Guía para eliminar las deudas contraidas este verano
Las personas endeudadas tardan entre 10 y 18 meses en saldar estos préstamos que pueden acumularse de un año para otro
Las vacaciones de verano suelen ser un motivo recurrente para que miles de familias en España soliciten un préstamo que permita disfrutar con más comodidad estos días de ocio y descanso.
Sin embargo, estos créditos, a la larga, pueden convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para sus beneficiarios. De hecho, según datos de Repara tu Deuda, primera compañía española en aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad en España, el 45% de las familias españolas endeudadas lo son por la demanda de préstamos que se han destinado al ocio estival.
Así, la vuelta a la normalidad implica una devolución de estos préstamos que actualmente tardan en saldarse entre 10 y 18 meses en muchos casos, lo que implica importantes riesgos de acumulación de deuda para estas familias, para las que muchas, septiembre también implica un esfuerzo económico extra por la ‘vuelta al cole’.
Alicia García, socia gerente de Repara tu Deuda, explica que “a principios de septiembre hay un repunte de gente que acude a nosotros porque no pueden afrontar las deudas contraídas para disfrutar de su verano”.
Los datos que maneja Repara tu Deuda hablan de que estos clientes endeudados reciben hasta un 50% más de reclamaciones de empresas de recobro de deudas durante los meses de septiembre y octubre, lo que es sin duda la época más gris del endeudamiento en España.
Crecen, por tanto, las situaciones de quiebras técnicas y de personas que asumen que no pueden devolver el dinero prestado y no tienen más alternativa que acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad.
Cómo combatir el endeudamiento post verano
1. Analizar tu situación económica actual
Es imprescindible llevar a cabo un análisis en profundidad de la situación económica de cada persona o unidad familiar. Un recuento exhaustivo de los gastos fijos y variables y la diferencia con los ingresos que se pueden asegurar a final de cada mes.
Hay que tomar en cuenta cualquier gasto por muy superfluo que pueda parecer. Desde los recibos de suministros hasta la cuota de una tarjeta de crédito o el gasto mensual en transporte público, por citar algunos ejemplos.
En cualquier caso, el saldo final deberá ser positivo y así conocer qué cantidad de dinero se puede destinar a pagar las deudas.
2. Elaborar un Plan de Ahorro y Pagos
El segundo paso es aplicar una política activa de recortes y contención de gastos. En Repara tu Deuda recomendamos eliminar gastos innecesarios y, en los casos que sea posible, renegociar otros gastos fijos como la tarifa de la luz, el agua o el teléfono por contratos que nos permitan pagar menos por estos servicios. El diferencial debe destinarse íntegramente a subsanar la deuda pendiente.
3. No retrasar el pago
En muchos casos, los problemas de endeudamiento se agravan por prorrogar indefinidamente una situación que se debe combatir lo antes posible. La acumulación de intereses o los costes de reclamación juegan en contra del endeudado, por lo que este se debe esforzar en renegociar su deuda con sus acreedores, aceptar un calendario asumible de pagos y certificar su aceptación por escrito.
Lo recomendable es negociar una cuota accesible a la capacidad de cada persona o familia, después de haber reducidos gastos y haberlo plasmado en el documento de cuenta mensuales.
4. Evitar deudas para enfrentar otras deudas
Solicitar más crédito para cubrir otras deudas es un error muy frecuente de los ciudadanos españoles. Lo principal es no pedir nuevos préstamos para pagar hacer frente a otros vencimientos. Este error puede ser determinante en el futuro.
5. Aprender de los errores
Los nuevos hábitos que han permitido superar el bache también deben servir para que no se vuelvan a producir situaciones de riesgo de quiebra personal por un endeudamiento excesivo.
Es recomendable mantener el presupuesto mensual que permita visualizar y administrar con acierto ingresos y gastos, además de disponer un calendario que permita prever prioridades económicas futuras como el recibo del seguro del coche o un viaje de fin de curso.
“Lo ideal sería que cada persona o familia ahorrase un 10% mensual de sus ingresos para posibles contingencias futuras. La manera más efectiva es depositar este dinero en una cuenta y no acceder a ello en un plazo marcado”, aconseja Alicia García.
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