Editorial de Cantabria24horas.com

MAS ESTÃ A TIEMPO DE CORREGIR UN ERROR QUE SOLO LLEVA A LA FRUSTRACIÃ“N Y AL VACÃO

EL DEBATE SOBRE CATALUÃ‘A ABRE LA OCASIÃ“N DE RECUPERAR EL DIÃLOGO CONSTITUCIONAL

La sesiÃ³n prevista para el martes en el Congreso no darÃ¡ satisfacciÃ³n a la propuesta del Parlamento catalÃ¡n para organizar un referÃ©ndum, porque las principales fuerzas polÃticas representadas en el Congreso no pueden ni deben aceptar el camino que CiU y ERC han tomado de forma unilateral, sin negociaciÃ³n, con plazos perentorios y escaso interÃ©s por demostrar un respeto estricto a la legalidad. La reciente sentencia del Tribunal Constitucional sugiere emprender otro camino. Por una parte cierra la puerta a la soberanÃa proclamada unilateralmente por el Parlamento catalÃ¡n, y en ese punto conforta la posiciÃ³n del Gobierno de Rajoy. Pero tambiÃ©n abre la posibilidad constitucional de un "derecho a decidir" como "aspiraciÃ³n polÃtica" a la que se puede llegar mediante un proceso ajustado a la legalidad constitucional. El tribunal la considera legÃtima, siempre que no se identifique con el derecho de autodeterminaciÃ³n ni con la atribuciÃ³n de una soberanÃa de la que carece, por sÃ sola, la ciudadanÃa catalana. SerÃa inaceptable que la sesiÃ³n del prÃ³ximo martes se convirtiera en un frontÃ³n en que rebotaran los argumentos de unos y otros. El Congreso puede afinar una salida positiva para una sesiÃ³n que muchos querrÃan reducir a un simple portazo. El debate del martes solo serÃ¡ serio y Ãºtil si alumbra el compromiso de avanzar por la senda del diÃ¡logo.

EL PAÃS 30 Editorial

LA LEGALIDAD Y DEMOCRACIA DE LA ASAMBLEA NACIONAL CATALANA ES PURA PANTOMIMA

La mejor prueba de que la apuesta soberanista de Artur Mas desborda ya su capacidad de gestiÃ³n y de control de daÃ±os la dio ayer la denominada Asamblea Nacional Catalanacon la aprobaciÃ³n de un calendario que, en sÃ mismo, supone una calculada apuesta por los hechos consumados. La plataforma que dirige el proceso ha decidido calentar la sesiÃ³n monogrÃ¡fica sobre la consulta prevista para el martes en el Congreso con una hoja de ruta presuntamente inapelable. La ANC, decidida a obviar la respuesta del Estado de Derecho a un referÃ©ndum inconstitucional, ha echado mano de la mitologÃa mÃ¡s acorde a la ruptura. Por un lado, ha dictaminado que CataluÃ±a serÃ¡ sÃ o sÃ independiente el dÃa de Sant Jordi de 2015, y que habrÃ¡ otra consulta coincidiendo con la Diada para dotar al nuevo Estadode una ConstituciÃ³n. Por otro -y en clara alusiÃ³n al advenimiento de la RepÃºblica en 1931- los ayuntamientos serÃ¡n los tractores de la independencia con declaraciones unilaterales de secesiÃ³n. La ANC muestra su verdadero rostro con esta estrategia pretendidamente inamovible. Deja claro que no acatarÃ¡ ningÃºn mandato legal ni ninguna decisiÃ³n judicial que ponga trabas a su propio anhelo. Cualquier apariencia de legalidad y democracia es pura pantomima.

