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El pacto de Sniace es papel mojado si no se recalifica el suelo de la fábrica

La empresa también pone como requisito que haya una subvención pública para las prejubilaciones. Si caen los precios del mercado de los productos de la fábrica, también se abortaría el plan laboral

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27-09-2014

©EL MUNDO CANTABRIA/ROSA M. ECHEVARRÍA / Torrelavega
Obtener ayudas públicas para subvencionar los planes de prejubilación. La reforma de las normativas medioambientales. La recalificación urbanística del suelo propiedad de Sniace. Y el mantenimiento de los precios de mercado del producto elaborado por Sniace.

Son cuatro de las condiciones que, escondidas entre las términos laborales y salariales, aparecen en el preacuerdo alcanzado esta semana entre la dirección y el comité de Sniace para tratar de volver a poner en marcha las fábricas de Sniace en Torrelavega.


Un texto al que ha tenido acceso EL MUNDO CANTABRIA en el que la empresa impone una serie de requisitos a las administraciones públicas para seguir adelante con un plan de viabilidad del que se lleva hablando meses, pero del poco, o nada, se conoce aún.
El artículo tres de dicho preacuerdo no deja lugar a dudas sobre algunas de las intenciones ocultas de la dirección –con su presidente Blas Mezquita a la cabeza– a la hora de mantener abierta una negociación, una lucha de la plantilla y un sufrimiento del medio millar de trabajadores y sus familias, que dura ya casi dos años.

Mezquita no firma

Así, entre las cláusulas incluidas por la dirección aparece la «absoluta remoción» por parte de las administraciones públicas de todos los obstáculos normativos en materia medioambiental que impidanel desarrollo del plan industrial de viabilidad previsto. El cumplimiento por parte de las administraciones públicas de los sucesivos compromisos de «recalificación urbanística del suelo propiedad de Sniace para su revalorización como activo y/o como garantía de la financiación necesaria para el desarrollo del plan de viabilidad». O «el mantenimiento de los precios de mercado del producto elaborado por el Grupo Sniace dentro de los márgenes estimados en los planes industriales de viabilidad».


Dichas condiciones, fruto de una jugada maestra de la empresa, han tenido que ser aceptadas por los sindicatos y ratificadas por los trabajadores en asamblea, para que la posibilidad de que Sniace vuelva a la actividad sea más real. Y es que la dirección había fijado como requisito imprescindible que dicho preacuerdo fuese apoyado «de forma unánime» por todos los sindicatos con presencia en el comité, argumentando que es la mejor «garantía» para esgrimir ante la Junta de Acreedores, los administradores concursales y el futuro inversor que se
espera ayude a reabrir las fábricas de Sniace.


¿Por todos? No. USO, que desde el principio se ha desmarcado de la unidad sindical mantenida por UGT, SUC y CC OO, ha decidido rechazar el texto íntegro, y aceptar sólo la parte laboral. En un comunicado, USO Sniace anunció ayer que sólo dará conformidad «al contenido laboral» del preacuerdo pero no a las «medidas extralaborales del documento», entre ellas los aspectos relativos a las causas que han originado el que la empresa esté en concurso de acreedores, ya que, a su juicio, estas medidas extralaborales «no forman parte de un plan laboral o de un convenio colectivo ni son objeto de negociación» y, por tanto, «no procede pronunciarse sobre ellas».

Esta decisión fue adoptada en una asamblea celebrada la tarde-noche del jueves con la asistencia de unos 60 afiliados, de los cuales el 70% votó en contra del acuerdo global, aunque más del 90% de ellos se manifestaron de acuerdo los aspectos laborales que contenía.
Ante esta nueva situación, la empresa comunicó ayer al comité su intención de no firmar el preacuerdo pactado y ratificado el miércoles por la asamblea de trabajadores, echando por tierra las esperanzas de muchos trabajadores.


Reunión de urgencia
Reunidos de urgencia en la tarde de ayer, UGT, SUC y CC OO ratificaron su apoyo al preacuerdo, y decidieron solicitar «con carácter de urgencia» una reunión con la empresa para proceder a la firma del documento, algo ante lo que la dirección de Sniace se habría mostrado «reacia». Para el secretario del comité de Sniace, Antonio Pérez Portilla (UGT), las consecuencias de la decisión de USO «es un asunto de gravedad extrema », ya que «pone en riesgo» el preacuerdo alcanzado tras un año de conflicto colectivo y, por tanto, el futuro de la empresa y de sus más de 500 trabajadores.