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LA MILITANCIA DERROTA AL APARATO DEL PSOE

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LA VICTORIA DE SÁNCHEZ PROFUNDIZA LA CRISIS DEL PSOE

El retorno a la secretaría general del PSOE de Pedro Sánchez, con un legado marcado por las derrotas electorales, las divisiones internas y los vaivenes ideológicos, provoca una profunda preocupación. Sánchez ha construido su campaña sobre dos promesas de imposible cumplimiento. Una, conformar, con la actual configuración del Parlamento, una mayoría de gobierno alternativa al PP, lo que no es factible porque el PSOE ahora no tiene la fuerza ni la capacidad de construir una mayoría de gobierno estable. La segunda ha sido la de redibujar el PSOE como una organización sin instancias intermedias en la que solo existe un líder, el secretario general, y los militantes. Sin embargo, el PSOE es un partido descentralizado donde existen múltiples instancias de poder con las que hay que contar. Ahora que España enfrenta un grave problema territorial en Cataluña, era más necesario que nunca que el PSOE se configurase como un partido estable y capaz de suscitar amplios apoyos. Lamentablemente, el proyecto de Sánchez aboca al partido a la profundización de una ya gravísima crisis interna. La confusión ideológica y el modelo de partido asambleario en el que se ha apoyado Sánchez, fácilmente podrá desmovilizar aún más a sus votantes y alejar a los socialistas del poder.

EL PAÍS 10. Editorial

LAS PRIMARIAS DEJAN UN PSOE ROTO QUE SÁNCHEZ DEBERÁ UNIFICAR

La victoria de Sánchez evidencia el desencanto de la militancia con la política de la Gestora, que propugnó la abstención en la investidura de Rajoy. Las bases han rechazado no sólo la línea política impulsada por Javier Fernández sino, además, el modelo de partido que representaba Susana Díaz. Ayer, los militantes dijeron que prefieren un partido donde las bases tengan más protagonismo, que sea más participativo y en el que los líderes regionales no tengan tanto peso. No obstante, Sánchez debe eludir la tentación de convertir la organización en una suerte de asamblea y rendirse a las formas de actuación política propias de la izquierda populista. El primer gran reto de Sánchez es recomponer la unidad interna. Ahora Susana Díaz deberá ponerse al servicio de la candidatura ganadora para evitar una posible escisión e incluso la desaparición del partido. Los militantes y sus dirigentes se enfrentan al reto de reorientar la línea política del partido y refundarla sobre los principios de la socialdemocracia reformista, pragmática, europeísta y comprometida con el sistema constitucional. El segundo gran reto de Sánchez es liderar una oposición constructiva que ayude a la gobernabilidad del país y que no pasa por el rechazo absoluto al PP, sino por consensuar las reformas que lleven a la regeneración política del país y a su unidad territorial y que apuntale los logros de la política actual económica.

EL MUNDO 3. Editorial

EL PSOE VUELA LOS PUENTES DE DIÁLOGO CON EL GOBIERNO

La alta participación legitima la victoria de Sánchez y pone en jaque al aparato del partido. Contundente ha sido su triunfo en Cataluña, destinataria de su confusa y peligrosa apuesta por la plurinacionalidad de España. Los militantes socialistas han roto por el eje la relación con la dirección de los barones y de la gestora. Las razones de este resultado se sitúan en la subestimación de las posibilidades de Sánchez. Díaz se incorporó tarde a la precampaña de las primarias y lo hizo con el exceso de confianza que le propició el apoyo del PSOE tradicional, que cada día dice menos a sus militantes. La reorientación del partido supondrá el punto final a la política de oposición constructiva con el Gobierno. El objetivo de echar a Rajoy va a justificar cualquier medio. La expectativa que se abre en la política española no es buena, porque Sánchez secundará en gran medida la política de Podemos de llevar a la calle lo que no logren en el Parlamento. Al Gobierno se le ha acabado la interlocución civilizada con el PSOE y tendrá que hacer algo más que contemporizar con los acontecimientos. Y, sobre todo, tendrá que aguantar la legislatura hasta el límite de lo razonable.

