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EL PAÍS: UN ACUERDO SUFICIENTE

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UN ACUERDO SUFICIENTE

El acuerdo entre PP y C"s debería ser suficiente para permitir la formación de Gobierno, pues ese es su objetivo y lo que necesita España. Que estemos ante un acuerdo de mínimos, no de gobierno, no desmerece el esfuerzo realizado por los negociadores. Toca pues mover ficha al PSOE. Los dos partidos firmantes del acuerdo han dejado atrás la retórica gruesa de las campañas electorales, abandonado las supuestas incompatibilidades de programas y personas y cejado en plantear líneas rojas insuperables. Es hora de que la dirección del PSOE, que con 85 escaños en modo alguno se encuentra en condiciones de liderar la formación de un Gobierno alternativo, abandone el absurdo encastillamiento en el que se ha situado. Como ha demostrado C"s, ante una situación de bloqueo como la actual, es posible, actuando desde el pragmatismo y el sentido de Estado, obtener cesiones apreciables en materia fiscal y social que mejoren la vida de la gente y contribuyan a regenerar el sistema político. Solo la debilidad y falta de perspectiva de los actuales líderes del PSOE puede explicar la incoherencia de negarse simultáneamente a abstenerse para evitar unas terceras elecciones y, a la vez, descartar abrir negociaciones para un pacto con Podemos y los nacionalistas, algo por lo demás tan imposible como inconveniente. Plantear, además, una modificación de la ley electoral para facilitar unas terceras elecciones menos costosas, retrata a una dirigencia más empeñada en desentenderse de sus responsabilidades que en asumirlas.

EL PAÍS 8. Editorial

150 MEDIDAS A LAS QUE EL PSOE NO PUEDE DECIR "NO"

Estamos ante un acuerdo sustancial para la regeneración institucional Y para dar un nuevo empujón a la economía, con atención prioritaria a colectivos como los autónomos. Pese al empeño de Rivera por presentarlo como un acuerdo sólo de investidura, lo cierto es que es un auténtico programa de Gobierno. Difícil tendrá el PSOE explicar a los españoles su rechazo a la investidura, si es que se mantiene en esta posición. Porque hasta 100 de las 150 medidas suscritas por PP y C"s son calcadas del programa que en invierno pactaron Rivera y Pedro Sánchez en su intento de formar Gobierno. Frente a la reiterada acusación a los populares de inmovilismo, estos han demostrado flexibilidad al aceptar las condiciones para combatir la corrupción y tantas medidas de regeneración. Es indudable que el acuerdo sellado ayer añade presión al PSOE. Pero no ya sólo numérica sino también programática. Porque el PP asume muchas cuestiones de las que Sánchez hizo bandera en marzo. No parece razonable que los socialistas se opongan ahora a lo que entonces les parecían importantes avances para los españoles, ni resultaría creíble que despachen el acuerdo tachándolo simplemente de continuista y conservador. Si en la reunión de hoy entre Rajoy y Sánchez, éste se encastilla en el "no es no", creemos que buena parte de los españoles sólo verán partidismo en un bloqueo que no beneficia a nadie. La pelota está en el tejado del PSOE, que debe demostrar responsabilidad y también coherencia con su propio programa.

EL MUNDO 3. Editorial

UN PACTO QUE ACORRALA A SÁNCHEZ

El pacto PP-C"s emite un mensaje político positivo, que desmiente el mantra de que el partido popular no puede alcanzar acuerdos políticos con otros partidos, pero para la suma de escaños es irrelevante. Albert Rivera tomó una decisión política para hacer virar su abstención hacia un "sí" a Rajoy. Su partido ha ido perfilando los detalles de esa decisión en una ardua negociación, con cesiones relevantes por ambas partes. Es digno de elogio porque ha pesado más el interés por poner fin al bloqueo que la imposición de postulados en un momento en el que no deberían caber los chantajes. Pero Sánchez sigue anclado en sus propias obsesiones meditando la provocación de nuevos comicios o buscando un paupérrimo acuerdo de última hora con Podemos y el independentismo para gozar de opciones.

