Editorial de Cantabria24horas.com

RAJOY LANZA UN MENSAJE ACERTADO EN CATALUÃ‘A, AFIRMA EL MUNDO

RAJOY LANZA UN MENSAJE ACERTADO EN CATALUÃ‘A

Ayer, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, estuvo en CataluÃ±a para participar en Barcelona en la presentaciÃ³n del candidato del PP, Xavier GarcÃa Albiol, como candidato del PP a las elecciones del 21-D. Rajoy llamÃ³ a votar a la "mayorÃa silenciosa catalana" y apelÃ³ a la CataluÃ±a "mestiza y abierta". Su mensaje es acertado en un momento trascendental que exige, por un lado, la movilizaciÃ³n de la CataluÃ±a "valiente", tal como la calificÃ³ Rajoy, y, por otro, el mayor entendimiento entre las fuerzas constitucionalistas. El independentismo no sÃ³lo ha intentado liquidar el Estatut, sino que ha roto la convivencia y ha abocado la economÃa al desastre. Los comicios del 21-D no van a solucionar el problema de fondo, pero contribuirÃ¡n a abrir una oportunidad para que el independentismo pierda la mayorÃa parlamentaria. SÃ³lo hay dos caminos para derrotar el delirio del secesionismo: la ley, activada al amparo del orden constitucional y las urnas del prÃ³ximo 21 de diciembre.

EL MUNDO 3. Editorial

HAY QUE DECIR A LOS NO NACIONALISTAS PARA QUÃ‰ SE QUIERE SU VOTO

Rajoy pidiÃ³ ayer en Barcelona que "la mayorÃa silenciosa" de CataluÃ±a vaya a votar el 21D. Pero hay que decirles a los catalanes no nacionalistas para quÃ© se pide su voto y para no equivocarse hay que recordar las fÃ³rmulas que ya han fallado. Ha fracasado el entreguismo lingÃ¼Ãstico y educativo al nacionalismo, utilizado para romper CataluÃ±a. Ha fracasado la federalizaciÃ³n del sistema autonÃ³mico, porque el nacionalismo no aspira a mÃ¡s competencias sino a romper con EspaÃ±a. Y ha fracasado la fÃ³rmula del apaciguamiento que intentÃ³ el Gobierno a travÃ©s de la vicepresidenta SÃ¡enz de SantamarÃa, porque el agresor se siente fuerte cuando la vÃctima ofrece diÃ¡logo. En CataluÃ±a es perjudicial el discurso buenista del consenso con el nacionalismo mientras no se gane la batalla planteada por la democracia y la ConstituciÃ³n. Este deberÃa ser el espacio propio del PP, en el que Cs ha tomado posiciones por una evidente falta de estrategia de confrontaciÃ³n de los populares con el nacionalismo, pues se pensaba que era mejor el perfil bajo para no movilizar a los secesionistas. Error del que se puede salir el 21D si al constitucionalismo catalÃ¡n se le presentan esta cita electoral como la oportunidad de poner fin al separatismo.

ABC 4. Editorial

Rajoy y el fantasma de la mayorÃa silenciosa (AntÃ³n Losada. EL PERIÃ“DICO 9) Rajoy y el PP no pueden permitirse que una dÃ©cada de esfuerzo para rentabilizar cuanto sucedÃa en CataluÃ±a acabe resultando el negocio de su vida para Rivera.

EL INDEPENDENTISMO ES EXCLUYENTE Y ANTISOCIAL

El independentismo ha generado una confusiÃ³n ideolÃ³gica por su constante deformaciÃ³n del lenguaje. Han disfrazado bajo un lenguaje democrÃ¡tico, europeÃsta y progresista un proceso de destrucciÃ³n de la convivencia y de las instituciones que nada tenÃa de democrÃ¡tico, europeÃsta o progresista. Las clases populares, tanto en EspaÃ±a como en CataluÃ±a, no apoyan la causa secesionista que reivindica la insolidaridad de los territorios mÃ¡s ricos con los mÃ¡s pobres. Que el independentismo predomine en los estratos mÃ¡s pudientes, con mÃ¡s estudios y con mÃ¡s ascendientes catalanes configura el secesionismo como un proyecto excluyente y nada igualador. Por fortuna, una parte de la izquierda ha reaccionado y tomado la iniciativa. Lo lÃ³gico es que ahora complete ese camino, no se posicione en el eje nacionalista y se sitÃºe donde tiene que estar, en el eje de los derechos y libertades, la equidad, la igualdad y la justicia social. Se ha desenmascarado la naturaleza etnicista, antieuropeÃsta, regresiva en lo social y antidemocrÃ¡tica del independentismo.

