Editorial de Cantabria24horas.com

LA PREVISIBLE FRAGMENTACIÃ“N DEL VOTO REQUERIRÃ UNA GRAN HABILIDAD NEGOCIADORA

La polÃtica de proximidad al ciudadano que se ejerce desde los Ayuntamientos hace que en unas elecciones municipales el candidato sea casi siempre mÃ¡s importante que su propio partido. O al menos que su suerte electoral tenga cierto margen de independencia respecto a la que corre su formaciÃ³n en otros comicios. Sobre todo cuando se trata de los alcaldes si se presentan a la revÃ¡lida o de nuevos candidatos con especial tirÃ³n. AsÃ ha venido ocurriendo desde los albores de la democracia. Y asÃ seguirÃ¡ siendo el 24 de mayo, segÃºn se desprende del sondeo de intenciÃ³n de voto de Sigma-Dosen algunas de las principales ciudades del paÃs, que muestra el empuje de Aguirre en Madrid y el de BarberÃ¡ en Valencia. Pero, a pesar de esto, las encuestas revelan escenarios de alta volatilidad e incertidumbre, con porcentajes de indecisos demasiado altos. Por tanto, la llave de la estabilidad y de la gobernabilidad de los ayuntamientos requerirÃ¡ una gran habilidad negociadora en prÃ¡cticamente todas las grandes capitales.

EL MUNDO3. Editorial

Y esto, en las grandes (Rafael Moyano. EL MUNDO 5) Se barrunta un berenjenal mayÃºsculo en las casas consistoriales tras el 24-M. No hay mÃ¡s que repasar el panorama que dibujan las encuestas. Los alcaldes, nuevos o reelegidos, van a recibir una vara de mando mÃ¡s pequeÃ±a de lo habitual, o incluso van a tener que compartirla.

EL POPULISMO SE FROTA LAS MANOS CON LA PENDENCIA ENTRE SÃNCHEZ Y DÃAZ

El desencuentro entre Pedro SÃ¡nchez y Susana DÃaz estÃ¡ a punto de colmar la paciencia de parte de los dirigentes del PSOE que asisten a esta batalla soterrada por el liderazgo en la sigla. Las dificultades que le han surgido a DÃaz para ser proclamada presidenta de la Junta parecen haber animado a SÃ¡nchez a dar un paso al frente y hacer mÃ¡s visible el encontronazo. Pero si hay algo que no precisan los socialistas es esta batalla indisimulada por el liderazgo. La irrupciÃ³n de otras fuerzas de izquierda hace tambalear la hegemonÃa que el socialismo tenÃa en ese espectro ideolÃ³gico. El populismo se frota las manos con la pendencia entre SÃ¡nchez y DÃaz, pues puede ser el trampolÃn que facilite el sorpasso. El contexto electoral agrava las consecuencias de una pelea impropia de lÃderes que han de hacer prevalecer el principio de responsabilidad sobre sus ambiciones individuales.

ABC 4. Editorial

En el tejado de la izquierda (Javier PÃ©rez Royo. EL PAÃS 15) En la investidura de DÃaz, la pelota estÃ¡ en el tejado de la izquierda y es en el interior de la izquierda donde se tiene que resolver porque se estÃ¡ transmitiendo un mensaje de impotencia a los ciudadanos.

Sospechosos habituales (Carlos Cuesta. EL MUNDO 6) Ahora es AznalcÃ³llar. El nuevo capÃtulo de una serie que podrÃa denominarse El RÃ©gimen Andaluz.

PODEMOS SE ALEJA DE SUS ORÃGENES ASAMBLEARIOS

El movimiento ciudadano 15-M, surgido en vÃsperas de las elecciones locales y autonÃ³micas de 2011, reflejaba el desconcierto mÃ¡s radical de la izquierda ante el evidente fracaso econÃ³mico del Ãºltimo Gobierno socialista y ante la ausencia de liderazgos fuertes. Hoy, cuatro aÃ±os despuÃ©s, el 15-M estÃ¡ partido en dos, dividido entre quienes se aferran a un modelo alternativo de relaciones sociales, utÃ³pico, que desconoce la legitimidad de la polÃtica tradicional y quienes, como Pablo Iglesias, lÃder de Podemos, comprenden que las reglas del juego de las democracias modernas, como la espaÃ±ola, no admiten mÃ¡s vÃas que la representaciÃ³n parlamentaria. Por ello, ante la inminente prueba de fuego de las urnas, Podemos se aleja de sus orÃgenes asamblearios y modera su mensaje hacia el posibilismo.