Pedro Sánchez está demostrando ser un lastre para el PSOE y para España. Su incapacidad para alcanzar acuerdos lógicos de gobernabilidad es tan manifiesta como su acomplejado desprecio al PP y a la derecha. Sánchez ha decidido abocar a su partido al riesgo de unas nuevas elecciones y a asumir el peligro de un nuevo desastre. El acuerdo del PP y Ciudadanos es más que razonable y responde a muchas expectativas ciudadanas porque hay reformas amplias y regeneración. El fin del bloqueo solo depende del PSOE, pero poco o nada cabe esperar de Sánchez.

ABC 4. Editorial

TODAVÍA HAY TIEMPO PARA LA CORDURA Y LA RECTIFICACIÓN

Nada fundamental hubiera impedido al PSOE haber participado en un pacto como el que se firmó ayer en el Congreso. De hecho, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha recordado que de los 150 compromisos suscritos con el Partido Popular, cien estaban ya en el texto que pactó con el secretario general de los socialistas durante la pasada legislatura. Es decir, hubiera sido perfectamente factible la oferta de conformar un gran bloque constitucional con PP, PSOE y Ciudadanos, abriendo la posibilidad de abordar desde una gran mayoría parlamentaria las reformas institucionales que precisa nuestro país para consolidar su modernización. En las circunstancias actuales, aunque nadie puede asegurarlo, es probable que los ciudadanos correspondieran en las urnas con quien ha colaborado positivamente, por encima de los intereses partidistas, en la labor de consolidar el crecimiento del país y devolver los niveles de renta a la sociedad. Es un planteamiento que debería cuestionarse el líder socialista a la hora de mantener su posición de bloqueo político. Es mucho más lo que invita al PSOE a participar en la gobernabilidad del país en estos momentos que los argumentos partidistas y personalistas de su rechazo. Hoy se reúnen Rajoy y Sánchez, todavía hay tiempo para la cordura y la rectificación.

LA RAZÓN 3. Editorial

UN PACTO QUE NO GARANTIZA UN GOBIERNO

El acuerdo entre el PP y C"s no basta para garantizar la investidura de Mariano Rajoy. Cuando Sánchez se presentó a la investidura con un pacto de gobierno con Ciudadanos, a nadie le pareció razonable exigirle al PP que se abstuviera. En cambio la maquinaria popular traslada al PSOE la responsabilidad de que no haya terceras elecciones, que se celebrarían en Navidad porque así ha diseñado el calendario Rajoy. Acrecentar la presión sobre los socialistas es una de las grandes funciones de este pacto, que explota la justa indignación de la ciudadanía ante la perspectiva de unas terceras elecciones y de un año entero sin gobierno. Es innegable que España necesita que se forme un Ejecutivo, pero el PSOE está en su derecho de votar no. Antes de forzar otras elecciones, el PSOE deberá deshojar la margarita: o se cobra un precio a su abstención o intenta de nuevo el espinos pacto con Podemos y el apoyo de los nacionalistas. Esta segunda vía no es sencilla por la cuestión catalana, pero España no puede pasar otros cuatro años menospreciando el conflicto catalán, sino que debe abordarlo mediante el diálogo y sin imposiciones.

EL PERIÓDICO 8. Editorial

Hacer suficiente lo insuficiente (CINCO DÍAS 16. Editorial) El acuerdo de investidura entre PP y C"s va de la mano del sentido común. El peligro es que se quede en papel mojado. La reunión de hoy de Rajoy con Sánchez obliga a este a mover ficha para facilitar la formación de Gobierno si no quiere colgarse para siempre la etiqueta de obstruccionista, un adjetivo que no merece un partido con la historia y el compromiso del PSOE.

PSOE: sin excusas para abstenerse (EL ECONOMISTA 3. Editorial) Es positivo que el pacto excluya el recurso a subir impuestos. Sin duda, el pacto también presenta aspectos cuestionables. Está por demostrarse cuál será el efecto de medidas como el complemento a los salarios bajos. Pero se trata de un pacto adecuado. A los socialistas no les queda ya ninguna excusa que justifique su no a Rajoy y deben abstenerse en la próxima investidura.