ABC 4. Editorial

SÁNCHEZ TIENE QUE UNIR AL PSOE

La victoria de Sánchez repite el guion de los que viene ocurriendo en los partidos socialdemócratas europeos: una militancia más radicalizada que el conjunto de sus votantes elige a unos líderes que, en vez de enfrentarse a las consecuencias de la crisis económica y social, se unen a la protesta indignada como si su proyecto ideológico fuera incapaz de aportar solución alguna. El triunfo de Sánchez es una mala noticia para la estabilidad política de la Nación. Habrá que esperar, sin embargo, a que el secretario general explique su programa y dé cuenta de sus intenciones inmediatas para ponderar hasta qué punto el cambio en la dirección socialista puede trastornar el escenario político español, en el que ya no es posible descartar unas elecciones anticipadas. La victoria de Sánchez es clara y, aun así, a nadie se le escapa que el riesgo de ruptura en el partido es elevado, a menos que el vencedor actúe con generosidad y espíritu integrador, aceptando que más de la mitad de los militantes socialistas no le han votado y son contrarios a una política próxima a los extremistas de Podemos.

LA RAZÓN 3. Editorial

LA RECUPERACIÓN DEL PSOE EXIGE UNIDAD

El principal reto de Sánchez ahora es que el PSOE se convierta en la alternativa al PP para lo que necesita recuperar el espacio ideológico y electoral que le disputa Podemos. Sánchez tiene que administrar su triunfo con generosidad y prudencia. Ahora tiene las manos más libres y cuenta con el apoyo del partido, lo que le permite actuar sin urgencias ni premuras a fin de articular con nitidez sus proyectos. El respaldo de los militantes no es nada al lado de los casi seis millones de votantes perdidos por el PSOE desde 2011. La recuperación del partido exige unidad y la adopción de un rumbo claro en la forma de ejercer la oposición y de elaborar un programa de gobierno para futuras citas electorales. La credibilidad de un partido está muy condicionada a su liderazgo. Una cosa es ganar unas primarias y otra proyectar imagen de solidez personal, autoridad y liderazgo. Sin este requisito, es imposible llegar a la Moncloa.

LA VANGUARDIA 26. Editorial

LA MILITANCIA DERROTA AL APARATO DEL PSOE

Convertido casi en un apestado político después del pasado 1 de octubre, Sánchez se propuso regresar y lo ha conseguido con un discurso que apuesta por el pacto con Podemos y el enfrentamiento sin fisuras con el PP. A Sánchez no le han pasado factura ni su falta de credibilidad ante muchos militantes del partido, ni la campaña de descrédito, ni las dos elecciones consecutivas que perdió ante Rajoy, ni su incapacidad para lograr pactar con Podemos un Gobierno de progreso. La militancia del PSOE ha dado un soberano portazo al partido de toda la vida que simboliza Díaz y se echa en brazos de un Sánchez que sí propone un nuevo discurso. La derrota en las primarias supone un claro fracaso para Díaz, que ha sido derrotada pese a contar con el apoyo del aparato, de la mayoría de los barones y de los líderes históricos del partido. Su fracaso simboliza la brecha del PSOE: el aparato fulminó a Sánchez en octubre y la militancia lo eleva a la secretaría general en mayo. Al final, Sánchez tenía razón: son mayoría los militantes que no entendieron que el PSOE propiciara el regreso a la Moncloa de Rajoy. Ahora le toca a Sánchez liderar el difícil proceso de reconstruir lo destruido.

EL PERIÓDICO 8. Editorial

Réquiem por el PSOE (Tomás Gómez. LA RAZÓN 23) La contaminación del PSOE por los virus populistas hará que muchos nos planteemos si queremos estar en un partido así.

Posible parálisis de la acción política (EL ECONOMISTA 3. Editorial) Lo previsible es que el PSOE recupere el atrincheramiento contra el Gobierno de Rajoy,

El suicidio de Susana Díaz (Pedro G. Cuartango. EL MUNDO 2) Susana Díaz ha perdido afortunadamente para el PSOE porque hubiera sido una mala secretaria general y una peor candidata a las elecciones, ya que no les gusta ni a los jóvenes ni a las mujeres, ni cae simpática en la mitad norte de España. Su gestión en Andalucía ha sido sencillamente pésima.

…Pues no es no (Bieito Rubido. ABC 2) Las primarias fueron presentadas a los militantes del PSOE como el remedio salvador que todo lo iba a curar, y resulta que el problema que tenían para ganar elecciones -la simpleza de Sánchez- se ha convertido en supuesta solución.

La cuarta resurrección de Pedro Sánchez (Arsenio Escolar. 20 MINUTOS 1) La contundente victoria le da a Sánchez un caudal político muy superior al que tuvo.

