Editorial de Cantabria24horas.com

EL SECESIONISMO Y LA CORRUPCIÃ“N ACABAN CON CONVERGÃˆNCIA

El proceso secesionista y la corrupciÃ³n pujolista someten a la vida pÃºblica catalana a una acelerada descomposiciÃ³n. El partido de Artur Mas, CDC, exhibe una putrefacciÃ³n avanzada con bajas significativas en los cargos, en la militancia y en la adhesiÃ³n a Mas. El secesionismo se ha apoltronado en la parÃ¡lisis; por eso, el CÃrculo de EconomÃa acierta al reclamar un giro rotundo, configurando una nueva mayorÃa parlamentaria "estable y respetuosa con la legalidad", o, en su defecto, la convocatoria de nuevas elecciones. La resoluciÃ³n parlamentaria de ruptura con EspaÃ±a ha tenido efectos muy negativos para los catalanes. La deuda ha sido rebajada a bono basura y grandes grupos empresariales han anunciado el traslado de sus sedes fuera de CataluÃ±a.

EL PAÃS 14. Editorial

LA ECONOMÃA CATALANA PAGA LA DERIVA INDEPENDENTISTA

El soberanismo ha llevado a CataluÃ±a a la insolvencia financiera y a la desconfianza de los inversores, mientras Madrid encabeza el crecimiento econÃ³mico y se ha convertido en la gran locomotora del paÃs. CataluÃ±a, sin embargo, ha ido perdiendo peso como consecuencia de los graves desequilibrios presupuestarios, las numerosas trabas al desarrollo de nuevos negocios y, por supuesto, el clima de incertidumbre que se deriva del proceso independentista. Tan sÃ³lo en lo que va de aÃ±o, un total de 681 firmas catalanas han trasladado su sede a otras regiones de EspaÃ±a, optando por Madrid casi la mitad de las mismas. CataluÃ±a ha caÃdo en el pozo de un grave deterioro econÃ³mico e institucional tras la nefasta gestiÃ³n de los Ãºltimos aÃ±os, donde la Generalitat ha estado al servicio de la utopÃa independentista en vez de atender los problemas de la poblaciÃ³n.

ABC 4. Editorial

PELIGROSO CÃ“CTEL ENTRE NACIONALISMO CATALÃN Y EXTREMISMO ISLAMISTA

No es nuevo que el nacionalismo catalÃ¡n busque la complicidad de la comunidad musulmana. Pero una cosa es engordar la hispanofobia y otra hacer un alarde de irresponsabilidad al apoyar a miembros del islam residentes en CataluÃ±a. El nacionalismo, tanto CDC como ERC, han apoyado a fundaciones que mantienen contacto con el islamismo mÃ¡s extremista. Tanto ConvergÃ¨ncia como Esquerra disponen de sendas organizaciones, Nous Catalans y Sectorial de PolÃticas de InmigraciÃ³n, que han impulsado la ayuda a la comunidad musulmana para atraer el voto de este colectivo y sumarlo al plan independentista. La polÃtica de la Generalitat en este terreno ha puesto en riesgo la seguridad nacional. El cÃ³ctel entre nacionalismo catalÃ¡n y extremismo islamista es demasiado peligroso para jugar con Ã©l.

LA RAZÃ“N 3. Editorial

Un acto que refleja la divisiÃ³n independentista (EL PERIÃ“DICO 6. Editorial) La Asamblea Nacional Catalana reuniÃ³ a unos centenares de personas para pedir a Junts pel SÃ y la CUP que lleguen a un acuerdo que permita la formaciÃ³n de gobierno en CataluÃ±a. Lo peor no fue la modestÃsima asistencia, sino que el acto reflejÃ³ las divisiones del independentismo.

Elogio de la CUP (Jorge M. Reverte. EL PAÃS 2) Han conseguido abochornar a Mas y sus secuaces, y dejar la repÃºblica catalana a punto de la desapariciÃ³n.

El dolorido sentir (VÃctor GÃ³mez Pin. EL PAÃS 16) No habrÃ¡ sutura en CataluÃ±a sin que las dos partes asuman la posibilidad de sacrificar algo

Sangre frÃa (JosÃ© MÂª Carrascal. ABC 14) No sabemos si los independentistas decidirÃ¡n morir matando o se escaquearÃ¡n en espera de otra ocasiÃ³n mÃ¡s favorable. Si no son capaces de nombrar gobierno, Â¿cÃ³mo van a llevar a CataluÃ±a a la independencia?