Sánchez y Rajoy: debates cruzados (Lucía Méndez. EL MUNDO 10) El "cara a cara" de los líderes de PP y PSOE centrará la sesión de investidura. Sánchez defenderá el "no" porque el PSOE no puede "indultar" la corrupción de Rajoy

Generación NoNo (Alfredo Menéndez. EL PAÍS 16) Son la Generación NoNo: Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera son la generación que no ha sabido, no ha podido o no le ha dado la gana ponerse de acuerdo porque han pesado más sus gestiones personales del diminuto corto plazo que una mirada al gran futuro de todos.

A la tercera tampoco (Santiago González. EL MUNDO 4) Sánchez se ha negado tres veces a atender las llamadas del presidente (en funciones). Mañana se verá con Rajoy para decir que no a las 150 medidas que en marzo eran la clave de la reforma. Rajoy, por su parte, admite ahora encantado medidas que en marzo le parecían inasumibles.

El pacto (José Mª Carrascal. ABC 12) El pacto PP-C"s es bueno para ambos y bueno para España. De hecho, se complementan. Ciudadanos da al PP la oportunidad de gobernar «bajo vigilancia», a fin de no cometer los errores cometidos, sobre todo en el terreno ético, y el PP da a Ciudadanos la oportunidad de influir decisivamente en el gobierno de España.

Becerrada en San Jerónimo (Jorge Bustos. EL MUNDO 9) Acusó Rafael Hernandoa Patxi López de someter la Presidencia de las Cortes al capricho partidista por emplazar el discurso en la soledad de la media tarde, y he aquí que Ana Pastorcopia la mediática jugada; tildó Rajoy el Pacto del Abrazo entre Sánchezy Rivera de rigodón solemne con pretensiones de Caspe o de Guisando, y he aquí que se le acaba de poner cara de granítico becerro.

Pajaritos (Luis Ventoso. ABC 10) Es incongruente que tras haber convertido la consolidación fiscal en su bandera, Rajoy se aviniese ayer a firmar con Rivera un pacto que dispara el gasto social en 7.125 millones más cada año. Lo firma el político que en 2012 suprimió la paga extra de Navidad de los funcionarios para ahorrar 6.000 millones anuales, mil menos de los que va a costar comprar el «sí» de Rivera.

Teatro del absurdo (Ignacio Camacho. ABC 11) El discurso marianista sonará en las Cortes con el eco yermo de una función de teatro. De teatro del absurdo porque ni el acuerdo con Rivera ni la presión sobre Sánchez sirven para que la realidad avance un solo palmo. El desenlace de la votación está decidido en la camarilla jerárquica de un partido en pleno combate por el poder orgánico.

Acto segundo (Martín Prieto. LA RAZÓN 2) Para gobernar algún día no es suficiente representar a Rajoy como Jack el destripador e insultar tan gravemente la inteligencia de los votantes. Porque si se abriera el escenario para el tercer acto puede suponerse otro crecimiento moderado del PP y nuevo revolcón de don Pedro.

Perdona a tu "Pedro" Señor (Julián Cabrera. LA RAZÓN 4) Todavía se nos pretenderá vender el sentido de Estado y la altura de miras del partido socialista liderado por Sánchez, que tras bloquear con su "no es no" cualquier salida al atolladero político decide abanderar esa "ambiciosa, reforma de nuestra democracia, la reducción del tiempo de campaña electoral.

Fiebre del sábado noche (Pilar Ferrer. LA RAZÓN 17) Al margen de los datos económicos, muy bien trillados por los representantes del gobierno en funciones, la verdadera "letra pequeña" de este acuerdo ha sido política. Para C"s el objetivo era no quedar como el segundón del debate y demostrar que ellos son la muleta para la lidia de un nuevo gobierno.

Rivera en la gloria (Fernando Rayón. LA RAZÓN 19) El pacto del PP y C"s para la investidura de Rajoy resulta ser -por sus 150 medidas- más bien un pacto de Gobierno que otra cosa. Ahora todo el mundo mira al PSOE. El pasado fin de semana, Sánchez confirmó su voto negativo al presidente en funciones. No sabemos lo que ocurrirá hoy.

