Editorial de Cantabria24horas.com

EL SOBERANISMO DESEA LIBRARSE DE PUIGDEMONT

Carles Puigdemont estÃ¡ cada vez mÃ¡s solo y se muestra incapaz de percibir lo que es realidad y lo que no es sino pura ficciÃ³n. El expresidente de la Generalitat es ahora mismo un dolor de muelas y una patata caliente de la que en el soberanismo desean librarse. Puigdemont no tiene futuro polÃtico. Sabe que antes o despuÃ©s rendirÃ¡ cuentas ante la Justicia espaÃ±ola. Y ha ido viendo cÃ³mo sus exconsejeros en prisiÃ³n se han apeado del tren independentista. Pero Ã©l se aferra al disparate de pretender ser investido presidente por vÃa telemÃ¡tica y de querer dirigir CataluÃ±a desde su exilio flamenco, algo tan descabellado que hasta el propio Artur Mas ha lamentado que la "hiperideologizaciÃ³n" de su delfÃn lastre el proyecto nacionalista. Pero de Puigdemont no hay que esperar ataques de cordura. Frente a Ã©l, la siempre radical Marta Rovira, secretaria de ERC, parece tocada por la sensatez cuando pide realismo para recuperar la Generalitat. O el nacionalismo se deshace de una vez de Puigdemont, o CataluÃ±a se verÃ¡ abocada a nuevas elecciones. El daÃ±o que estÃ¡ dispuesto a hacer el expresidente es infinito.

EL MUNDO 3. Editorial

PUIGDEMONT DEBE CEDER PASO A UN GOBIERNO ESTABLE

Carles Puigdemont, forzando la interpretaciÃ³n del reglamento del Parlament, baraja varias opciones para ser investido, todas inviables. Pero poco le importa que los letrados del Parlament, entre otros, hayan desestimado estas opciones por no ajustarse a derecho. O que no haya precedentes de investiduras a distancia aquÃ o en otros paÃses. O que el presidente Rajoy no refrendarÃa una investidura de esta naturaleza, ni que el Tribunal Constitucional la impugnarÃa. Si, pese a todo, Puigdemont se empeÃ±ara en ser investido, el prestigio de CataluÃ±a sufrirÃa un nuevo golpe. Creemos que la hora de las astucias queda atrÃ¡s. Ya se intentaron, con los lamentables resultados conocidos para la convivencia, la economÃa del paÃs y tambiÃ©n para primeras figuras del soberanismo. Con estos precedentes, seguir por la vÃa de la confrontaciÃ³n y el dislate es doblemente inadecuado. No es eso lo que hay que hacer. Por el contrario, hay que formar gobierno cuanto antes, hay que procurar que sea estable y, de este modo, hay que contribuir a restaurar la dignidad de unas instituciones que son de todos y que, en los Ãºltimos aÃ±os, han sido maltratadas.

LA VANGUARDIA 28. Editorial

Representar (Bieito Rubido. ABC 2) Puigdemont y Junqueras tratan de nuevo de tomarse a broma el Estado de Derecho y proyectan una imagen de CataluÃ±a ciertamente chusca.

Ustedes que pueden, gobiernen (Enric HernÃ ndez. EL PERIÃ“DICO 7) El desgobierno es muy palpable en la polÃtica catalana, antes y despuÃ©s del 155, pero la espaÃ±ola no le anda a la zaga.

Proceso, deshecho (Arcadi Espada. EL MUNDO 4) El proceso ha acabado en derrota, pero ha salido victorioso en la propaganda.

Liturgia democrÃ¡tica (Javier Redondo. EL MUNDO 18) Los puigdemonistas no buscan tanto la investidura del prÃ³fugo como el desprestigio del Parlament y la subversiÃ³n de las reglas.

Tabarra catalana (Antonio Burgos. ABC 15) Se merecen la cÃ¡rcel no por sediciosos y rebeldes, sino por pesados, por el coÃ±azo independentista que nos dan.

Sombrajo (JosÃ© MarÃa Carrascal. ABC 16) Â¿QuÃ© garantÃas de legalidad pueden dar quienes han demostrado una y otra vez que no reconocen las leyes espaÃ±olas?

