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11 mujeres intentan desalojar al "sospechoso" alcalde de Valderredible

Acuden en la candidatura del PP y su objetivo es llevar a la oposición a Fernando Fernández, "tocado" por el tema de la lotería y por la polémica en torno a los censos electorales.

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26-04-2015


©EL MUNDO CANTABRIA/E. TRESGALLO VALDERREDIBLE
La única candidatura de Cantabria formada exclusivamente por mujeres, 11 en total, defenderá las siglas del Partido Popular en las próximas elecciones municipales de Valderredible. Ana Isabel Barriuso (actual pedánea de La Puente del Valle) es la cabeza de cartel de una lista popular tan arriesgada como valiente, que aspira a cambiar el rumbo político marcado hasta ahora con mano  de hierro por el alcalde regionalista Fernando Fernández. Todas son vecinas del municipio y su objetivo es claro: «Gobernar para todos los vecinos por igual, sin distinciones», afirman.


Son once mujeres que viven en Valderredible y que tienen «muchas ganas de cambiar las cosas». Defienden que les «sobran los motivos» para pedir un cambio de gobierno en el municipio. El Partido Popular ha presentado una singular candidatura compuesta exclusivamente por féminas (la única de Cantabria) que aspira a gobernar «para todos los vecinos », recalcan. Ana Isabel Barriuso, actual pedánea de La Puente del Valle, es la número uno y, aunque admite que la apuesta es «arriesgada», cree que se presenta «con el mejor equipo posible» para cambiar el status quo que, en la actualidad, mantiene anclado en el pasado al valle de la mano del regionalista Fernando Fernández.


«Progreso, calidad de vida y el bienestar social y económico de todos los vecinos de Valderredible». Eso es lo que ellas quieren «para todos», insiste Barriuso, junto a la número 2 de la lista, María Ángeles Rodríguez.
Ambas son mujeres emprendedoras que apostaron por criar a sus hijos en un lugar ya enfermo por la pérdida de población, que puede ser maravilloso en verano, pero duro y cruel en invierno.


La idea de formar una candidatura sólo de mujeres en Valderredible surgió de las propias inquietudes de las candidatas. «Teníamos ganas de dar un cambio radical a la composición de las listas, aportar una óptica diferente a la forma de gestionar el ayuntamiento», razonan a preguntas de EL MUNDO. No consideran que sean un grupo exclusivo, ya que «detrás de nosotras hay muchos hombres y, en las pedanías, presentamos más varones que mujeres, 6 a 4», explican.
No obstante, sí defienden que el hecho de ser una candidatura en femenino aporta valores añadidos como «capacidad de trabajo en equipo, gestión, honradez y un gran espíritu de renovación y progreso».


El paso ya está dado y no son ajenas a que su apuesta es más que arriesgada en un valle de población envejecida y de tradición política patriarcal, donde las mujeres han jugado siempre un papel importante, pero en la sombra.


DESIGUALDAD VECINAL
Sin entrar a valorar la gestión política actual, opinan que las cosas en Valderredible deben cambiar de manera «radical». Para ello presentan un programa «creíble, ambicioso, factible, posible y sobre todo, para todos », subrayan. Esa «igualdad de trato » que defienden para su pueblo no es por cuestión de sexo, sino de condición ideológica y social. Y es que, en su opinión, en Valderredible hace ya demasiado tiempo que existen diferencias de trato municipal entre habitantes; es ahí donde ellas ponen el acento de su programa electoral.


Consideran que, hasta el momento, el actual alcalde del municipio, Fernando Fernández (PRC), no cumple esa premisa y discrimina a los vecinos según su afinidad personal o política. «Felicita los cumpleaños por carta a unos vecinos sí y a otros no», ponen de ejemplo. «Nosotras trabajaremos para que la información y el servicio a los vecinos sea eficaz, eficiente, transparente y sobre todo igualitario», subrayan.


Su hoja de ruta apuesta por siete ejes principales: el mantenimiento, la colaboración y el respeto a las juntas vecinales; el impulso turístico del valor del patrimonio rupestre y románico; la atención social a los mayores; el apoyo a las asociaciones y cooperativas agrícolas y ganaderas; el apoyo de la cultura y la educación y el fomento del asociacionismo y el voluntariado social; la gestión eficiente y transparente de los servicios municipales y un tajante «no» al fracking y al vertedero.