Lecciones de anatomía (Rubén Amón. EL PAÍS 25) Susana Díaz había alineado un fabuloso ejército. Tanto ofrecían su respaldo la totalidad de los barones como lo hacían los antiguos patriarcas. De ahí el escarmiento del 21M. Y los peligros que implica la derrota de Susana Díaz en el desprestigio del aparato, del sistema. Comporta una desautorización general

El retorno (Pablo Simón. EL PAÍS 24) La victoria de Pedro Sánchez ha sido muy amplia y entroniza al secretario general más viable electoralmente a tenor de todos los sondeos. Esto es así especialmente entre los votantes menores de 35 años y los territorios plurinacionales.

Cuatro terrenos donde no habrá unidad (Berna González Harbour. EL PAÍS 23) Pensar en la unidad del PSOE en estos momentos supone hacer un enorme acto de fe tras las primarias que han enfrentado a Pedro Sánchez y Susana Díaz.

Salidas progresistas a la crisis (Joaquín Estefanía. EL PAÍS 51) Ahora los socialistas han de acentuar los perfiles propios de su política económica.

¿Son malas las primarias? (F. Jiménez Losantos. EL MUNDO 2) Los mismos que lamentan que las primarias destruyan los partidos se quejan de que los partidos están destruyendo la democracia.

Patada al tablero en el tiempo de la rebelión (Lucía Méndez. EL MUNDO 14) La militancia socialista elige a Pedro II el Resucitado y castiga a Díaz y a los notables. Menospreciaron el dolor que produjo la abstención.

Ferraz: tarde para la ira (Jorge Bustos. EL MUNDO 16) Sus votantes piden guadaña, pero en Ferraz cundía anoche la opinión de que manejará la revancha con prudencia.

El hombre con tetas (Francisco Pascual. EL MUNDO 16) Si Sánchez no tiene un plan más allá de la ira, el PSOE estará en peligro.

Pedro ganó a todos (Raúl del Pozo. ELMUNDO 48) El futuro no estaba en las rodillas de los dioses, sino en las manos de los militantes. Pedro Sánchez venció en las primarias. Abróchense el cinturón. Nos acercamos a un tiempo de turbulencias.

Reincidentes (Álvaro Martínez. ABC 6) Los socialistas han decidido entregar el timón a quien condujo la nave a su peor deriva conocida. Y en esta tormenta, un último dato inquietante: el regocijo ayer en la extrema izquierda y en el soberanismo eran difícilmente contenibles.

¿Socialistas? (Gabriel Albiac. ABC 12) El PSOE es hoy una estructura funcionarial y un fantástico proveedor de empleos.

Suicidio socialista (Isabel San Sebastián. ABC 13) Ya se relame Pablo Iglesias pensando en ese Pedro Sánchez ansioso por arrojarse a sus brazos.

Salto al vacío (Ignacio Camacho. ABC 13) Ha ocurrido y el triunfo de Sánchez empuja al PSOE a un salto al vacío. A un vuelco en la estructura de la organización y a una estrategia de alianzas que puede acabar con el modelo tradicional del partido.

Vuelve el temor al bloqueo y a las urnas (Manuel Marín. ABC 18) El poder de Pedro Sánchez será absoluto porque solo responderá ante el militante y no ante el aparato

Victoria pírrica (José Mª Carrascal. ABC 14) A Sánchez le espera un trabajo equiparable a los de Hércules, empezando por su promesa de buscar la caída de Rajoy como primera providencia, para lo que necesita aliarse con Iglesias. Pero ni por esas, pues necesitan los votos de Ciudadanos que no parece dispuesto a ello.

El día que a Susana sólo le quedó Andalucía (Toni Bolaño. LA RAZÓN 18) La frialdad en la foto de familia arroja muchas sombras sobre las relaciones entre Sánchez y sus viejos contrincantes.

Un temblor legítimo (Iñaki Zaragüeta. LA RAZÓN 16) La victoria de Pedro Sánchez es legítima y el temblor de otros muchos también.

La venganza del renacido (Antonio Martín Beaumont. LA RAZÓN 22) A golpe de abrazos, sus consignas sobre el recuerdo de la abstención han calado en la militancia y derrotado al aparato.

La rosa salvadora se marchitó (Pilar Ferrer. LA RAZÓN 23) El esfuerzo por liderar una izquierda moderna y el triunfo de la unidad han quedado rotos. El apoyo de los históricos ha sido un lastre.

