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SOBRE EL SECUESTRO Y MUERTE DE MARÍA VILLAR

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Nunca menospreciar al secuestrador. Ser consciente de que se negocia con la vida de una persona. Tratar a los delincuentes según su origen y tener claro cual es el móvil del secuestro. Pedro, que es un nombre ficticio por razones de seguridad, cuenta las claves de una negociación en Latinoamérica. Lleva 30 años negociando con secuestradores por todo el mundo. Asegura que “la familia de María Villar estuvo mal asesorada desde México”.

“Lo más probable es que los secuestradores se hayan sentido engañados, cosa que puede haber provocado el fatal desenlace”, apunta. Las últimas informaciones apuntan a que los captores pedían 90.000 dólares por liberar a María y que la familia pagó 3.000. Sin embargo, una hermana de la fallecida lo desmiente, en declaraciones a El Correo: “Pagamos el rescate que se nos pidió, les dimos lo que se negoció, ni más ni menos”.

Según Pedro, “el 70% de los secuestros en los que se paga, los rehenes son liberados”. Sin embargo, avisa que hay que conocer bien el mundo de la negociación. “Cuanto menos perfil tiene el secuestrador, más riesgo hay, porque no sabe cómo actuar y qué hacer”, señala. “Cualquier error, cualquier cosa que digas puede ponerse nervioso y, ante la duda, lo que va a hacer es matar”, asevera.

La familiar de María, sobrina del presidente de la Federación Española de Fútbol, José María Villar, también ha lamentado que el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, difundiera la noticia de la muerte de su hermana cuando la familia aún creía que se estaba negociando con los secuestradores.

Por su parte, el titular de la subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), Gustavo Salas Chávez, afirmó que no hubo fallos en la negociación y que se siguieron todos los protocolos, y confirmó que hubo una negociación que rebajó la cantidad inicialmente pedida como rescate, en declaraciones recogidas por la prensa mexicana.

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