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Editorial de Cantabria24horas.com

HAY FALTA DE CONFIANZA ENTRE EL GOBIERNO Y LA GENERALITAT

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HAY FALTA DE CONFIANZA ENTRE EL GOBIERNO Y LA GENERALITAT

Tras los atentados, los Gobiernos de Rajoy y de Puigdemont han intentado guardar las formas, garantizar una buena coordinación y comparecer unidos para calmar a unos ciudadanos. La muestra de unión institucional ante el dolor y la acción conjunta funcionó el viernes. Pero algo falló ayer cuando el ministro del Interior y la consejera catalana dieron versiones contrapuestas sobre la desarticulación del comando. La aclaración posterior, atribuyendo la discrepancia a un malentendido, no contribuye a despejar las dudas sobre la coordinación informativa y operativa entre las administraciones. Más grave aún fue la lamentable intervención del conseller de Interior, Joaquim Forn, separando a las víctimas entre "catalanes" y "personas de nacionalidad española", como si fueran de nacionalidades distintas. Lamentamos que alguien con una posición institucional tan importante muestre unos prejuicios ideológicos tan preocupantes. Una falta de respeto tan inmensa a las víctimas y, por extensión a todos los ciudadanos de este país, exige una rectificación pública en toda regla.

EL PAÍS 10. Editorial

EL GOVERN TRATA DE HACER PROPAGANDA CON EL ATENTADO

El yihadismo ha declarado una cruenta guerra a Occidente y España tiene que defenderse. La unidad política es vital. Los nacionalistas tienen que arrimar el hombro porque el enemigo no hace distinciones entre catalanes, madrileños, londinenses o parisienses. Pero, pese a la brutalidad de lo ocurrido, el Govern sigue empecinado en el procés y trata de hacer propaganda con el atentado. No parecen entender que la masacre de Barcelona ha derribado el discurso de la singularidad catalana, según el cual una Cataluña independiente estaría a salvo de las crisis geopolíticas. Roto el espejismo, Puigdemont debe elegir entre el proceso separatista o el abrazo a la Constitución y reconducir su relación con el Estado para combatir juntos el terrorismo.

EL MUNDO 3. Editorial

CONTRA EL TERROR GLOBAL, UNA RESPUESTA GLOBAL

La primera condición para la derrota del terrorismo islamista es la toma de conciencia por la comunidad internacional de que la amenaza es común y nadie puede declararse al margen de ella. La segunda condición es aceptar que las leyes ordinarias no son suficientes para prevenirlo. La muerte de los cinco terroristas en Cambrils es la muestra trágica de la disyuntiva en la que está planteada la cuestión: o ellos o nosotros. Toda democracia debe defenderse llegado el caso con medidas extraordinarias, sin superar los límites que las diferencian de las dictaduras, pero sin autolimitaciones absurdas. El buenismo sentimentalista no funcional cuando el enemigo parasita a su víctima. El campo de batalla no está solo en Irak o Siria. También en los pliegues de las sociedades del bienestar europeas.

ABC 4. Editorial

HAY QUE SABER CÓMO SE FRAGUÓ LA CÉLULA DE RIPOLL

Una de las claves de los atentados de Barcelona y Cambrils es conocer cómo y cuándo se fraguó la célula yihadista compuesta por una docena de jóvenes. Sorprende que una pequeña localidad como Ripoll sea el centro desde donde se proyectaron esas acciones terroristas. Los mismos vecinos se sorprenden de que aquellos mozalbetes que compartían aulas en el instituto o jugaban al fútbol con sus hijos hayan sido capaces de cometer los atentados. Por eso, resulta de gran importancia conocer la forma en que esos jóvenes fueron captados para el yihadismo. Ninguno de los implicados tenía antecedentes ni estaba fichado, tampoco habían estado en zonas de conflicto, ni siquiera a la mayoría de ellos se les conocía por sus actividades religiosas. Una invisibilidad que les convierte en potencialmente más peligrosos y que obliga a los servicios de inteligencia y policiales a extremar sus investigaciones y a los servicios sociales a mantener las alertas. Quedan preguntas por responder en Ripoll.

LA VANGUARDIA 26. Editorial

EL SEPARATISMO CONTAMINA HASTA LA GESTIÓN DE UNA TRAGEDIA

Hay una secuencia de palabras y de hechos de los responsables separatistas que responden a una estrategia de las autoridades catalanas de aprovechar la coyuntura para mostrar que Cataluña no es España. Ha habido deslealtad institucional por parte de los responsables de la Generalitat y una falta de respeto insólita. No cabe mayor mezquindad que la demostrada por estos responsables que pervirtieron sus funciones y, en medio de semejante barbarie, tuvieron tiempo de preocuparse por sus batallas particulares. Esto debería ser suficiente para que defendieran su causa fuera de un cargo en el que sirven a todos los catalanes. Demostraron que la miseria política y la estupidez aparecen con las formas más diversas.