LA RAZÃ“N 3. Editorial

La decepciÃ³n del maestro (Santiago GonzÃ¡lez. EL MUNDO 11) Monedero suelta que Podemos ha abandonado a la gente por la tele el mismo dÃa que ficha por Cuatro.

EL 15-M HA SIDO UN REVULSIVO ENÃ‰RGICO Y SALUDABLE PARA LA POLÃTICA ESPAÃ‘OLA

Las movilizaciones del 15-M consiguieron canalizar la frustraciÃ³n de una poblaciÃ³n abatida por los golpes de la crisis e irritada por unos partidos incapaces de dar soluciones a los grandes problemas sociales. La incÃ³gnita que planeaba sobre el 15-M era si serÃa viable llevar a las instituciones el desencanto de los indignados Los buenos resultados en las elecciones europeas de Podemos, que se reclama heredero de aquel espÃritu, despejaron la duda: no iban a renunciar a los canales tradicionales, aunque su objetivo fuera cambiarlos para siempre. Lo ocurrido ha sido un enÃ©rgico y saludable revulsivo para la polÃtica espaÃ±ola, al que luego se sumÃ³ Ciudadanos que, aunque no procede del 15-M conecta con Ã©l en el deseo de acabar con la corrupciÃ³n. La polÃtica exige traducir en propuestas viables las grandes proclamas. A los partidos emergentes les toca no frustrar a todos los que ha sabido seducir.

EL PAÃS 10. Editorial

LA RETIRADA DE BANDERAS ESTELADAS EN CATALUÃ‘A, UNA DECISIÃ“N JUSTA

La retirada de banderas esteladas de los locales pÃºblicos y colegios electorales de CataluÃ±a ordenada por la Junta Electoral Central es una decisiÃ³n absolutamente justa. Aunque los partidos soberanistas han tratado de convertirla en un nuevo ataque a CataluÃ±a, lo cierto es que hay que hacer cumplir la ley pues el independentismo ha hecho de la transgresiÃ³n de la legalidad su principal herramienta de agitaciÃ³n polÃtica.

CataluÃ±a tiene una bandera oficial, la senyera, que ha sido y sigue siendo la que representa a todos los ciudadanos. El soberanismo pretende sustituirla por la esteladaque sÃ³lo representa a una parte. La colocaciÃ³n de este sÃmbolo partidista en lugares oficiales constituye una imposiciÃ³n, un mensaje de exclusiÃ³n de quienes no comulgan con la opciÃ³n soberanista, y vulnera el deber de neutralidad de las instituciones en un proceso electoral

EL PAÃS 10. Editorial

HAY FALTA DE VOLUNTAD DEL GOBIERNO Y DE LA GENERALITAT PARA HACER CUMPLIR LA "LEY DE BANDERAS"

La estrategia de las fuerzas soberanistas catalanas pasa por forzar la visualizaciÃ³n de este movimiento en los espacios pÃºblicos. Esto explica la proliferaciÃ³n de esteladas en los ayuntamientos controlados por los nacionalistas dentro y fuera de los periodos electorales. La decisiÃ³n de la Junta Electoral Central que ordena retirarlas es lÃ³gica y responde a la obligaciÃ³n legal de garantizar la neutralidad de unos comicios. La Ley OrgÃ¡nica del RÃ©gimen Electoral afirma que los espacios en los que se dirime la soberanÃa popular no pueden tener ni una mÃnima sospecha de partidismo, y eso excluye el uso de banderas independentistas. En 323 municipios catalanes todavÃa ondean banderas separatistas en lugares y edificios pÃºblicos. Esta situaciÃ³n constata la falta de voluntad del Gobierno y de la Generalitat para hacer cumplir la Ley de Banderas.

