Coloquio entre el público y el productor teatral Juanjo Seoane en el Palacio de Festivales
El Palacio de Festivales convoca a un coloquio entre el público y el productor teatral Juanjo Seoane sobre el estreno de “El zoo de cristal”. El encuentro tendrá lugar el viernes 31 en la sala Griega a las 22:15 horas
29-10-2014
El Palacio de Festivales convoca a un coloquio entre el público y el productor teatral Juanjo Seoane para hablar sobre el estreno de “El zoo de cristal” de Tennessee Williams. El encuentro tendrá lugar el viernes 31 en la sala Griega a las 22:15 horas y en el mismo, el productor teatral entablará un dialogo con los asistentes en el que se repasarán distintos aspectos de la obra, sus personajes y el contexto histórico de la misma. La entrada será libre hasta completar aforo.
Esta nueva producción que se pondrá en escena en la sala Pereda el viernes en dos funciones a las 20:30 horas y a las 22:30 horas, está protagonizada por Silvia Marso, Carlos Garcia Cortazar, Alejandro Arestegui y Pilar Gil, dirigidos por Francisco Vidal.
El zoo de cristal retrata la vida de los Wingfield, una familia sureña estadounidense de los años 30 en el siglo XX. Sobresale la figura de Amanda, la madre, una mujer preocupada con salir de la pobreza y sacar adelante a su hija Laura, una joven cuya leve cojera la ha transformado en un ser patológicamente inseguro, volcada exclusivamente al cuidado de sus figurillas de cristal. Amanda está obsesionada por encontrarle un pretendiente a su hija. En fin, Amanda resulta un personaje desmedido que provocará la sonrisa de los espectadores. Junto a ellas, Tom, el hijo ambicioso que se debate entre el deber de cuidar a su familia y el deseo de salir al mundo. Tom es un reflejo autobiográfico de su autor. El último personaje es Jim, el deseado pretendiente que ha buscado Amanda para su hija y que no podrá serlo, representa todo lo que la familia ha deseado. A su vez, impacta la figura del padre ausente, que está en boca de los personajes y cuya fotografía se destaca en momentos clave.
La historia se cuenta desde la perspectiva de Tom, quien abre y cierra la obra con dos monólogos estremecedores, que en cierto sentido recuerdan hechos biográficos de su autor.