EL MUNDO 3 Editorial

MAS ESTÃ A TIEMPO DE CORREGIR UN ERROR QUE SOLO LLEVA A LA FRUSTRACIÃ“N Y AL VACÃO

El ministro de Asuntos Exteriores, Manuel GarcÃa-Margallo, advierte hoy en LA RAZÃ“N de que el riesgo que la deriva separatista que impulsa Artur Mas, acabe en una frustraciÃ³n colectiva cuando se demuestre que se trata de un camino sin salida. Quienes ayer asistieron, con espÃritu crÃtico, al espectÃ¡culo que la autodenominada Asamblea Nacional Catalana protagonizÃ³ en Tarragona comprenderÃ¡n perfectamente el calado de la advertencia del ministro. Nos hallamos ante una pura fuga de la realidad por parte de un sector de la sociedad catalana. TodavÃa minoritario, que se encontrarÃ¡ ante un irremediable vacÃo polÃtico, pero tambiÃ©n anÃmico y moral, cuando los mecanismos legales, dispuestos por nuestro ordenamiento constitucional, surtan sus efectos jurÃdicos. Ni que decir tiene que la "hoja de ruta" de los dirigentes de la ANC carece de la menor viabilidad. Pero no es tanto el programa reivindicativo separatista lo que deberÃa preocupar a la Generalitat, sino el problema no menor de que se estÃ© induciendo a las corporaciones locales de CataluÃ±a, parte de las cuales respaldan especÃficamente a la ANC, a llevar a cabo actuaciones con trascendencia jurÃdica claramente al margen de la legislaciÃ³n vigente y que serÃ¡n respondidas por el peso de la Ley. Mas deberÃa llevar a cabo una rectificaciÃ³n del proceso soberanista antes de que se culmine ese salto al vacÃo que dejarÃ¡ gravemente tocada a una parte de la sociedad catalana. En ese camino de vuelta a la razÃ³n, Mas encontrarÃa el apoyo de la inmensa mayorÃa de los ciudadanos y, por supuesto, del Gobierno y las instituciones de la naciÃ³n.

LA RAZÃ“N 3 Editorial

CataluÃ±a entre el "no" y el "ahora bien" (Pedro J. RamÃrez EL MUNDO 23, 24) Un Estado no debe conformarse con abortar de plano un anhelo de una parte de la ciudadanÃa. Estamos abocados a una reforma de la ConstituciÃ³n que promedie e integre los planteamientos legÃtimos del PSC, izquierda federalista, y nacionalismo pactista con los de UPyD o Ciutadans.

CataluÃ±a ha sido, es y serÃ¡ una parte esencial de EspaÃ±a(Francisco Marhuenda LA RAZÃ“N 15) Los catalanes hemos participado activamente en la construcciÃ³n de una gran naciÃ³n.

El final de Mas a travÃ©s de ERC (Toni BolaÃ±o LA RAZÃ“N 16, 17) ERC ha triturado el espacio electoral nacionalista y arrebatado la bandera que siempre habÃa llevado CiU.

UNAS CARTAS QUE DESPEJAN LAS DUDAS SOBRE LA RELACIÃ“N DE SUÃREZ CON EL REY

Adolfo SuÃ¡rez Illana responde con contundencia hoy en EL MUNDO a Pilar Urbano, a la que insta a probar las afirmaciones que ha hecho sobre su padre, y muy especialmente aquellas en las que asegura que el expresidente estaba convencido de que el Rey participÃ³ en la orquestaciÃ³n del golpe de Estado del 23-F. SuÃ¡rez Illana aporta una serie de cartas manuscritas enviadas por el Rey al expresidente del Gobierno y que Ã©ste legÃ³ a su hijo. Algunas de ellas muestran cÃ³mo la relaciÃ³n entre ambos estuvo guiada en todo momento por "el inmenso cariÃ±o, respeto, admiraciÃ³n y confianza que hay entre los dos". Los documentos demuestran que el Rey nunca titubeÃ³ ni tuvo tentaciones involucionistas, sino que siempre trabajÃ³ a favor de las libertades democrÃ¡ticas. Las cartas aclaran que la dimisiÃ³n de SuÃ¡rez fue tomada de mutuo acuerdo con el Rey en el verano de 1980 y que el expresidente no sufriÃ³ "ningÃºn tipo de presiones y mucho menos militares" como se lee en una de ellas. SuÃ¡rez Illana ha dado un valiente paso adelante mostrando unos documentos esclarecedores y hasta ahora inÃ©ditos. Otros deberÃan seguir su ejemplo para evitar que se continÃºen formulando hipÃ³tesis imposibles de demostrar sobre un periodo de nuestra Historia reciente tan falto de documentaciÃ³n. SÃ³lo asÃ podrÃ¡ abrirse paso la verdad histÃ³rica. El Gobierno debe tomar la iniciativa y hacer uso de la prerrogativa que le otorga la ley para desclasificar una informaciÃ³n que en nada afecta ya a la seguridad del paÃs y que impedirÃa el continuo desgaste de la imagen del Rey cada vez que alguna efemÃ©ride devuelve aquellos hechos a la actualidad.

