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Debate de los presupuestos: un ring de boxeo cara a las elecciones de diciembre

Al final, lo de menos fueron los presupuestos. Lo que interesaba en el debate de totalidad de las cuentas públicas para 2016, era poner cara a cara los proyectos electorales del PP y el PSOE

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21-08-2015

Al final, lo de menos fueron los presupuestos. Lo que interesaba en el debate de totalidad de las cuentas públicas para 2016, que el Gobierno se ha empeñado en aprobar antes de las elecciones, era poner cara a cara los proyectos electorales del PP y el PSOE . Hasta el punto de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acabó hablando más de los peligros que puede correr España si el PP no gana las elecciones. En definitiva, un ring de boxeo cara a las generales de diciembre.

 

Montoro, ni siquiera, mencionó el papel del BCE en la resolución de la crisis con una política monetaria ultraexpansiva. Para Montoro, “habría sido imposible crecer con otra receta económica”. Todo el merito es para Rajoy, quien “gracias a su firmeza” impidió el rescate de España pese a que influyentes diarios se lo pedían en sus editoriales.

 

Y es que, según Montoro, determinadas “teorías sociales” provocaron que España llegara a ser hasta no hace mucho tiempo “el gran riesgo” de Europa, mientras que ahora es el país que más crece de la UE. Por el contrario, sostiene el titular de Hacienda, durante la etapa de Zapatero 3,5 millones de españoles fueron al paro y la deuda pública creció desde el 35,5% al 69,2%. Además de congelarse las pensiones o bajar el salario de los empleados públicos. Ahora, sin embargo, España saldrá del Protocolo de déficit excesivo ya en 2016 (déficit del 2,8%) y en los dos últimos años se ha creado un millón de empleos.

 

Montoro llegó a decir que era la primera vez en la reciente historia económica de España que con un crecimiento del 3% no había problemas de inflación

 

¿La causa? Según Montoro, la política económica practicada desde 2012, que ha hecho posible tener un nuevo patrón de crecimiento que permite que todo el avance del PIB nominal (algo más del 3%) se traslade a la creación de empleo, algo que, en su opinión, “es inédito en la economía española”. Y todo ello con un extraordinario proceso de desendeudamiento equivalente a unos 350.000 millones de euros que ha permitido al sector público endeudarse en una cifra similar.

 

La estabilización de la deuda externa, compatible con superávits en la balanza de pagos, es, según Montoro, lo que hundió la economía en tiempos de Zapatero. Pero ahora es la clave de bóveda de la recuperación. Algo que explica, según el ministro de Hacienda, que España esté haciendo un esfuerzo formidable en cuanto a la “equidad y a la redistribución de la riqueza” a través de la creación de empleo.

 

Gracias a ello, según Montoro, el Estado de bienestar “está garantizado”, como también las pensiones. “El Gobierno de España respalda el cobro de las pensiones”, proclamó ufano en la tribuna de oradores durante un largo discurso de casi 80 minutos destinado a lanzar a la opinión pública dos mensajes fundamentales. Por una lado, la política económica del Gobierno Rajoy es la única posible, y, por otro, sólo el PP garantiza la estabilidad parlamentaria, frente a “experimentos” como los de Grecia.

 

Una mentira

 

Es mentira, sugirió Montoro, que España crezca por la coyuntura exterior. Y puso como ejemplo que otros país con el mismo tipo de cambio del euro o el mismo precio del petróleo crecen dos tres veces menos.

 

El triunfalismo fue a más según avanzaba el discurso (no escrito). Hasta el punto de que en un momento llegó a decir que era la primera vez en la reciente historia económica de España que con un crecimiento del 3% no había problemas de inflación. Por supuesto, sin mencionar la política de tipos de interés cero que ha diseñado el BCE desde el otoño de 2012, y que ha permitido a los países de la zona euro financiarse casi gratis, lo que ha provocado un efecto deflacionista en todo el continente, incluida España. La deuda pública, de hecho, se sitúa ahora muy cerca del 100%, 30 puntos por encima que al comienzo de la legislatura.

 

“A mí me parece un escándalo que las grandes empresas no pagaran impuestos”, dijo envalentonado al hemiciclo

 

Esa política económica, según Montoro, es la que ha permitido que ahora se puedan bajar los impuestos, al tiempo que reconocía que el incremento de los tipos de IVA fue una obligación de la UE, lo cual choca con la idea de que España no fue intervenida por la “firmeza” del presidente del Gobierno. “Nos vimos obligados a subir el IVA”, admitió Montoro.

 

El incremento de la imposición indirecta, en todo caso, no fue la única medida. También el IRPF. Y el Impuesto de Sociedades, algo sobre lo que Montoro sacó pecho. “A mí me parece un escándalo que las grandes empresas no pagaran impuestos”, dijo envalentonado al hemiciclo. “Y lo hacían porque la ley se lo permitía”, algo que se ha acabado con este Gobierno, sugirió, como reflejan las últimas cifras de recaudación en todos los impuestos, no sólo en los que cargan los beneficios empresariales. En particular, en los ingresos derivados de la actividad económica. Gracias a esa política tributaria se ha podido identificar la existencia de 126.300 millones de euros en el extranjero (declarados) que afectan a 197.000 contribuyentes.

 

¿Qué pretenden ustedes?, interpeló a la oposición por presentar enmiendas de devolución de los Presupuestos de 2016 al Gobierno. El propio Montoro dio la respuesta: “Más impuestos, más déficit o más gasto no social”. En una palabra, la única política económica posible es la actual, a tenor del mitin-intervención de Montoro.