el peligro de malograrse. Puede afirmarse que la rica agricultura de esta parte de España, que tanto ha contribuido al despegue de la renta per cápita de comunidades como La Rioja y Aragón, no sería la misma sin las aguas que se almacenan en el pantano del Ebro bajo las cuales están enterrados pueblos enteros, hogares queridos y anhelos e ilusiones de otras generaciones de campurrianos de Campóo de Yuso y Las Rozas. Además, a los beneficios de los riegos hay que añadir el hacer posible la amplicación de todos los saltos existentes en el tramo medio del río Ebro, aumentando la energía producida en unos 170 millones de Kwh. En el informe del sindicalismo del antiguo régimen, puede leerse lo siguiente:

"Los inmensos beneficios otorgados en la zona de cultivos de la cuenca media y baja del Ebro están forjados en la desgraciada situación de unos montañeses a los que las nuevas perspectivas de la coyuntura actual han sumido en unas condiciones de vida míseras. La expropiación de las mejores tierras de cultivo no fueron acompañadas de medidas de protección para aquellas personas que con dinero cobrado carecían de iniciativa para reanudar un nuevo rumbo en sus vidas. Algunas promesas quedaron incumplidas y los pueblos que quedaron al pie del pantano no tuvieron la compensación en proporción con su sacrificio, uniéndose a la pérdida de tierras la desaparición de las industrias comarcales".

Antes de entrar en otros detalles sobre las míseras condiciones impuestas a las familias y Ayuntamientos afectados por la construcción del pantano del Ebro y la necesidad de reparar aquella injusticia, conviene marcar- para comprender la inmensidad del territorio expropiado - la frontera de la cuenca receptora de esta infraestructura que se extiende desde Peña Labra, en el oeste, hasta Cabañas de Virtus, en el este; por el norte va desde la divisoria de aguas de los puertos de Sejos y Palombera al puerto del Escudo, y por el Sur desde Peña Rubia hasta Alfoz de Bricia, pasando por Las Rozas; en total, quinientos kilómetros cuadrados que incluyen el río Híjar con sus afluentes y la cabecera del Ebro, desde su nacimiento hasta Las Rozas, son sus afluentes en esta zona: Izarilla por la derecha y Proncio, Nava y Vilga, por la izquierda. El embalse propiamente dicho ocupa sesenta kilómetros cuadrados, conteniendo en su mayor parte los cauces de los ríos Vilga - éste desaparecido totalmente bajo las aguas del pantano - y Proncio en su totalidad y sectores de los ríos Ebro y Nava.

Han pasado casi sesenta años de unas actuaciones de la Administración central que si bien tuvieron en cuenta la necesidad de agua para la España seca, poco les importó llevar a la miseria y a la expulsión de su hábitat a cientos de familias campurrianas, que fueron impedidas de ejercer sus derechos elementales de recurso y manifestación ante una injusticia que merece ser recordada y hasta reparada, así como el efecto de una economía de pobreza al que quedaron condenados todos los municipios afectados.

(ALERTA 16.9.2000).

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