EL PP COGE IMPULSO ELECTORAL GRACIAS A RAJOY

Las grandes crisis son siempre para un gobernante desafÃos y oportunidades a la vez. De cara a las elecciones generales, el PP, que ganarÃ¡ segÃºn las encuestas, ha cogido impulso gracias a la gestiÃ³n del presidente del Gobierno frente al terrorismo yihadista y frente a la declaraciÃ³n independentista del Parlamento catalÃ¡n. El lÃder del PP estÃ¡ consolidando las opciones de victoria del partido, aunque los populares temen que el asunto catalÃ¡n o, mÃ¡s aÃºn, el yihadista se desborden de aquÃ al 20-D haciendo descabalgar la actual estrategia. Por otro lado, el discurso y la oferta electoral socialistas cada vez aparecen mÃ¡s desdibujados y Ciudadanos parece que tendrÃ¡ la llave de la gobernabilidad. En cuanto a Pablo Iglesias, su ambigÃ¼edad en estos dos temas le restan credibilidad. Los espaÃ±oles quieren lÃderes con visiÃ³n de Estado.

EL MUNDO 3. Editorial

EL ELECTOREADO PARECE QUERAR CASTIGAR AL PP CON UNA VICTORIA REDUCIDA

SegÃºn la encuesta semanal de GAD3 para ABC sobre intenciÃ³n de voto en las prÃ³ximas elecciones del 20-D, hay una tendencia consolidada, que apenas ha variado en el Ãºltimo mes, que indica que la Ãºnica mayorÃa absoluta que se podrÃ¡ formar con visos de estabilidad es la que producirÃa la suma de escaÃ±os obtenidos por el PP y Ciudadanos. A pesar de los impactos que han tenido en la opiniÃ³n pÃºblica la declaraciÃ³n separatista en CataluÃ±a y los atentados de ParÃs, las alteraciones en la intenciÃ³n de voto han sido pequeÃ±as, y esto demuestra que el electorado parece querer castigar al PP con una victoria reducida y un gobierno costoso, pero sin premiar al PSOE. TambiÃ©n constata el sondeo que una parte de los ciudadanos apostarÃ¡n, en el terreno de las alternativas, por la novedad de Ciudadanos antes que por la de Podemos.

ABC 4. Editorial

RIVERA NO ES QUIÃ‰N PARA DAR LECCIONES EN MATERIA ANTITERRORISTA

El lÃder de Ciudadanos, Albert Rivera, no perdiÃ³ un minuto tras los atentados de ParÃs para pedir al Gobierno sumarse al pacto antiyihadista. Consideraba que era el momento de demostrar una unidad sin fisuras. Ese pretendido sentido de Estado saltÃ³ ayer por los aires cuando Rivera dedicÃ³ su mitin a cargar contra el Gobierno por hacer "tacticismo electoral" con el terrorismo. Puede que el lÃder de Ciudadanos estÃ© nervioso en una campaÃ±a electoral muy reÃ±ida, pero que se atreva a dar lecciones de la lucha antiterrorista a un Gobierno, como el del PP, que sufriÃ³ y luego logrÃ³ derrotar a ETA, es un exceso partidista. Si cree que los espaÃ±oles van a entrar en su juego, es que no conoce a quiÃ©n aspira gobernar.

LA RAZÃ“N 3. Editorial

La odisea de votar desde el extranjero (EL PERIÃ“DICO 6. Editorial) Una ley pensada para evitar fraudes en el voto exterior estÃ¡ impidiendo en la prÃ¡ctica el ejercicio de un derecho bÃ¡sico.

Solidificar la economÃa con programas creÃbles (CINCO DÃAS 16. Editorial) Los programas explÃcitos de los partidos estÃ¡n saliendo del horno ahora. Dado que la economÃa estÃ¡, pese a su recuperaciÃ³n, aÃºn debilitada, debe mantenerse el compromiso de la reforma continua para preservar siempre un elevado crecimiento potencial.

El valor de lo seguro (Casimiro GarcÃa-Abadillo. EL MUNDO 9) La campaÃ±a del PP se basa en la no-novedad, en el no-cambio. En insistir en la economÃa y en la creaciÃ³n de empleo. Rajoy ofrece la imagen de lo ya conocido. Ã‰l lo sabe y por ello no va a asumir riesgos.

Casandra o el liberalismo (Pedro Schwartz. ABC 3) No creo que EspaÃ±a sufra, tras las prÃ³ximas elecciones, un vuelco polÃtico contrario a las exigencias del buen sentido. En el campo de las ideas la situaciÃ³n es mÃ¡s inquietante.

Foto fija (Manuel MarÃn. ABC 17) Salvo una convulsiÃ³n, nada harÃ¡ peligrar una mayorÃa simple que permitirÃ¡ al PP pactar y gobernar.

El pedestal (Ignacio Camacho. ABC 13) El yihadismo, como la crisis catalana, ha permitido a Rajoy elevarse sobre la campaÃ±a desde un pedestal de Estado.

El nuevo bipartidismo (F. JimÃ©nez Losantos. EL MUNDO 2) He leÃdo lo filtrado del programa del PP y lo Ãºnico que he sacado en claro es que aseguran, si les dejan, la continuidad de Rajoy, el euro, la Liga y el sistema mÃ©trico decimal. En polÃtica, no se meten.