EL MUNDO 3 Editorial

23-F, LA HISTORIA CONTRA LA MENTIRA

El oportunismo contra la Corona y la impunidad que confiere el silencio de los muertos dominan la Ãºltima sorpresa editorial de una veterana periodista, que ahora ha decidido reescribir la historia del 23-F para dar pÃ¡bulo a la vieja teorÃa conspiradora de que Su Majestad el Rey fue el inductor del golpe de Estado planificado por el general Armada y ejecutado por el teniente coronel Tejero. La novedad es el enfrentamiento entre Don Juan Carlos y el presidente SuÃ¡rez, descrito con transcripciÃ³n de conversaciones cuyas fuentes bien se encarga la escritora de hacerlas inverificables. Los antisistema, la izquierda extremista, los revanchistas, los especuladores de la historia y los que sÃ³lo piensan en sus cuentas de resultados, se encuentran asÃ con un nueva sarta de mentiras que ceba su discurso -o su balance- contra el gran proyecto que fue y sigue siendo el consenso constitucional de 1978, liderado por el Rey. Aquella intervenciÃ³n del Rey como CapitÃ¡n General de los EjÃ©rcitos y Jefe de Estado culminÃ³ un proceso de direcciÃ³n ejemplar que llevÃ³ a EspaÃ±a de una dictadura a una democracia, como una verdadera transiciÃ³n blindada por Don Juan Carlos y Adolfo SuÃ¡rez frente a cualquier intento de revanchismo, por parte de unos, o de perpetuaciÃ³n del franquismo, por otros. Ese camino no estuvo exento de errores. Las biografÃas de los grandes personajes histÃ³ricos nunca son perfectas. Lo que no se merecen, ni ellos, ni EspaÃ±a, es que la Historia de nuestro paÃs se convierta en pasto de oportunistas que se creen con la misiÃ³n paternalista de rescatar a los espaÃ±oles de su ignorancia.

ABC 4 Editorial

Â¿Pudo el Rey avalar un golpe contra la ConstituciÃ³n que Ã©l mismo impulsÃ³? (Casimiro GarcÃa-Abadillo EL MUNDO 3) El Gobierno deberÃa desclasificar los relevantes documentos que atesora el CNI. El CESID considerÃ³ en enero de 1981 "impensable" la colaboraciÃ³n del Rey.

El Rey, los sables y SuÃ¡rez: mi testimonio (Fernando Ã“nega LA VANGUARDIA 28) El Rey le dijo a SuÃ¡rez el 24 de febrero que se habÃa equivocado con Armada y que mandara detenerle.

EL PSC DEBE RECUPERAR LA ILUSIÃ“N Y LA UNIDAD

Barcelona tiene desde ayer un candidato para liderar la alternativa socialista al consistorio de Xavier TrÃas: Jaume Collboni. El borrÃ³n de la primera vuelta, con la "praxis incorrecta" aceptada por el partido con la dudosa votaciÃ³n de paquistanÃes, no desdibuja el ejercicio de democracia que avanza en diversos paÃses europeos siempre de la mano de las formaciones progresistas. Este paso de regeneraciÃ³n democrÃ¡tica tan reclamada por la ciudadanÃa deberÃa ser un modelo y un aliciente para dar otros, como la necesaria reforma electoral. El mecanismo para opinar estaba abierto, por lo que, desde ayer Collboni no solo podrÃ¡ rivalizar con TrÃas para la alcaldÃa de la capital catalÃ¡n sino que lo harÃ¡ como el primer candidato elegido por las urnas entre otros mÃ¡s. La situaciÃ³n merecer ser aprovechada por el PSC para recuperar la ilusiÃ³n y la unidad.

EL PERIÃ“DICO 6 Editorial

Esa leve fragancia sociovergente (Enric HernÃ¡ndez EL PERIÃ“DICO 7) El "nuevo PSC" de Pere Navarro estÃ¡ logrando romper la empalizada que no pocos quisieron levantar para aislarlo en la trinchera unionista cavada por PP y Ciutadans.