EL PAÃS 12. Editorial

ADA COLAU, UNA SEPARATISTA MÃS

La decisiÃ³n de las bases del partido de Ada Colau de romper el acuerdo de gobierno con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona es la confirmaciÃ³n de la deriva independentista, que se erige, con gran cinismo, adalid de la izquierda pura. Colau ha demostrado que estÃ¡ dispuesta a sacrificar la gobernabilidad de Barcelona por puro tacticismo de cara al 21-D; es decir, antepone su estrategia partidista para una cita en la que todos los sondeos seÃ±alan a su partido como bisagra del prÃ³ximo Gobierno catalÃ¡n. La alcaldesa ha colgado su disfraz de equidistante para zambullirse en una hoja de ruta cuyo objetivo es reeditar el tripartito o, en cualquier caso, confluir con las fuerzas independentistas. Este giro responde a la pulsiÃ³n secesionista de Colau. Su incapacidad para mantener el pacto con el PSC es la guinda de su errÃ¡tica trayectoria. Se ha quitado la careta; es una independentista mÃ¡s cuya adolescente acciÃ³n polÃtica rezuma irresponsabilidad y sectarismo.

EL MUNDO 3. Editorial

COLAU ELIGE EL INDEPENDENTISMO

El motivo esgrimido ha sido la disconformidad de la alcaldesa de Barcelona con aplicaciÃ³n del 155 y el apoyo que esta medida ha recibido de los socialistas. Colau dejÃ³ clara su opiniÃ³n estos dÃas, poniÃ©ndose al frente de las manifestaciones que pedÃan la libertad de los "presos polÃticos", una muy medida estrategia electoral al gusto de la demanda independentista. A 30 dÃas de las elecciones del 21-D podrÃa haber evitado un motivo mÃ¡s de inestabilidad polÃtica en CataluÃ±a, pero han prevalecido sus intereses particulares sobre los de Barcelona. Ahora, el gobierno de la ciudad sÃ³lo se puede sostener con el apoyo de ERC, incluso con el aÃ±adido simbÃ³lico de la CUP; es decir, con los partidos independentistas. La gestiÃ³n de Colau como alcaldesa no pasarÃ¡ por haberse ocupado de los asuntos que afectan a los ciudadanos y sÃ por su proyecciÃ³n como lÃder para futuros objetivos.

LA RAZÃ“N 3. Editorial

LA RUPTURA DE BC Y PSC, MALA NOTICIA PARA BARCELONA

Cuando el gobierno municipal de Barcelona necesita mayor estabilidad polÃtica sucede lo contrario. La ruptura del pacto de gobierno entre Barcelona en ComÃº (BC) y el PSC es una mala noticia para la ciudad. Cuando se trata de superar divisiones y de tender puentes para hacer frente a los retos ciudadanos se ha optado por el camino contrario. Ante la presiÃ³n de los partidos independentistas para que Colau rompiera el pacto con el PSC y ante la insistencia de Ã©ste por mantenerlo, la alcaldesa optÃ³ por lavarse las manos y dejar la decisiÃ³n en el voto de los militantes. Ahora Colau tendrÃ¡ la gobernabilidad mÃ¡s complicada, aunque el PDeCAT y ERC ya le han ofrecido su apoyo. Para el PSC, la pÃ©rdida del gobierno municipal de Barcelona ha sido un golpe muy duro que tendrÃ¡ consecuencias polÃticas de cara a las posibles alianzas tras las elecciones catalanas.

LA VANGUARDIA 24. Editorial

COLAU DA UN VOLANTAZO INCIERTO

La ruptura de Barcelona en ComÃº con el PSC es un punto de inflexiÃ³n en la trayectoria de Ada Colau y, tal vez, un punto de no retorno. En el acuerdo entre las dos formaciones se dejÃ³ bien claro que su contenido quedaba al margen de la cuestiÃ³n nacional catalana. Por ello, cuesta entender que Colau haya sometido a las bases de su partido la continuaciÃ³n del pacto por el apoyo socialista al 155. Esta decisiÃ³n de los comunes consagra el volantazo desde posiciones estrictamente soberanistas hacia postulados independentistas, como ya se intuyÃ³ cuando participaron en el referÃ©ndum ilegal del 1-O. Veremos quÃ© impacto tiene este viraje el 21-D, cuando la confluencia de izquierdas se presentarÃ¡ por primera vez bajo la hegemonÃa del grupo de Colau. Barcelona en ComÃº queda ahora a merced del apoyo de los independentistas, PDeCAT, ERC y la CUP, lo que hace temer que la inestabilidad llegarÃ¡ al ayuntamiento, y el probable intento de poner la ciudad al servicio de la agitaciÃ³n independentista y el enfrentamiento con el Estado. Justo lo contrario de los que necesita Barcelona.

