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RECESIÓN SI, RECESIÓN NO

Por JOSÉ MANUEL PAZOS

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El experto economista y consultor José Manuel Pazos, presidente de OMEGA IGF, responde a la cuestión: ¿estamos esperando que en 2020 comience una nueva recesión económica?

El experto opina:

Las recesiones están generalmente vinculadas a cambios en las políticas monetarias que buscan anticiparse a un incremento de los precios. Se aplica el freno monetario para moderar el ritmo de expansión y en muchos casos acaba por provocarse una recesión.

Nada apunta que esa vaya a ser la situación que tengamos que afrontar en 2020. Eso sí, crecimiento muy moderado, capacidad productiva disponible, alto nivel de deuda y escaso o nulo crecimiento real de los salarios, factores que no son precisamente evidencias que anuncien un cambio en la actuación de los bancos centrales. Bien al contrario. Está garantizado que la Reserva Federal continúe inyectando una cantidad importante de liquidez mediante su programa de compra de títulos a corto plazo, que teóricamente debería de concluir a mediados del próximo año, y lo mismo aplica para el BCE con su programa de compra de títulos a largo plazo. El caso de Japón es similar, con la diferencia que allí se han llevado al límite las políticas monetaria y fiscal con compras a gran escala de todo tipo de activos, ya sean bonos o acciones, mientras que China trata que su desaceleración no sea muy acusada y digiere como mejor puede los efectos de la guerra comercial con el objetivo de mantener su nivel de expansión cercano al 6%.

SIN ARGUMENTOS

En este tiempo de presupuestos y pronósticos para 2020, no puede hablarse de que el escenario mundial sea muy favorable, pero tampoco hay nada que apunte a que nos espere una recesión a la vuelta de la esquina. Estas son las expectativas generales que contienen los pronósticos y no hay motivos evidentes para argumentar lo contrario. Las estimaciones coinciden en señalar que la economía norteamericana afrontará el año electoral con un crecimiento del 2%, algo mejor que estos últimos trimestres, mientras que Europa, más vulnerable, no superará en mucho el 1% a condición de que la guerra comercial no registre una poco previsible escalada a la que es muy sensible.

"Nada anuncia que nos espere una próxima recesión".

ALTAS VALORACIONES

Curiosamente, son los mercados financieros, principales beneficiarios de las políticas monetarias ultra expansivas, el origen de la mayor inquietud. Habiendo recuperado tracción alcista en los dos últimos meses a la sombra de una menor incertidumbre geopolítica, la pregunta de más difícil respuesta es si los niveles de valoración alcanzados pueden sostenerse. Las que ofrecen, son propias de ciclos expansivos intensos, y el actual se caracteriza por su moderación y por su fragilidad. Lo primero es obvio y lo segundo no lo es menos. Basta considerar que no hay mucho más que esperar de los bancos centrales, y que la escasa capacidad de los gobiernos para llevar a cabo políticas fiscales expansivas, limitará su uso hasta que su actuación sea estrictamente precisa.

ALGO QUE VIGILAR

Un entorno donde básicamente todo el mundo hace lo mismo, tampoco debería de ser caldo de cultivo para la volatilidad, de modo que como escenario para preparar pronósticos y presupuestos, no aparenta el más difícil. Claro que conforme avance al año la atención se pondrá más allá, y si algo caracteriza a los mercados es su vocación de anticipar el futuro. Va a ser en EE.UU., donde las valoraciones alcanzan niveles extremos, un año complejo. Hay quien advierte de que síntomas como buscar el crecimiento inorgánico a través de fusiones, pagadas a precios de hasta 22 veces el resultado operativo es algo propio de momentos álgidos del ciclo, pero no siempre. Esperemos que nada altere los mercados, porque de su comportamiento dependerá en gran medida que 2020 no sea el año de la recesión inesperada.

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