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EL VATICANO Y SUS AFANES PROHIBITIVOS:AHORA SOBRE LA INCINERACIÃ“N

El Vaticano ha reafirmado su preferencia por la sepultura del cuerpo y ha prohibido expresamente la conservaciÃ³n de las cenizas en los hogares en los casos de incineraciÃ³n, al igual que esparcirlas por el aire o el mar, segÃºn el nuevo documento publicado este martes por la CongregaciÃ³n para la Doctrina de la Fe, que estÃ¡ presidida por el Cardenal Gerhard MÃ¼ller.

En el texto se reafirman las razones doctrinales y pastorales que optan por la sepultura de los cuerpos y de las que emanan las normas relativas a la conservaciÃ³n de las cenizas en caso de la cremaciÃ³n. En este sentido, el documento recuerda que la Iglesia "recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados", aunque admite que no hay "razones doctrinales" para censurar la prÃ¡ctica de la cremaciÃ³n.

LA CREMACIÃ“N NO IMPIDE LA RESURRECCIÃ“N

AsÃ, la Iglesia establece ahora que, "cuando razones de tipo higiÃ©nicas, econÃ³micas o sociales lleven a optar por la cremaciÃ³n", esta no debe ser contraria a la voluntad expresa o razonablemente presunta del fiel difunto. "La Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta prÃ¡ctica, ya que la cremaciÃ³n del cadÃ¡ver no toca el alma y no impide a la omnipotencia divina resucitar el cuerpo y, por lo tanto, no contiene la negaciÃ³n objetiva de la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrecciÃ³n del cuerpo", seÃ±ala la congregaciÃ³n.

La incineraciÃ³n, una prÃ¡ctica al alza

Cada vez son mÃ¡s los espaÃ±oles que optan por la cremaciÃ³n. Las estadÃsticas lo dejan claro. En nuestra tradiciÃ³n y cultura es una prÃ¡ctica relativamente nueva porque en EspaÃ±a se incinera desde los aÃ±os 70, pero la tendencia ha ido creciendo hasta alcanzar en la actualidad al 36 % de las defunciones, segÃºn ha informado Josep Ventura, vocal de la asociaciÃ³n que representa al sector funerario (Panasef). En diez aÃ±os, la cremaciÃ³n ha crecido 20 puntos, lo que demuestra que cada vez estÃ¡ mÃ¡s extendida. Si comparamos lo que ocurre en otros paÃses de Europa, se puede decir que podrÃa llegar en unos aÃ±os al 50 % o 60 % de las defunciones.

Sin embargo, se puntualiza que la Iglesia "sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos". En todo caso, precisa que la cremaciÃ³n no estÃ¡ prohibida,"a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana". AdemÃ¡s, avisa de que se deberÃ¡ tener cuidado de caer en alguna expresiÃ³n que pueda causar "escÃ¡ndalo o indiferencia religiosa".

El nuevo documento agrega que, si por razones legÃtimas se opta por la cremaciÃ³n del cadÃ¡ver, "las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un Ã¡rea especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiÃ¡stica competente".

EXCEPCIONES

En cualquier caso, la doctrina de la fe seÃ±ala que estÃ¡ totalmente prohibida la conservaciÃ³n de las cenizas en el hogar. "Solo en casos de graves y excepcionales circunstancias, dependiendo de las condiciones culturales de carÃ¡cter local, el sacerdote, de acuerdo con la Conferencia Episcopal o con el SÃnodo de los Obispos de las Iglesias Orientales, puede conceder el permiso para conservar las cenizas en el hogar", se especifica.

TambiÃ©n alerta de que las cenizas no pueden ser divididas entre los diferentes nÃºcleos familiares y se les debe asegurar respeto y condiciones adecuadas de conservaciÃ³n.

El Papa tambiÃ©n ha aprobado que, "para evitar cualquier malentendido panteÃsta, naturalista o nihilista", no sea permitida la dispersiÃ³n de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversiÃ³n de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyerÃa o en otros artÃculos. En esta lÃnea, seÃ±ala que hay que tener en cuenta que para estas formas de proceder no se pueden invocar razones higiÃ©nicas, sociales o econÃ³micas, que pueden haber motivado la opciÃ³n de la cremaciÃ³n.