EL PERIÃ“DICO 10. Editorial

Encallados, no hundidos (MÃ rius Carol. LA VANGUARDIA 2) El afÃ¡n de Colau de mantener un pie en cada orilla, la ha llevado a convocar una consulta entre su gente.

El laboratorio del Dr. Iceta (Xavier Vidal-Folch. EL PAÃS 2) La lista pluripartidista fraguada por el lÃder del PSC, Miquel Iceta, ha recibido en pocas horas mucho vapuleo.

Una Justicia simbÃ³lica (F. JimÃ©nez Losantos. EL MUNDO 2) Es peor el autogolpe de la legalidad espaÃ±ola, perpetrado por una justicia sÃ³lo simbÃ³lica, que el golpe mismo de los independentistas.

Poco le durÃ³ (Luis Ventoso. ABC 15) El frente constitucionalista empieza a agrietarse. El PSC es en la prÃ¡ctica un partido nacionalista, que nadie se engaÃ±e.

Las limitaciones (Salvador Sostres. ABC 70) El soberanismo se estÃ¡ deshaciendo como un azucarillo y busca alianzas en lo mÃ¡s bajo de la polÃtica catalana: primero, la CUP, ahora Colau

Ada, la secesionista (Fernando RayÃ³n. LA RAZÃ“N 15) La polÃtica catalana camina hacia un pacto polÃtico del que Colau e Iglesias quieren ser colaboradores necesarios.

Rehacer el nosotros (Francesc-Marc Ãlvaro. LA VANGUARDIA 18) La ruptura del pacto de Barcelona en ComÃº y el PSC es una mala noticia para los socialistas y no tan buena como piensan los independentistas.

La expulsiÃ³n (Enric Sierra. LA VANGUARDIA Vivir 2) El apartheid que sufre el PSC en el Ã¡mbito local tendrÃ¡ graves consecuencias en el futuro polÃtico de CataluÃ±a.

Forcadell, la ausenta (Santiago GonzÃ¡lez. EL MUNDO 10) Uno valorÃ³ muy positivamente el 155. Para no haber experiencia se aplicÃ³ con tiento y Ã©xito.

Complot de tramposos (RaÃºl del Pozo. EL MUNDO 56) Tantas banderas no pueden ocultar que la Forcadell ha desertado ni que Puigdemont sea un estorbo.

El 155 de Monterroso (Ignacio Camacho. ABC 13) "El separatismo, Forcadell aparte, no ha renunciado a su proyecto. No puede, lo ha llevado demasiado lejos"

El veneno nacionalista (JosÃ© MarÃa Carrascal. ABC 14) SerÃa interesante saber quÃ© hubiese pasado si Forcadell hubiera ido a la manifestaciÃ³n prolibertad de los nacionalistas presos.

El teatro y el bodegÃ³n (Antoni Puigverd. LA VANGUARDIA 25) Â¿Hemos puesto en riesgo la unidad civil catalana sÃ³lo para poder montar una gran obra de teatro?

El mal sueÃ±o del PSOE (Juancho Dumall. EL PERIÃ“DICO 11) El 21-D puede marcar otro hito en la lucha por el derecho a decidir con la que empezÃ³ el procÃ©s.

Y ADEMÃSâ€¦

Hay que revertir los efectos econÃ³micos del golpe (LA RAZÃ“N 3. Editorial) Los cesados gobernantes separatistas catalanes tendrÃ¡n que responder por poner en peligro la prosperidad de los catalanes.
De banderas y otras cosas (Esperanza Aguirre. ABC 15) DeberÃamos colocar el respeto y el acatamiento de la ConstituciÃ³n en el centro de nuestra vida pÃºblica.
Aznar, mÃ¡s guapo calladito (Eduardo Inda. LA RAZÃ“N 2) Cada una de sus comparecencias pÃºblicas es una sesiÃ³n de boxeo en la que Rajoy hace las veces de punching ball. Aznar es desleal con Rajoy.
La brecha que separa norte y sur (ABC 4. Editorial) La recuperaciÃ³n econÃ³mica se estÃ¡ plasmando en una intensa creaciÃ³n de riqueza y empleo, pero a pesar de la mejorÃa, hay claras diferencias laborales entre el norte y el sur de EspaÃ±a, como revela la Ãºltima EPA.
280 caracteres de mala polÃtica (EL PAÃS 12. Editorial) Las injerencias de Rusia en procesos electorales europeos y en el conflicto catalÃ¡n deben encender las alarmas respecto a las redes sociales. Las noticias falsas y bulos interesados que se transmiten por ellas actÃºan como carcoma para la democracia.