LA RAZÓN 3. Editorial

ESTAMOS ANTE UN TERRORISMO DE RAÍCES INTERNAS

No estamos ante un problema exterior sino ante un asunto interno. Los autores de los atentados son jóvenes que han ido a nuestras escuelas, que teóricamente se han educado en nuestros valores y que en un momento determinado han abrazado la versión fanática de una religión que practicaban poco y se han integrado en un grupo terrorista. Ni siquiera han ido a Siria sino que les ha bastado el simple contacto con un imán radicalizado para abrazar una forma de violencia irracional contra la que es muy difícil luchar. Esto no puede llevarnos a la islamofobia pero tampoco nos puede conducir a la frivolidad de hablar de una supuesta voluntad del nacionalismo catalán de primar la inmigración magrebí por delante de la latinoamericana. Hay que buscar la complicidad de la propia comunidad musulmana en la lucha antiterrorista. Y junto a ella hay que luchar contra la penetración de determinadas corrientes del islam en Cataluña y en España. El salafismo llega en muchas ocasiones de la mano de países que son nuestros socios comerciales, como Arabia Saudí o Qatar. Es mejor autorizar un oratorio de una modesta comunidad local que alentar la instalación de grandes mezquitas financiadas por los salafistas.

EL PERIÓDICO 16. Editorial

EL NIVEL DE SEGURIDAD NO ADMITE DISCUSIÓN

La coordinación y el intercambio de información entre los cuerpos policiales ha sido un elemento destacado de la situación de crisis derivada de los atentados en Cataluña. Es lo lógico y normal entre quienes, aun vistiendo distintos uniformes, tienen encomendada la protección de la seguridad de los ciudadanos. Pero las fricciones entre el Estado y la Generalitat han deparado en el pasado algunas disfunciones entre los Mossos y los cuerpos policiales que dependen del Gobierno. Por eso hay que felicitarse de que en estos días no haya ocurrido nada extemporáneo en este terreno. Y hay que atajar toda polémica que intenten alimentar los maximalistas de uno y otro signo, como la que ayer asomó a propósito de si tras el 17-A hay que mantener la alerta terrorista en el nivel 4 o aumentarla al 5. Dado que este nivel puede implicar la presencia de militares en la calle, y dada la cercanía del 1-O, las especulaciones políticas interesadas sobre la imagen de soldados patrullando en Barcelona estuvieron servidas. La prudencia y el respeto a las decisiones de los expertos son más necesarios que nunca en estos momentos.

EL PERIÓDICO 16. Editorial

Corazón de piedra (Bieito Rubido ABC 2) Ada Colau, de lágrima fácil y corazón de piedra, es alcaldesa de Barcelona a pesar de su escasa fe democrática. Lo que nos puede salvar de tanto fanatismo es justamente respetar las leyes.

Colau hace oídos sordos (Puntazos LA RAZÓN 3) No se trata de crear ciudades bunker, sino de garantizar la libertad de los ciudadanos. Colau se equivocó al no seguir las recomendaciones de Interior, alegando que si instalaba bolardos Barcelona no sería "una ciudad en libertad".

La banalidad del mal (Màrius Carol LA VANGUARDIA 2) Más de una vez hemos oído alabanzas varias al modelo catalán de integración. Y no hay que tener dudas de que es bueno y facilita la convivencia. Pero eso no es un salvoconducto para una sociedad sin terrorismo.

Estrategias suicidas (Luis del Pino EL MUNDO 16) Un grupo de esos catalanomarroquíes a los que la Generalitat intentaba sumar a la causa separatista ponía de manifiesto en Barcelona hasta qué punto pueden llegar a ser suicidas ciertas estrategias de ingeniería social.

La asignatura del día siguiente (Joan Tapia EL PERIÓDICO 17) Más allá de la unidad de momentos como este, Barcelona y Cataluña necesitan más cohesión política. Quizá sería más útil suspender las líneas rojas. También Rajoy la línea roja de la Constitución.

Una decisión necesaria (J. Pablo Colmenarejo ABC 5) El independentismo ha creado una mentira y ha generado una presión que hace difícil la toma de decisiones razonables como la de emplear militares en funciones de seguridad pública, como ocurre en Francia o en Bélgica.

Centinelas en cuestión (Lluís Uría LA VANGUARDIA 15) Seguramente habrán pesado factores de política interior en la decisión de no movilizar al ejército, pero quizá haya influido también la experiencia exterior. En Francia se discute la utilidad de mantener al ejército en las calles.

Horas tristes (Luis Ventoso ABC 12) Que se destaque la colaboración de Mossos y Guardia Civil revela el grado de degradación del Estado que hemos alcanzado: se aplaude como algo extraordinario ante una gravísima ofensiva terrorista que las fuerzas de seguridad cooperen.

Grietas (J. María Carrascal ABC 14) Estamos viendo que el primer, y puede que único, objetivo de las autoridades catalanas sigue siendo la independencia. ¿Se imaginan una Cataluña sola ante una crisis como ésta, con unos dirigentes tan incapaces como cortos de entendederas?

