La Clave de Cantabria24horas.com

RUZ A MÃ“STOLES, GÃ“MEZ BERMÃšDEZ A PARIS

La actual plantilla de la Audiencia Nacional estÃ¡ a punto de registrar importantes cambio de dos de sus jueces centrales de instrucciÃ³n mÃ¡s mediÃ¡ticos, aunque por motivos bien diferentes. Pablo Ruz, que estuvo cinco aÃ±os al frente del cinco como juez en funciones, tras la marcha forzada de su titular, Baltasar GarzÃ³n, volverÃ¡ en cuestiÃ³n de dÃas al juzgado de MÃ³stoles del que es titular, ya que se le agotaron las prÃ³rrogas.

No tan rÃ¡pido pero sÃ en breve, se producirÃ¡ el relevo al frente del central tres. Javier GÃ³mez BermÃºdez, su actual titular, estÃ¡ a punto de ser nombrado magistrado de enlace en ParÃs, donde sustituirÃ¡ al segoviano Juan Pablo GonzÃ¡lez que ocupa esa plaza desde hace tres aÃ±os. Una vez que se consumen estos cambios, la mitad de la plantilla de instructores de la Audiencia Nacional quedarÃ¡ en mano de jueces interinos, ya que el sustituto de Ruz ocuparÃ¡ la plaza Miguel Carmona, actual magistrado de enlace en Londres, Eloy Velasco sigue en funciones en el seis porque su titular, GarcÃa CastellÃ³n, estÃ¡ ocupando un puesto similar en Roma y GÃ³mez BermÃºdez seguirÃ¡ siendo Ã©l el titular del tres porque su futuro destino tiene la consideraciÃ³n de servicios especiales, con la que no pierde la plaza.

Â¿Premio o puente de plata?

A falta del nombramiento oficial por el Consejo de Ministros el cambio de destino de GÃ³mez BermÃºdez es cuestiÃ³n de dÃas o, como mucho de semanas. Ã‰l ya solicitÃ³ formalmente la plaza y ese apuntÃ³ a un curso acelerado de francÃ©s, ya que es un idioma que no domina.

Â¿De quien fue la iniciativa de sacar de los juzgados de instrucciÃ³n de la Audiencia Nacional a uno de sus jueces mÃ¡s veteranos y con mÃ¡s proyecciÃ³n internacional despuÃ©s de haber dirigido con un Ã©xito indiscutible el primer gran juicio celebrado en Europa contra el terrorismo yihadista?

Fuentes conocedoras del entorno del magistrado apuntan que Ã©l acogiÃ³ encantado la oferta que directa o indirectamente le hizo llegar hace ya varias semanas el ministro Rafael CatalÃ¡. Se trata de un destino cÃ³modo, muy bien retribuido -puede multiplicar por tres la retribuciÃ³n de su actual plaza-, da una proyecciÃ³n internacional al que lo ocupa y, en el peor de los casos, siempre puede volver a su anterior destino.

Â¿Por quÃ© Ã©l? SegÃºn algunas fuentes, la preocupaciÃ³n existente en Europa por terrorismo de corte yihadista y el profundo conocimiento del tema de que dispone GÃ³mez BermÃºdez despuÃ©s de haber dirigido hace apenas ocho aÃ±os, con mano de hierro y extraordinaria habilidad, el macroproceso del 11-M, le convierte en el candidato mÃ¡s idÃ³neo para un puesto que en estos momentos es de vital importancia a la hora de coordinar la estrategia conjunta europea contra el fenÃ³meno.

Otras fuentes judiciales ven en el nombramiento una jugada mÃ¡s prosaica: tender puente de plata para sacar del escenario a un personaje con criterio propio que puede resultar incÃ³modo para el poder en un Ã³rgano judicial que estÃ¡ liderando la lucha contra la lacra de la corrupciÃ³n polÃtica y econÃ³mica.

Carrera meteÃ³rica

Salvador Francisco Javier GÃ³mez BermÃºdez -asÃ le bautizaron hace casi 53 aÃ±os en Alora (MÃ¡laga), donde vino al mundo en una familia de juristas- lleva una carrera meteÃ³rica con algunos altibajos. Se vistiÃ³ por primera vez la toga y las puÃ±etas de juez en 1987 con 25 aÃ±os, y dos mÃ¡s tarde ya era magistrado con plaza en la Audiencia Nacional, como juez central de Vigilancia Penitenciaria.

Arropado de forma incondicional por el ala conservadora del Consejo del Poder Judicial, donde estaba apadrinado por el subsecretario de Estado de Justicia de la Ã©poca, a los cuatro aÃ±os fue nombrado presidente de la Sala de lo Penal y se mantuvo en el puesto ocho aÃ±os, a pesar de que el Supremo anulÃ³ su nombramiento en dos ocasiones.

La forma como llevÃ³ el proceso del 11-M y, sobre todo, la sentencia de la que fue ponente, en la que no dejÃ³ abierto ningÃºn resquicio al que pudieran acogerse los defensores de la teorÃa de la conspiraciÃ³n, la valiÃ³ muchos elogios y crÃticas despiadadas de sectores polÃtico y mediÃ¡ticos conservadores que hasta entonces lo jaleaban.

DespuÃ©s de esa sentencia, no consiguiÃ³ la reelecciÃ³n como presidente de la Sala de lo Penal y ocupÃ³ la vacante que en el central tres dejÃ³ su sucesor, Fernando Grande-Marlaska.

La Ãºltima batalla que perdiÃ³ este aÃ±o al arrebatarle Ruz la investigaciÃ³n de los papeles de BÃ¡rcenas.