EL MUNDO 3. Editorial

EL NACIONALISMO CATALÃN HA PASADO AL SABOTAJE CONTRA EL ESTADO

MÃ¡s que deslealtad, el nacionalismo catalÃ¡n ha pasado ya al sabotaje contra el Estado. A la consulta ilegal o el incumplimiento de sentencias, se unen las denuncias de la Generalitat a policÃas nacionales, y la exhibiciÃ³n ilegal de banderas estrelladas, sÃmbolo del separatismo catalÃ¡n, prohibidas por la Junta Electoral Central en los edificios pÃºblicos catalanes. La decisiÃ³n de la Junta es lÃ³gica, porque su exhibiciÃ³n es un acto electoral, en la medida en que los nacionalistas asocian las elecciones del 24-M a su iniciativa independentista y la colocaciÃ³n de esas banderas en los ayuntamientos es una peticiÃ³n de voto desde una instituciÃ³n pÃºblica. Ante el anuncio de desobediencia de algunos consistorios, la FiscalÃa General del Estado no tendrÃ¡ mÃ¡s camino que promover querellas contra los responsables.

ABC 4. Editorial

La estelada sÃ³lo es la bandera de un partido (Puntazos. LA RAZÃ“N 3) La Junta Electoral Central no ha prohibido la exhibiciÃ³n de "esteladas", sino que cuelguen de edificios pÃºblicos, porque esta bandera no es un estandarte oficial y sÃ³lo representa a los independentistas.

Y ADEMÃSâ€¦

Esperanza la belga (Rosa Belmonte. ABC 25) Aguirre se escaqueÃ³ de los actos institucionales maÃ±aneros en el Ayuntamiento de Madrid.
Rivera no asegura la honradez de sus candidatos (Puntazos. LA RAZÃ“N 3) El lÃder de Ciudadanos no asegura la honradez de los candidatos de su partido. Por lo tanto, Ciudadanos debe corregir su desmedida ambiciÃ³n de presentar candidatos en todas las plazas.
Los enfados de Carmena (Suelto. LA RAZÃ“N 2) EstÃ¡ cada dÃa mÃ¡s arisca y agresiva. Carmena no tolera una sola crÃtica. Menos mal que la gente no es tonta y las encuestas empiezan a darle la espalda.
Â¿La campaÃ±a mÃ¡s sucia? (IÃ±aki ZaragÃ¼eta. LA RAZÃ“N 16) Rita BarberÃ¡ estÃ¡ siendo objeto de un escrache bidimensional y Mariano Rajoy, en Mallorca, padeciÃ³ insultos y abucheos
Gobernar con dinero (Ignacio Camacho. ABC 15) El electoralismo lo favorece el propio electorado, que ha convertido la virtud de la austeridad en un anatema polÃtico.
Inocencia (Enric GonzÃ¡lez. EL MUNDO 2) La democracia parlamentaria es un sistema muy malo cuando los responsables actÃºan como irresponsables.
El "top" de las bobadas (Ernesto SÃ¡enz de Buruaga. EL MUNDO 56) Los nuevos en polÃtica deberÃan ser mÃ¡s prudentes. Y donde apuntan maneras es a la hora de decir bobadas en la campaÃ±a electoral.
El gran momento (Antonio Gala. EL MUNDO 18) Â¿QuedarÃ¡n en nada tambiÃ©n las promesas de los nuevos? EstÃ¡ por ver.
Terrorismo, PolicÃa y Mossos (LA VANGUARDIA 28. Editorial) El cruce de acusaciones pÃºblicas entre el ministro del Interior y el conseller del mismo ramo de la Generalitat por el caso de la cÃ©lula yihadista, es un episodio sumamente preocupante.
Con el terrorismo no se juega (EL PERIÃ“DICO 6. Editorial) Es irresponsable liquidar la denuncia de los Mossos con el recurso a la trifulca polÃtica, como pretende el ministro del Interior.
Â¿Van a mejorar las pensiones de las mujeres con hijos o no? (Octavio Granado. EL PAÃS 44) AquÃ, una vez mÃ¡s, no se trata de hacer polÃtica social, sino de aparentarla.
Â¿QuÃ© quebrarÃa la confianza en EspaÃ±a? (JosÃ© Antonio Segurado. ABC 40) En la aldea global en la que competimos, generar la confianza internacional es fundamental. Cuando votemos el 24- M examinemos a fondo el programa econÃ³mico de los candidatos