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José Ramón Saiz destaca la "gran inteligencia y pasión lebaniega" de José Antonio Odriozola

Afirmó que en torno al teleférico de Fuente Dé -del que fue impulsor- se ha universalizado el turismo, señalando que desde su inauguración hace medio siglo ha sido la única instalación rentable de Cantur.

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José Ramón Saiz destaca la "gran inteligencia y pasión lebaniega" de José Antonio Odriozola
31-08-2016

El doctor en Periodismo y Académico de la Real Academia de la Historia, José Ramón Saiz, presentó su libro "Liébana, 50 años del teleférico de Fuente Dé y de su creador, el ingeniero José Antonio Odriozola" en el Instituto de Estudios Lebaniegos "Desiderio Gómez Señas" de la capital lebaniega. En la mesa desde la que habló estuvo acompañado del alcalde de Potes, Francisco Javier Gómez y el jurista y Académico de Jurisprudencia y Legislación, Ángel Sánchez de la Torre. En el acto al que asistieron varias decenas de personas estuvieron presentes, entre otros, el presidente de la Asociación de la Santa Cruz, Juan Álvarez Lombraña; Presidente de la Mancomunidad de Liébana-PeñarrubiaJulio Cires; el alcalde de Vega de Liébana, Gregorio Alonso Bedoya, el teniente de alcalde de Camaleño, José Fernández Briz y el directivo de la Sociedad Cántabra de Escritores, Isidro Rodríguez Castanedo.

Tras las intervenciones del alcalde de Potes y del académico Sánchez de la Torre que valoraron muy positivamente el trabajo de José Ramón Saiz "como prueba de su identidad con Liébana", intervino el autor para detallar todo el proceso de construcción del teleférico como "propuesta personal y técnica de José Antonio Odriozola", a quien calificó de "gran visionario" en 1960 del futuro de Liébana ya que "según dejó escrito en su propuesta en favor del teleférico, todo lo demás como luz, carreteras y otros servicios llegaría de inmediato a los pueblos de Liébana".

Afirmó, además, que "tras el teleférico vendría la ordenación turística de Liébana, lo que así ocurrió con el fomento del turismo que dejó de ser el de montañeros que se acercaban a Picos de Europa para convertirse en un fenómeno de masas en torno al famoso Cable". Destacó que la decisión de proponer la inversión en este objetivo surgió del I Consejo Económico Sindical de Liébana que se celebró entre enero-junio de 1961, en el que particiaron de ponentes personas conocidas y reconocidas como Desiderio Gómez Señas, Eusebio Bustamante, Epifanio Sánchez Mateo, Victorianio Cuevas, Wladimiro Salceda y Plácido Peral. Afirmó que para llevar a cabo la inversión -alta para el presupuesto de la entonces Diputación Provincial- fue providencial la llegada a la presidencia del entre de Pedro Escalante Huidobro que hizo una apuesta por ésta y otras infraestructuras para Liébana. Manifestó que la inversión realizada para el funcionamiento del Cable fue de unos 45 millones de pesetas, más cuatro millones para la construcción de la carretera de Espinama a Fuente Dé.

Dijo también que el teleférico fue rentable desde el primer día y así ha sido durante medio siglo, a pesar de que los detractores anunciaron que sería una infraestructura deficitaria, cuando lo que ha logrado ha sido nivelar los déficits de Cantur gracias a sus altos beneficios.

En su intervención destacó, además, el sacrificio de los espinamenses que trabajaron en su construcción entre 1963-66, afirmando que en la parte superior sólo se podía trabajar -por razones climatológicas- entre junio y septiembre y que durante los primeros años un retén de empleados tuvo que pasar las noches en la estación superior por necesidades técnicas. Al mismo tiempo, alabó el trabajo de Nueva Montaña Quijano, que fabricó los cables en su planta de Los Corrales de Buelna y de la empresa italiana Ceretti Tanfani, que tenía experiencia en la construcción de teleféricos en Europa.

Sobre la Liébana antes del teleférico afirmó que sufría una situación casi "tercermundista", indicando que de casi 13.000 habitantes en el inicio del siglo XX ha pasado a 5.800 actualmente, lo que significa una pérdida poblacional del 55 por ciento. Dijo que durante muchos años -prácticamente hasta la década de los setenta- derechos universales como la educación y la sanidad no estaban al alcance de todos los lebaniegos, lo que sí ocurre actualmente, aunque se mantenga -aunque menos- el factor de la distancia a poblaciones con hospital como Torrelavega y Santander.

También señaló que en 1961 el Obispado de Santander logró que la orden de los Franciscanos se hiciera cargo del Monasterio de Santo Toribio, después de que en 1956 la iglesia de Liébana -formada por casi noventa parroquias- abandonara el obispado de León y pasara a pertenecer al de Santander.

Durante una hora, el autor del libro improvisó todo su saber sobre Liébana en los años de construcción del teleférico, además de destacar otros trabajos de "gran inteligencia y pasión lebaniega" de Toño Odriozola en favor de la tierra de su madre, natural de Espinama, María Antonia Calvo Briz.

Finalmente, José Ramón Saiz destacó el papel de la publicación Luz de Liébana y de su principal promotor, en 1961, el sacerdote y párroco de Baró, Ambrosio Cuesta, afirmando que Luz de Liébana supo cohesionar las aspiraciones lebaniegas, logrando una unidad de acción que permitió a la comarca salir de una situación tercermundista en la década de los sesenta. Por último, José Ramón Saiz destacó la labor de Odriozola en el fomento de la cartografía -que él mismo ejerció- y la recuperación de la vieja toponimia de Picos de Europa que fue adulterada en los tiempos de actividad minera en Áliva.