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Jorge Tomillo y la mano larga de Agudo en la Universidad:el candidato a rector que no debe salir

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Una nota de prensa de su candidatura informa que don Jorge Tomillo -uno de los tres aspirantes al rectorado de Cantabria- ha ideado nada menos que 208 propuestas para aplicar en la Universidad cántabra en el caso de ser elegido. De entrada, esperamos que el buen criterio de los electores de la Universidad den  la espalda a este candidato que parece responder a la mano larga de Ángel Agudo, sobre todo si tenemos en cuenta que protagonismo en los últimos años ha sido la de ser noticia por haber disfrutado de pingües beneficios "a dedo" recibidos en los ocho años de mando del consejero de Economía, hoy (todavía) instalado en la presidencia de Correos a la espera de ser cesado por el nuevo Gobierno. Hay que tener memoria para recordar que Agudo desmontó el servicio de Consumo del Gobierno regional para ponérselo en bandeja a su amigo Tomillo, a cambio de un suculento contrato, que permitió a este catedrático  viajar por muchos países, entre ellos Cuba, para enseñar allí, nada menos, que  los derechos del consumidor. Agudo creó una agencia o empresa pública para mover a su antojo el presupuesto y que la dotación del equipo de Tomillo fuera suficiente para impartir conferencias por medio mundo y de paso recibir algún doctorado "honoris causa" por universidad de escaso bagage institucional. Como estamos en una sociedad donde priman los favores -hoy por mi, mañana por tí- quien sabe si Agudo está preparando alguna aspiración de cátedra si Tomillo llega a rector de la Universidad. Menos mal que el buen criterio -que esperamos- de los electores le dejan fuera de esta batalla. Si como vicerrector en su día logró que Agudo le premiara, con seguridad el aspirante a rector-que conoce bien los vericuetos del poder- proyectaría su rectorado como una palanca de presión en favor de determinados intereses, que en este caso están bien descubiertos. Ahí es donde aparecería Ángel Agudo. Aunquie el escándalo de la Agencia de Consumo salió en algunos medios de comunicación, sin duda hubiese sido deseable conocer a fondo cómo y de que forma el consejero Agudo -que hizo y deshizo a su antojo ante la pasividad de Revilla y Gorostiaga- favoreció a su amigo con un convenio de varios cientos de miles de euros. La ciudadanía aspira a conocer los destinos de esos dineros y que el actual Gobierno también explique por qué le mantiene la financiación (aunque rebajada) y por qué sigue actuando de responsable de la Junta Arbitral de Consumo. Uno de los mensajes de la candidatura de Tomillo merece la pena evocar. Dice:  la innovación debe de ser la "clave" para afrontar la actual coyuntura económica, y el diálogo y la integración las "herramientas básicas para conseguir una universidad unida en pos de un interés común". Sí, han leído bien, interés común, que para Tomillo y Agudo no es otro que el personal, como bien demostraron en sus tejemanejes en los mejores tiempos de gloria del actual (sigue sin ser cesado), presidente de Correos. Por cierto, tiempos y andanzas no investigados suficientemente para que los cántabros conociéramos a fondo como esta pareja dilapidó decenas de miles de euros en educación para el consumo en países que, curiosamente, sus ciudadanos no han accedido a derechos políticos. Es decir, a poseer la dignidad que a todo ser humano corresponde como es su propia libertad. SUSTITUTO

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