Socialistas en busca de un autor (Martín Prieto. LA RAZÓN 26) Se avecina otra transición socialista en la que el PSOE podría convertirse en una fuerza residual porque están centrando su estrategia en los afiliados y no en los votantes que son más.

LOS CATALANES SON LOS MÁS DAÑADOS POR EL "PROCÉS"

El referéndum independentista que Puigdemont pretende celebrar a primeros de octubre puede tener un alto coste económico para Barcelona, ya que podría perder la oportunidad de albergar la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) por culpa del delirio de los independentistas. Un daño irreparable que demuestra hasta dónde llega la sinrazón de los secesionistas que anteponen el procés a los intereses de los propios catalanes. La inseguridad jurídica que genera el que Cataluña pueda llegar a separarse de España -con su consiguiente salida de la UE- no es gratuita. Y que el gobierno catalán trabaje en paralelo por captar un ente de la UE y, al mismo tiempo, separarse de España demuestra la esquizofrenia de la política catalana. Los líderes europeos se reunirán para tomar la decisión sobre la próxima sede de la EMA el 19 de octubre, el mismo mes en que el gobierno catalán quiere que los catalanes participen en su consulta ilegal. Una coincidencia que no pasará por alto Bruselas, que no quiere arriesgarse a trasladar la EMA a una ciudad que pueda abandonar la UE poco después. Puigdemont tiene una nueva oportunidad para moderar su discurso e iniciar una rectificación en el acto de hoy en Madrid.

EL MUNDO 3. Editorial

Esto va de democracia (Josep Antoni Durán i Lleida. EL PAÍS 11) El independentismo practica una continua perversión de conceptos y principios. Confunde legalidad con legitimidad y, si bien existen marcos legales diversos, el catalán debe ajustarse al español y este al europeo.

Uno, dos, uno, dos (Cayetana Álvarez de Toledo. EL MUNDO 18) El problema no es el desafío de Cataluña, sino la abdicación de Madrid.

Cataluña no es un Titanic (Xavier Vidal-Folch. EL PAÍS 2) El president Carles Puigdemont acude hoy a Madrid en acto de propaganda, como otras veces Mariano Rajoy en el trayecto inverso. Lástima que nunca sea en son de diálogo estructurado.

Puigdemont en Cibeles (Jorge Bustos. EL MUNDO 48) A los indepesAhora Madrid los quiere como a refugiados sirios y los hospeda como a Okupas. Y nos parece muy atinado, porque así es como se ven ellos mismos en España.

Sr. Puigdemont perdone el desorden (Julián Cabrera. LA RAZÓN 4) Lo de Puigdemont en Cibeles tiene más pinta de descalabro que de otra cosa.

La mujer del César y el timón (Francesc-Marc Álvaro. LA VANGUARDIA 25) El PDECat debe ser el primer partido contra la corrupción, sólo así se ganará el derecho a ser escuchado.

Diálogo o imposición (Joaquim Coll. EL PERIÓDICO 22) Este lunes, Puigdemont en Madrid volverá a repetir el mantra de que el 80% de los catalanes quieren votar su futuro, que es tanto como decirle a la gente: ¿quiere usted ser ninguneado o tenido en cuenta?

Y ADEMÁS…

  • Moción de censura (Juan Manuel de Prada. ABC 12) Iglesias quiere sobre todo poner en un brete a los socialistas, creando tensiones en su seno que acaben de darle la puntilla
  • Chatarrería parlamentaria (Martín Prieto. LA RAZÓN 2) Hasta ahora las mociones de censura han sido chatarra parlamentaria
  • Clamor callado en Sol (Santiago González. EL MUNDO 4) Hay que advertir a Pablo Iglesias de que la supremacía de la calle sobre el parlamento es el fascismo.
  • Pobreza (Almudena Grandes. EL PAÍS 56) Si Cristina Cifuentes ha hecho toda su carrera en el PP de Madrid, si ha formado parte de la dirección del Canal de Isabel II, si ha adjudicado contratas ni más ni menos que a Arturo Fernández, ¿cómo es posible creerla?
  • La gira de Trump (EL PAÍS 10. Editorial) Arabia Saudí seduce con contratos y halagos a un presidente en apuros.
  • ¿Cómo y cuándo? (Antonio Navalón. EL PAÍS 4) El problema no es qué acabará con Trump, sino cuántos podrían verse implicados.

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