Mas la emprende ahora contra su propio legado. (A los cuatro vientos. ABC 16) Artur Mas vino a acusar a Puigdemont de "confundir la realidad por un exceso de ideologÃa".

Mas y el consejo que Ã©l no siguiÃ³ (Puntazos. LA RAZÃ“N 3) Artur Mas no quiere ser un obstÃ¡culo de cara a la fusiÃ³n de PDeCAT y JxCAT. PodÃa habÃ©rselo pensado antes.

La repÃºblica y la mentira (Cristina LÃ³pez Schlichting. LA RAZÃ“N 4) A Junqueras, Forn y los Jordis sÃ³lo les ha faltado cantar el himno nacional. Lo triste no es que sean una panda de cobardes, sino que sus huestes les aclaman por ello.

Realismo o legitimismo (Lola GarcÃa. LA VANGUARDIA 22) El PDeCAT y la plataforma de Puigdemont se enfrentan por la estrategia a seguir y hasta por el reparto de fondos.

La investidura y un debate fulero (JosÃ© Antonio Zarzalejos. EL PERIÃ“DICO 7) El Parlamento es un organismo que exige estar para ser: no hay presidencia sin presencia.

Todos los que no estuvieron pero fueron (Marta Riverola. EL PERIÃ“DICO 7) Las 155 monedas de plata esculpidas por RufiÃ¡n son el mejor titular de una campaÃ±a de presiÃ³n que tuvo muchos protagonistas.

PolÃtica del conflicto (Joan CaÃ±ete Bayle. EL PERIÃ“DICO 11) Los presos que han renegado ante el juez del 1-O han sido objeto de burlas en redes y tertulias.

LOS ERRORES DE PP Y PSOE IMPULSAN A CS EN LAS ENCUESTAS

Ciudadanos estÃ¡ en ascenso y con capacidad de superar en votos a PP y PSOE, segÃºn el sondeo de Metroscopia publicado ayer por EL PAÃS. Aunque es una foto coyuntural, refleja el potencial de la formaciÃ³n naranja para atraer a votantes populares desencantados y a votantes socialistas. El principal damnificado por el auge de Cs es el PP, por ausencia de impulso polÃtico e ideas innovadoras en un partido acorralado por la corrupciÃ³n y ensimismado en la crisis catalana, que solo logra pactos puntuales, incumple a veces los alcanzados y es incapaz de presentar un proyecto de futuro ilusionante. Sin renovaciÃ³n y sin reformas, el PP estÃ¡ dejando el campo libre por el centro. Por su parte, el PSOE, con un liderazgo inconsistente y sin un posicionamiento claro sobre el nacionalismo perifÃ©rico, el modelo de Estado o las reformas para la sostenibilidad del Estado de bienestar, resta fuerzas a la izquierda junto a un Podemos que sigue en el radicalismo y el populismo. Cs ha sabido conquistar al electorado urbano gracias a su talante pactista y pragmÃ¡tico y se ha aupado por su defensa de la EspaÃ±a constitucional.

EL PAÃS 14. Editorial

EL PP DEBERÃA HACER VALER SU BUENA GESTIÃ“N

Hay preocupaciÃ³n en la militancia del PP por los resultados obtenidos en las elecciones catalanas y por los datos de algunas encuestas que apuntan al ascenso de Cs. El partido de Albert Rivera ha sabido encarnar el espaÃ±olismo en CataluÃ±a y arrastrar el voto Ãºtil. Es una formaciÃ³n nueva, con poco lastre de gobierno, que juega a una inteligente ambigÃ¼edad ideolÃ³gica, con la que evita las aristas que conlleva cualquier gestiÃ³n pÃºblica. Pero Cs pugna por el espacio de centroderecha sin que haya tocado techo electoral a su izquierda. Es lÃ³gico el desconcierto de los populares porque su impecable gestiÃ³n de la difÃcil crisis catalana no les haya supuesto el reconocimiento de los electores. Pero no deberÃan caer en el desÃ¡nimo, ya que tienen en su haber algunas de las polÃticas de mÃ¡s Ã©xito para la sociedad espaÃ±ola, que han impulsado la histÃ³rica recuperaciÃ³n de la crisis y del mercado de trabajo. El PP debe hacer valer su buena gestiÃ³n ante los espaÃ±oles y abanderar la nueva ola patriÃ³tica. Sin complejos.