El esmoquin de SÃ¡nchez (Fernando RayÃ³n. LA RAZÃ“N 16) Como estamos en el siglo de la imagen y de la televisiÃ³n, nunca habÃamos visto hacer el ridÃculo a tantos lÃderes en la tele con tal de araÃ±ar un voto o conseguir una mejor imagen.

Y ADEMÃSâ€¦

Ãfrica, cheque en blanco para la yihad (LA VANGUARDIA 24. Editorial) Los estados como Somalia o MalÃ no pueden afrontar el yihadismo internacional, y requirieron ayuda exterior, lo que, a su vez, alimenta la retÃ³rica antioccidental del terrorismo islamista.
Los cÃ³mplices del Estado IslÃ¡mico (Ignacio Ãlvarez-Ossorio. EL PAÃS 15) El autoproclamado califato dispone de mayores apoyos de los imaginados. Si bien es cierto que representa una amenaza global de primera magnitud, tambiÃ©n lo es que algunos actores lo consideran un instrumento de utilidad que conviene preservar
Aprendiendo a vivir (Antonio NavalÃ³n. EL PAÃS 10) Es muy difÃcil saber cÃ³mo serÃ¡ un mundo donde la seguridad ha desaparecido
Primera guerra global (Isabel San SebastiÃ¡n. ABC 13) No hay diÃ¡logo posible con los yihadistas porque ellos quieren destruir todo aquello que nosotros somos; nuestros valores, el progreso.
Â¿Por quÃ© no podemos llevarnos todos bien? (John Carlin. EL PAÃS 8) El idealista de izquierdas yerra al culpar a Occidente del fenÃ³meno yihadista. Hay que tomar partido.
Daesh tiene una historia que contar (Irene Lozano. EL MUNDO 6) Cuando los demÃ³cratas hablamos de evitar procesos de radicalizaciÃ³n, deberÃamos pensar en ofrecer una narrativa propia, que contrarreste la de los terroristas islÃ¡micos, ante la que estamos desarmados.
Atacan los cafÃ©s (RaÃºl del Pozo. EL MUNDO 62) Es posible que el EI sea mÃ¡s fÃ¡cil de asolar que lo que se teme, pero el terrorismo se irÃ¡ infiltrando de una geografÃa islÃ¡mica a otra, como hasta ahora.
BÃ¡rbaros a las puertas (Gabriel Albiac. ABC 12) La historia de los yihadistas franceses, belgas, europeos en general, se repite: de la calle a la cÃ¡rcel, de la cÃ¡rcel a las mezquitas clandestinas. Luego el viaje a Siria y la formaciÃ³n militar.
El huevo de la serpiente (JuliÃ¡n Cabrera. LA RAZÃ“N 4) No hay que confundir una guerra contra el terrorismo yihadista con una de religiÃ³n.
Paparruchas pacifistas (Juan Manuel de Prada. ABC 12) La paz no es la ausencia de conflicto (ni mucho menos la negaciÃ³n cobarde del conflicto existente) sino, como nos enseÃ±aban los antiguos, una concordia fundada en la justicia.
Los costes de una alianza con Rusia (NicolÃ¡s de Pedro. EL MUNDO 19) Cualquier cooperaciÃ³n para destruir o, al menos, degradar las capacidades del IS debe ser bienvenida. Pero la de Siria es una guerra civil con mÃºltiples bandos y alcance regional.
ParÃs en las Azores (Javier Redondo. EL MUNDO 62) Admitamos que la intervenciÃ³n en Irak fue una equivocaciÃ³n, un error y un desastre, pero denunciemos la simplificaciÃ³n interesada de mencionar tan a la ligera a las Azores, tras los atentados de ParÃs.
Los costes del terrorismo (JoaquÃn EstefanÃa. EL PAÃS 32) Los daÃ±os econÃ³micos directos de los ataques sumaron 49.000 millones de euros en 2014.
Problemas de vacunas (EL PAÃS 14. Editorial) La muerte de cinco bebÃ©s este aÃ±o por tosferina, evitable mediante vacunaciÃ³n, pone de manifiesto el desabastecimiento de vacunas y la falta de una armonizaciÃ³n del calendario de vacunaciÃ³n en EspaÃ±a.
Trabas en la creaciÃ³n de empresas (EL ECONOMISTA 3. Editorial) El nÃºmero de nuevas empresa que surgen este aÃ±o en EspaÃ±a presenta todavÃa caÃdas de hasta el 4,4%. Surgen menos empresas y tambiÃ©n mÃ¡s pequeÃ±as. En paralelo, la elevada fiscalidad, pese a la reforma iniciada en 2014, dificulta tambiÃ©n la constituciÃ³n de nuevas sociedades.