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JUSTICIA INDEPENIENTE SIN CONTAMINACIÓN POLÍTICA

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LA JUSTICIA EN ESPAÑA no atraviesa por buenos momentos, lastrada especialmente por la influencia política derivada de la Constitución de 1978 que aunque proclamó la separación de poderes, hay muchas dudas sobre su apartidismo, más cuando el Consejo General del Poder Judicial o el Tribunal Constitucional se han conformado en cada momento a través de la influencia política, siempre consensuada, entre PP y PSOE. De esta manera, cuando el bipartidismo comenzó a resquebrajarse, comenzaron a salir los casos de corrupción política. Se podrá matizar lo dicho hasta aquí, pero es lo que ha sucedido en grandes líneas desde 1978.

Otro caso de perversión del sistema es el magistrado-a que accede a tal condición desde la terna que preparan, también por las mayorías, en los Parlamentos autonómicos. A través de mecanismos muy dudosos, han salido designados jueces que después han tenido que decidir en juicios a políticos. Esa influencia política -o sea, la contaminación política- se ha observado en casos concretos; por ejemplo, cuando una mayoría en el Parlamento cántabro designaba los candidatos y Madrid elegía al menos votado, siempre de la misma familia política que gobernaba en el Estado. No hace falta dar ejemplos, se conocen y bien.

En este caso se encuentra la magistrada Paz Hidalgo, que ha visto ahora un caso que afectaba al partido que la nominó para tal cargo. A falta de tener estética y retirarse del caso, ha perseverado dejando un cierto tufillo a política. Creemos que cuando dos magistrados fueron recusados por su proximidad al PP, debieron dejar el caso en manos de jueces más limpios en su origen, pero reiteramos que perseveraron en no dejar un caso que afectaba directamente a la cúpula actual del Partido Popular.

¿Desconfianza? Es lo menos que piensa la ciudadanía de estos casos y, sobre todo, que Parlamentos autonómicos o del Estado promocionen a jueces, casi siempre amigos o afines.  Con esto hay que acabar en una reforma constitucional. Es posible que para mantener su influencia el PP y el PSOE quieran seguir mangoneando estos asuntos, pero la ciudadanía no debe pasar por ello. El poder independiente de los jueces tiene que ser total y para ello hay que evitar toda tentación política contaminante. El Estado de Derecho precisa de luces, eliminando sombras que hace que muchos ciudadanos no crean o duden de la independencia judicial.  

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