Desde Barcelona con desazón (Ángel Expósito ABC 7) ¿De verdad se puede estar tan enfermo para ser independentista también en una guerra? ¿Se puede ser tan cateto como para creer que una República Catalana, por sí sola, podría salir de esta?

Procés (Jon Juaristi ABC 12) Quienes se solidarizaban con "el pueblo catalán" no buscaban, como Puigdemont, la rentabilidad directa del victimismo, sino la ocasión de minar al gobierno de Rajoy. O sea, lo mismo que la izquierda hizo con el de Aznar tras los atentados de Atocha.

Una guerra desigual (Javier Redondo EL MUNDO 2) Los frentistas saben que algo se ha quebrado en el procésy han calmado su sed de diferencia. El desafío al Estado de Derecho refleja la debilidad intelectual del Govern y la indefensión moral de sus súbditos.

No tenim por! (J. Ramon Bosch LA RAZÓN 4) Los gobernantes secesionistas manipularán el noble sentimiento del "No tenemos miedo" y lo usarán como lema desafiante hacia el Gobierno de España en el pulso que plantean para el 1-O.

Gente aquí y ahora (Carlos Zanón LA VANGUARDIA 20) El viernes, en la plaza de Cataluña lloró una alcaldesa, vino un rey y los políticos estuvieron a la altura de la gente que les da su confianza, les vota y paga. Eran personas con cargos. Nada más y nada menos que eso.

Machote (Alfonso Rojo LA RAZÓN 2) Mi aplauso no es para los dirigentes que presidieron el minuto de silencio en Barcelona. Mi saludo es para el policía autonómico que cosió a balzos a los terroristas en Cambrils.

El nuevo rostro de la amenaza (Puntazos LA RAZÓN 3) La radicalización y el reclutamiento ya no se realiza en las mezquitas. Solo en la medida en que consigamos adelantarnos a la amenaza lograremos conjurarla.

¿Y si no hubiera solución al terror? (Rubén Amón EL PAÍS 10) Los únicos remedios contra la amenaza no van a emprenderse nunca. Porque implican la acusación de Arabia Saudí y de las satrapías del Golfo como divulgadoras y financiadoras de la doctrina letal del wahabismo.

Podemos defendernos (Ignacio Sostres ABC 13) Claro que podemos hacer algo. Y lo primero es recordar que hay una sola Civilización y que fuera de ella todo es barbarie.

El empate infinito (Ignacio Camacho ABC 13) La falsa supremacía de la normalidad sólo esconde la falta de coraje para tomar el problema en serio.

Dies irae (Fernando Sánchez Dragó EL MUNDO 2) La derrota del terrorismo no se conseguirá orquestando minutos de silencio, ni encendiendo velitas junto a peluches.

Sangre derramada (Mario Vargas Llosa EL PAÍS 11) Los fanáticos nunca van a ganar la guerra. La matanza de inocentes será una poda y las viejas Ramblas seguirán imantando a la misma variopinta humanidad.

La Rambla de Barcelona (Álvaro Vargas Llosa ABC 14) La Rambla seguirá muy viva, como sobrevivió al anarquista que arrojó la bomba en el Liceu.

En directo, el caos (Arcadi Espada EL MUNDO 4) El atentado en directo nada tiene que ver con la información. Internet ha elevado el parloteo a lo sublime.

Y ADEMÁS…

  • Pisando charcos (El Submarino LA RAZÓN 2) Es harto evidente que la política de comunicación del PSOE es algo más que mejorable. Los móviles del sanchismo han echado humo este agosto con las salidas de tono a cuenta de la plurinacionalidad.
  • Caos y purgas en el ala oeste (EL PAÍS 10. Editorial) El equipo que rodea a Trump sigue envuelto en una espiral de ceses y dimisiones sin fin. De todos ellos, el de ayer, de su jefe de estrategia, Steve Bannon, es el más significativo porque Trump ha demostrado que la agenda nacionalista y populista de Bannon y la suya son idénticas.
  • Trump deja caer a su ideólogo (ABC 4. Editorial) Trasiego de cargos en la Casa Blanca sin precedentes. La salida de Steve Bannon, considerado como el ideólogo del nacionalismo aislacionista con el que Trump llegó a la presidencia, muestra la personalidad imprevisible del presidente estadounidense y su capacidad para enredarse en todos los problemas.
  • Trump se queda solo (LA VANGUARDIA 26. Editorial) Trump es libre de elegir y cambiar a los miembros de su equipo, pero cuando estos se marchan o son despedidos resulta evidente que hay un problema dentro de la Casa Blanca, Y ese problema lo está dejando cada vez más aislado.
  • Dictadura en Venezuela (EL MUNDO 3. Editorial) Desde el viernes, Venezuela es una dictadura con un solo poder, el que emana de la Asamblea Constituyente, un órgano ilegítimo creado tras una farsa electoral y que ha asumido todos los poderes del Estado.

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