La Farola de Cantabria24horas.com
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL CAMBIO HORARIO
La madrugada del domingo abandonaremos el horario de verano para adoptar el de invierno. ¿Eso qué significa? Pues, en primer lugar, que la noche del sábado al domingo dormiremos una hora más, y es que el reloj se retrasará una hora: las 03.00 serán las 02.00. Pero más allá de este pequeño cambio, ¿qué ventajas y desventajas comporta esta modificación horaria?
Este análisis científico está recogido de La Vanguardia, diario en el que
Josep Fita analiza la cuestión.
Los que defienden este cambio argumentan que es positivo porque comporta un ahorro de energía, al aprovechar mejor la luz del sol. Así lo asegura al menos el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), que cifra dicho ahorro en unos 300 millones de euros. Y el hecho de consumir menos energía repercute positivamente en el medio ambiente.
Pero son muchas las voces que ponen en entredicho este supuesto ahorro energético. “Sí que es verdad que en el momento en el que se empezó a aplicar esta norma había un ahorro, pero hoy en día, tal y como funcionan las ciudades, pensamos que no ya no es necesario”, explica a LaVanguardia.com Fabián Mohedano, promotor de la Iniciativa para la Reforma Horaria. Mohedano defiende que las actuales jornadas maratonianas de trabajo neutralizan cualquier iniciativa que persiga un ahorro de energía. Incluso va más allá para defender su posición y cita a la cancillera Angela Merkel, quien apostaba por la eliminación de la modificación horaria “en su programa electoral de 2014”.
Fue en 1974, a raíz de la primera crisis del petróleo, cuando algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar y, en consecuencia, consumir menos electricidad. A partir de 1981 se aplicaría ya como directiva europea, renovándose cada cuatro años. Y en 2001, a raíz de la aprobación de la Novena Directiva, la modificación horaria pasaría a ejecutarse ya con carácter indefinido.
Problemas de salud
Cada vez que se acerca la fecha de un cambio horario, muchos expertos en salud advierten de los problemas que se pueden derivar del mismo: alteraciones del sueño, cambios en el estado de ánimo y peor rendimiento intelectual y físico. Y los que sufren más son las personas mayores y los niños pequeños, “que viven un momento de inestabilidad durante unos días hasta que se adecuan al ritmo de la nueva hora”, apunta Mohedano.
Huso horario
Y toda esta inestabilidad a la que hace referencia el promotor de la reforma horaria, podría verse acentuada, si cabe, por otro problema que, a pesar de no ser estrictamente el del cambio de hora, guarda mucha relación con él. Hablamos del huso horario. Sólo hay que echar un ojo al mapa para ver que España no utiliza el que le correspondería por ubicación geográfica (o sea, el del Meridiano de Greenwich). El que usamos es el de Europa Central.
“Tenemos que volver a nuestra zona horaria si queremos estar acorde con el ritmo del sol, el ritmo que siguen nuestras hormonas, el circadiano”, esgrime Nuria Chinchilla, profesora del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) y experta en conciliación laboral y familiar. “Tenemos que volver a Greenwich”, agrega.
Fue el 2 de mayo de 1942, en pleno franquismo, cuando España adoptó el horario de Berlín y abandonó el de Londres, que es el que le corresponde por situación geográfica. Alemania obligó a Francia a cambiar su huso horario, y Reino Unido, Portugal y España adoptaron la medida con posterioridad. Pero al finalizar la guerra, británicos y lusos recuperaron el huso horario de Europa Occidental, no así España y Francia. Los galos no lo hicieron porque gran parte de su territorio está bajo el influjo del huso central, cosa que no sucede con España.
Más de 70 años después, a finales de 2013, el Gobierno español se comprometió a estudiar la posibilidad de cambiar el huso horario y retrasar una hora los relojes para recuperar el huso horario correcto y así coincidir con los países de nuestro entorno, como Portugal –“Desde luego no lo vamos a dejar en un cajón”, indicó el ministro de Economía Luís de Guindos en su día-. Pero todo continúa igual. “Tiene que ser un debate europeo”, apunta Mohedano. “Francia, Luxemburgo, Holanda, y Bélgica también deberían estar en el horario de Greenwich”, añade.
Pero ni un huso horario incorrecto, ni tan siquiera el cambio de hora como el que nos tocará vivir este fin de semana, son argumentos suficientes, a ojos de la iniciativa para la reforma horaria, para que “volvamos a comer a la una y a cenar a las ocho”. “Francia está en nuestro mismo huso horario y comen y cenan a horas adecuadas” explica Mohedano. “No es condición sine qua non cambiar el huso horario para readaptarnos a unos horarios que no son propios desde antes de los años 60”, puntualiza.
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