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LOS ESCOLLOS (CASI INSALVABLES) DE SÁNCHEZ PARA FORMAR GOBIERNO

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EL ENCARGO DE FORMR GOBIERNO PARA PEDRO SÁNCHEZ es un reto que, tal y como están las posiciones a día de hoy, difícilmente conseguirá llevar a buen puerto. Varias son las vías por las que podrían discurrir los pactos para llegar al poder pero prácticamente insalvables los obstáculos que el secretario de los socialistas encontrará por el camino.

No dan los números. Sobre el papel, la formación de un «gobierno de cambio» con Podemos e IU parece la vía más evidente para iniciar los contactos, toda vez que ha sido la propia formación podemita la que le ha tendido la mano a Sánchez.. Aunque los de Iglesias   lanzaron una propuesta que más parece una imposición y en un tono que desde muchos sectores del PSOE se interpretó como una humillación. A ellos se uniría también IU. Con la incógnita de saber qué postura adoptarán los cuatro diputados de Compromís que se descolgaron del grupo parlamentario de Podemos, en principio la alianza contaría con 156 diputados (89 del PSOE, 65 de Podemos y 2 de IU), a una veintena de la mayoría absoluta. Imprescindible resulta el apoyo o la abstención de los independentistas o incluso de Ciudadanos. La otra opción sería explorar un acuerdo con Ciudadanos, pero los 129 diputados que suman hacen imposible que sea viable. Y para complicar más el asunto, ampliar cualquiera de las dos alianzas es también complejo: Podemos no quiere entrar en un pacto en el que esté Ciudadanos, y Ciudadanos no quiere estar en un Gobierno en el que esté Podemos.

La dificultad de gobernar en minoría. Otra de las posibilidades que se le presentan a Pedro Sánchez es conseguir los apoyos justos o las abstenciones necesarias en el Congreso para lograr ser investido presidente pero sin que ningún otro partido entre en el Ejecutivo. Gobernar con 89 diputados, en una cámara de 350 y con un Senado dominado por el PP parece una encomienda demasiado compleja, que le obligaría a buscar pactos a varias bandas con actores enfrentados entre sí.

Las presiones de los barones. Los dirigentes regionales del PSOE, con Susana Díaz a la cabeza, salieron a degüello contra Pedro Sánchez el día siguiente a las elecciones. Aunque en apariencia la presión se ha rebajado en las últimas semanas (pese a la dureza del Comité Federal del sábado) y a pesar de que el secretario general de los socialistas ha desactivado la intervención de estos barones con la propuesta de someter cualquier acuerdo a la votación de los militantes, los barones presionarán a Pedro Sánchez. La militancia probablemente verá con mejores ojos un acuerdo con Podemos que la gran coalición con el PP, pero la posibilidad de pactar con la formación morada genera total rechazo en los dirigentes socialistas.

Los plazos. El tiempo se le echa encima a Pedro Sánchez. Aunque del Congreso le dará entre tres semanas y un mes de margen para someterse a la investidura, tiene que cerrar un programa de Gobierno, repartir los sillones y someterlo a la votación de los militantes. El desafío es de gran envergadura.

La factura que pueden pasar los acuerdos en el futuro. Pedro Sánchez también ha de medir qué consecuencias de futuro pueden tener los pactos a los que llegue. Formar Gobierno y evitar otras elecciones es básico para la supervivencia política del secretario general, porque es la única vía que le garantiza el cargo. Pero si la gran alianza que le propone el PP alejaría a muchos votantes socialistas del PSOE, llegar a un pacto con Podemos puede obligarles a asumir políticas que provoquen el mismo efecto en su electorado.

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