Abstención de Podemos (Eduardo Álvarez. EL MUNDO 2) ¿Sirve para algo votar a Podemos? No es una pregunta capciosa, aunque sus huestes enseguida se revuelven en las redes. Tras lo visto desde el 20-D, da la impresión de que los votos a la formación morada sólo sirven para garantizar que el PSOE no vuelva a gobernar en España jamás de los jamases.

Y ADEMÁS…

  • Basta de crueldad (EL PAÍS 8. Editorial) La difusión de un video que recoge una reciente becerrada celebra en Valmojado (Toledo) ha vuelto a mostrar la injustificable inercia que permite que estos bárbaros espectáculos sigan celebrándose.
  • A Rajoy ni se le espera (Xavier Vidal-Folch. EL PAÍS 2) Rajoy ni está ni se le espera (en el mundo). Y no solo porque el buen hombre sea un políglota más bien discreto sino porque cuando le invitan no va y cuando debiera ir no le invitan. Así que la emoción por su probable asistencia a la cumbre de los sureños europeos en Atenas alcanza dimensiones planetarias.
  • Rajoy en "Las Campos" (Emilia Landaluce. EL MUNDO 2) Esto, si Sánchez no lo remedia, puede pasar en dos meses. Telecinco lleva una semana anunciando la presencia del candidato Mariano Rajoy en Las Campos.
  • El respeto debido a los que acabaron con ETA (Juan Cruz. EL PAÍS 8) En este tiempo en que se celebra, con justicia, el final del proceso colombiano y que se ensalza lo que ha hecho el Estado de ese país para recuperar la paz, hay que llamar la atención sobre la poca consideración que se ha tenido en España por aquellos que consiguieron al fin que aquí se acabara con ETA.
  • …Y el vivo al bollo (Isabel San Sebastián. ABC 11) Con el fin de inclinar la balanza del lado de la ignominia, se multiplican las voces empeñadas en retorcer la verdad hasta el punto de presentar a Otegui no como el verdugo que fue, sino en el papel de víctima.
  • "Burkini" (Almudena Grandes. EL PAÍS 40) Personalmente, siempre he sido partidaria de la intransigencia, nunca como revancha y tampoco por mis convicciones laicas. Prohibiría el velo porque es, precisamente, una prenda laica, sin otro objeto que convertir a las mujeres en propiedades de los hombres, pregonando su falta de autoridad sobre su propio cuerpo.
  • Putin: una deriva autoritaria sin fin (EL MUNDO 3. Editorial) Desde que Putin legó al Kremlin, la deriva autoritaria del régimen no ha hecho sino agrandarse de un modo alarmante. Ya no solo se silencia cualquier atisbo de oposición, ahora Putin también se deshace en su círculo de aliados de quien ose hacerle sombra.
  • Los frentes abiertos de Erdogan (LA VANGUARDIA 18. Editorial) La amenaza del Estado Islámico y las ambiciones de los kurdos son un doble desafío que el presidente Erdogan no puede afrontar con su súbito y nuevo aliado, la Rusia de Vladimir Putin.
  • El chavismo sigue robando en Venezuela (ABC 4. Editorial) La documentación sobre la corrupción del chavismo en la compra e importación de alimentos es solo una prueba de que la situación en Venezuela es insostenible.
  • Venezuela (Bieito Rubido. ABC 2) Los chavistas temen a la libertad de expresión de sus compatriotas y están poniendo todo tipo de trabas y dificultades a la celebración de la gran marcha ciudadana que se desarrollará el próximo jueves. Es este el paraíso que tienen como referente los de Podemos e Izquierda Unida, incapaces a día de hoy de condenar la represión de sus conmilitones venezolanos.
  • El duro despertar posolímpico de Brasil (EL PERIÓDICO 8. Editorial) Con todos sus fallos, los gobiernos de Lula y de Rousseff consiguieron sacar de la pobreza a 35 millones de brasileños.
  • Borrón sin cuenta nueva (David Alandete. EL PAÍS 3) Con Dilma Rousseff fuera del Gobierno de forma definitiva, la crisis política brasileña se solucionará, creando las condiciones propicias para una mejora económica que detendrá la escalada de inflación y desempleo.

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