LA RAZÃ“N 3. Editorial

Temblor de placas (Ignacio Camacho. ABC 15) Rajoy debe decidir cÃ³mo perfila su legado. Si no actualiza el modelo serÃ¡n los electores los que den paso a otro nuevo.

Viejas glorias y muchas caras nuevas (Curri Valenzuela. ABC 21) Lo que mÃ¡s preocupa en el PP es recuperar las alcaldÃas emblemÃ¡ticas de Madrid, Sevilla y Valencia.

Esperando a Rajoy (Alfonso Rojo. LA RAZÃ“N 2) Sin responsabilidad autonÃ³mica o municipal alguna, Cs jugarÃ¡ en los prÃ³ximos meses a lo que quiera, como ha hecho en CataluÃ±a

La lucha por el nuevo centro (JosÃ© MarÃa Marco. LA RAZÃ“N 21) EstÃ¡ por ver si el PP serÃ¡ capaz de volver a disputar el espacio del centro.

Los laureles de Pablo Iglesias (Puntazos. LA RAZÃ“N 3) El lÃder de Podemos reivindica su liderazgo frente a aquellos que han movido la silla de su primogenitura.

El invierno del descontento (Juan Cruz. EL PAÃS 20) Es el invierno del descontento de Pablo Iglesias y lo ha resuelto haciendo autocrÃticaâ€¦ a los otros.

El invierno de un nostÃ¡lgico (Juan Pablo Colmenarejo. ABC 5) Iglesias echa de menos el asalto a los cielos porque sin la agitaciÃ³n de la verborrea no es nada.

Pablo y nada mÃ¡s (Antonio MartÃn Beaumont. LA RAZÃ“N. 27) Muchos dirigentes deseaban ver gestos que marcasen un camino distinto.

Y ADEMÃSâ€¦

Nuevas amenazas, nuevas respuestas (ABC 4 Editorial) La creaciÃ³n de una gran unidad especÃfica para defendernos del ciberterrorismo es una necesidad imperiosa para EspaÃ±a.
El pacto educativo es posible (EL MUNDO 3. Editorial) El acuerdo unÃ¡nime de los partidos para mejorar la formaciÃ³n de los profesores demuestra que se pueden alcanzar pactos cuando hay voluntad polÃtica.
Estrategias frente al Brexit (EL PAÃS 14. Editorial) Las autonomÃas, en tanto que gestoras descentralizadas de la actividad econÃ³mica, deberÃan concertar con el Gobierno central un plan de cooperaciÃ³n para compensar las pÃ©rdidas derivadas del Brexit.
Las pensiones deberÃan ser el tema (EL PERIÃ“DICO 6. Editorial) Urge el consenso para reformar un sistema que en estos momentos empobrece a miles de espaÃ±oles.
Recuperar el turismo en Barcelona (EL PERIÃ“DICO 6. Editorial) Es necesario tomar medidas de promociÃ³n inmediata del sector turÃstico en Barcelona.
Museos catalanes, lejos de la excelencia (LA VANGUARDIA 28. Editorial) La futura Generalitat debe tener claro que los museos son un activo principal para CataluÃ±a.
El orgullo de don Rodrigo (Francisco Rosell. EL MUNDO 2) No cabe duda de que el Gobierno se sirviÃ³ de Rato como cabeza de turco. Pero habrÃa sido suicida cerrar filas con Ã©l. El PP se sumerge en aguas pantanosas que amenazan con tragÃ¡rselo.
Rato, harto y mÃ¡s cerca de la prisiÃ³n: "Ya no me voy a callar" (Carlos Segovia. EL MUNDO 16) El Gobierno considera que el ex presidente de Bankia rompe su silencio desesperado al ver inminente su primera condena firme de cÃ¡rcel.
Menos trabas para la adopciÃ³n (ABC 4. Editorial) La adopciÃ³n debe disponer de un marco normativo claro y Ã¡gil para que las familias no tengan que esperar aÃ±os para adoptar