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LA PESADILLA DE LOS ROBOTS INFORMÁTICOS

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La pesadilla de los robots informáticos (los llamados bots) en internet ha llegado también a las redes sociales, y en especial a Twitter, donde miles de cuentas falsas están manipulando los resultados de los temas en auge (trending topics) , además de copiar mensajes de otros usuarios para conseguir más seguidores y visibilidad. Una vez conseguido su objetivo, sirven para enviar spam, virus informáticos, hacer que una página salga mejor en los resultados de Google o difundir mensajes interesados sobre empresas, partidos políticos o personas. Twitter lucha contra ellos con algunas medidas, pero el fenómeno cada vez es más visible y molesto para los usuarios.

Estas cuentas falsas se crean con programas capaces de afinarlas hasta extremos que las hace difíciles de detectar. «Si hace unos años, una cuenta falsa solía ser un perfil con apenas un nombre de pila, sin foto y con poca información sobre el personaje, ahora las más sofisticadas captan una foto desde otras páginas, rellenan un perfil con algunas frases comprensibles, señalan una web como referencia y llegan a apuntar a una cuenta en Linkedin», explica Miguel Pascual, consultor de la agencia digital Interdigital.

DEFECTOS DEL SISTEMA / El engaño se beneficia del funcionamiento del propio Twitter, que permite que programas automaticen acciones como responder con mensajes (como los que dan la bienvenida a un nuevo usuario), filtrar por etiquetas (hashtags) o programar los envíos. Es el caso de gestores de redes sociales como Tweetdeck o Tweetadder, pero también de programas como Botize o IFTTT, que permiten crear acciones complejas como publicar en varias redes a la vez o ponerlas en listas y automatizar que todos o algunos de los mensajes que esas personas publiquen se copien en su cuenta de modo automático. Los defraudadores pueden enriquecerlas para que parezcan más creíbles poniendo a mano algunos mensajes gancho o, si no quieren trabajar tanto, retuiteando mensajes de cuentas que les parezcan interesantes. Tendrán entonces su bot plagiador contra el que algunos usuarios víctimas están lanzando campañas furibundas en la red. Es el caso de blogs como Bots de Twitter o Los Plagiadores de Twitter, que recopilan denuncias.

Otras cuentas falsas se dedican a esa práctica tan habitual de seguir a otros usuarios con la esperanza de que les sigan a ellos, pero en masa. Los bots de una misma red, además, siempre se siguen entre ellos para conseguir más relevancia. La jugada es estratégica sobre todo desde que Google tiene en cuenta la difusión de una página en las redes sociales para posicionarla mejor. «Hay mucho "si me sigues, te sigo", que va incrementando el número de modo artificial», señala Pascual.

Para hinchar estas cuentas también se pueden comprar seguidores, pero esto se suele utilizar con otros fines. Hay numerosas webs que permiten comprar seguidores a precios que van desde un millar de seguidores a cinco dólares, aunque el precio sube si se quiere que aparenten ser reales. «Se puede reventar la credibilidad de un perfil o una marca llenándole la cuenta de seguidores falsos y luego difundiendo que han comprado seguidores. Se ha hecho con marcas y con políticos», explica Selva Orejón, directora de la agencia digital Onbranding.

TEMAS FALSEADOS / También los trending topics, temas del momento para Twitter que se forman a partir de muchas cuentas enviando un mensaje con la misma etiqueta desde un mismo lugar, son objeto de ataques por robots que intentan subirlos o bajarlos. Cuando uno es muy popular y a alguien no le interesa, lanzan un ataque enviando masivamente la etiqueta hasta conseguir que Twitter la desplace por creerla spam.

La mala leche virtual no conoce fronteras ni tiene ética. Hay una red de páginas, gestionadas por robots informáticos, que una vez que fue descubierta y penalizada por Google como generadora de spam pasaron a ofrecer esas mismas visitas para que «dañaran al vídeo de la competencia». Así, ya no ofrecen «Me gusta» para un vídeo de Youtube sino que garantizan que consiguen que la red social penalice al autor y retire la grabación. Afirman que solo con 5.000 acciones desde una cuenta tóxica pueden hacer que Youtube borre un vídeo de pocas visitas.

«Lo ideal sería que los usuarios denunciaran las cuentas que les copien contenido o les envíen spam o vean que son robots», asegura un portavoz de Twitter España. La red social utiliza un sistema entre automatizado y humano para decidir si borra una cuenta por comportamiento contrario a sus normas, como enviar spam, plagiar, captar muchos seguidores de golpe o dejarlos de seguir en bloque, crear mensajes con demasiadas etiquetas populares o crear cuentas múltiples.


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