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LA EUROZONA PRESENTA UNA TÍMIDA MEJORÍA EN EL TERCER TRIMESTRE

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Un tímido rayo de luz entre los oscuros nubarrones que amenazan en este momento la economía europea. Así puede analizarse el indicador del Producto Interior Bruto (PIB) correspondiente al tercer tremestre del año para la eurozona, que mostró un crecimiento del 0,2%. Modesto pero positivo. El dato, facilitado por la oficina de estadística europea Eurostat, supone una expansión del 0,8% en los países que comparten el euro respecto al mismo periodo del 2013. Para economía de toda la UE, la subida trimestral ha sido de un 0,3%.

Esta ligera evolución del PIB en el área del euro supone una ligera mejora con respecto a la ralentización que provocó la mala evolución del PIB de Alemania, Francia e Italia entre abril y junio, cuando el crecimiento económico se situó en el 0,1 %, después de haberse mantenido en el 0,3 durante los dos trimestres anteriores.

Grecia, con un aumento del 0,7%, España (+0,5%) y Eslovaquia (+0,3%) han sido los países que más crecieron en los meses de julio, agosto y septiembre. Las grandes economías de la eurozona corrieron suertes diferentes: Italia continuó en recesión (-0,1%), Alemania la esquivó (+0,1%) y Francia presentó una ligera mejoría con respecto al segundo trimestre (+0,3%). Reino Unido mantuvo un buen ritmo de crecimiento (+0,7%). Junto con Italia, Chipre fue el otro país que tuvo crecimieento negativo (-0,4%).

España, con un aumento del crecimiento del 0,5%, continuó creciendo por encima de la media europea. Aunque su deuda continúa imparable. Precisamente ayer, el Banco de España hizo público su informe que da cuenta de que la deuda pública española se incrementó en septiembre en 10.513 millones de euros, lo que supone un 97,1% del PIB, lo que supone un nuevo máximo.

Desde el 2008, año del inicio de la crisis económica, la deuda de España no ha dejado de crecer pasando de los 436.984 millones de euros (40% del PIB) a los 1.020.680 millones, en septiembre de este año (el 97,1%).

La Oficina Federal de Estadística de Alemania aseguró ayer que la economía del país se muestra estable, en líneas generales, a pesar de la difícil situación económica global, aunque reconoció que las inversiones continúan frenando el crecimiento y que el ligero aumento del PIB en el tercer trimestre se debió fundamentalmente a las exportaciones y al consumo privado.

En Italia, las cosas se complican para el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en plena aplicación de medidas en el mercado laboral que le están costando fuertes críticas internas. Precisamente ayer, una jornada de manifestaciones se extendió por todo el país con efecto en las principales ciudades. El sindicato mayoritario ha convocado huelga general el próximo día 5 de diciembre.

Las recientes previsiones económicas de otoño presentadas por la Comisión Europea (CE) daban cuenta de un crecimiento en Europa lento y frágil. La portavoz de la CE, Mina Andreva, aseguró ayer que estos indicadores del PIB del tercer trimestre hechos públicos ayer confirman la tendencia. «Es una buena noticia pero no hay espacio para la complacencia», hizo hincapié la portavoz comunitaria.

En busca de la fórmula

En el marco de esta recuperación tan fragil que amenaza con romperse, los estados miembros de la UE buscan la fórmula que les lleve al crecimiento y a la creación de empleo. Tal y como se han expresado en diversas ocasiones, debe ser una mezcla de reformas estructurales, estímulos e inversiones.

El Banco Central Europeo (BCE) ha reiterado en las últimas dos semanas que si las medidas adoptadas hasta ahora por la entidad -bajadas de tipos de interés, nuevas inyecciones de liquidez a cuatro años y compra de deuda privada- no fueran suficientes, pasará a aplicar otras medidas «no convencionales» que pasan por empezar a adquirir deuda soberana.

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