LAS PRIMERAS INTENCIONES DE WERT ESTABAN ORIENTADAS EN LA BUENA DIRECCIÃ“N

Todos los informes internacionales sitÃºan a EspaÃ±a por debajo del lugar que deberÃa ocupar un paÃs con su tradiciÃ³n cultural y su peso econÃ³mico y polÃtico internacional. Los problemas se plantean especialmente por causa de una enseÃ±anza mÃ¡s memorÃstica que prÃ¡ctica, con profesores poco motivados, Ã¡reas profundamente politizadas, malos Ãndices de abandono escolar y deficiencias en asignaturas bÃ¡sicas como matemÃ¡ticas, lectura e inglÃ©s. Resulta especialmente necesario fomentar la cultura del esfuerzo, reconocer la excelencia y ayudar a los mejores para que desarrollen sus cualidades. Ante este panorama el PP se encontraba ante una oportunidad propicia para llevar a cabo la gran reforma educativa que necesita EspaÃ±a desde hace dÃ©cadas, y que deberÃa abarcar todas sus etapas, de la enseÃ±anza obligatoria, a las variantes de formaciÃ³n profesional y el periodo universitario. Hay que reconocer que las intenciones primeras del ministro JosÃ© Ignacio Wert estaban orientadas en la buena direcciÃ³n. Enseguida se encontrÃ³ enfrente el dogmatismo y la intransigencia de ciertos sectores acomodados en el control polÃtico de algo que deberÃa protegerse fuera de esos juegos. El ruido sobredimensionado alentado por esos grupos, junto con una ambiciÃ³n insuficiente del Gobierno en un asunto en el que el paÃs se juega buena parte de su futuro, han vuelto a dejar pendiente otra vez la reforma de una cuestiÃ³n profundamente decisiva.

ABC 4 Editorial

Y ADEMÃSâ€¦

Rajoy alimenta la ansiedad de Valenciano (LA RAZÃ“N 3 Puntazos) Valenciano deberÃa agradecer a Rajoy la tardanza en nombrar a Arias CaÃ±ete: la diferencia entre ambos candidatos es abismal y mientras el ministro popular goza de respeto y prestigio en Bruselas, a la candidata del PSOE no la conoce nadie.
Sin candidato (IÃ±aki Ezquerra ABC 17) Sin eurocandidato del PP, Elena Valenciano no tiene diana a la que disparar y sÃ³lo le queda la tortura de esperar.
Se busca un Manuel Valls en el PSOE (LA RAZÃ“N 3 Puntazos) Â¿Cuenta el partido de Rubalcaba con algÃºn joven dirigente que no oculte su patriotismo y la bandera de todo?.
El nuevo Felipe del PSOE (Pilar Ferrer LA RAZÃ“N 24) Pedro SÃ¡nchez es el perfil que dibujan destacados dirigentes para recuperar liderazgo.
Bolinaga podrÃa dar las claves de nueve asesinatos mÃ¡s sin resolver (Daniel Portero de la Torre LA RAZÃ“N 27) Hay 500 atentados de ETA en los que aÃºn no se ha hecho justicia.
Contra la segregaciÃ³n (EL PAÃS 30 Editorial) Europa debe revisar las polÃticas de integraciÃ³n de la poblaciÃ³n gitana y dedicar mÃ¡s recursos.
Preservar Deoleo, reto estratÃ©gico pero sin intervenciÃ³n (EL MUNDO 3 Editorial) Pese a la necesidad de inversiones extranjeras en EspaÃ±a, que un claro competidor en el sector se haga con el timÃ³n de una empresa estratÃ©gica para nuestra economÃa preocupa con motivos al Ministerio de Agricultura.
Una multa que deja en evidencia a la izquierda (LA RAZÃ“N Puntazos) La tramitaciÃ³n del expediente a Cemex causÃ³ la dimisiÃ³n de varios funcionarios, lo que llevÃ³ a la izquierda a acusar a Montoro de depuraciÃ³n polÃtica y de intentar ocultar la multa a la empresa mexicana. Nada de esto era vierto. El PSOE deberÃa retractarse pÃºblicamente.
El ejemplo de la Mancomunitat (LA VANGUARDIA 34 Editorial) Una generaciÃ³n polÃtica e intelectual de primer orden se puso de acuerdo en torno a un gran proyecto: conseguir que CataluÃ±a desplegara su personalidad polÃtica y cultural de acuerdo con los parÃ¡metros europeos mÃ¡s adelantados.
SÃ al Espai BarÃ§a (LA VANGUARDIA 34 Editorial) El FC Barcelona ha protagonizado una jornada histÃ³rica e inicia ahora una nueva etapa con un proyecto que debe ilusionar a todos.
Un "sÃ" para el futuro del BarÃ§a (EL PERIÃ“DICO 6 Editorial) La voz del socio apuesta por renovar las instalaciones, a pesar de la vaguedad que aÃºn rodea la propuesta.