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La OCDE documenta 427 sentencias por sobornos políticos en lo que va de siglo

Contra lo que se suele pregonar, los corruptos no son de perfil bajo sino altos cargos directivos de empresas (53% de los casos). Además son las grandes compañías las que acumulan el mayor número de sanciones (60%), frente al 4% de las pymes.

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03-12-2014

«Vivimos la mayor crisis de confianza de los últimos tiempos. Desconfianza en los Gobiernos, en los partidos, en los primeros ministros, en las multinacionales, en el sistema bancario. La corrupción está en el corazón de esa falta de confianza». No lo dijo ningún dirigente de Podemos sino el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, antes de presentar en París el último informe sobre el impacto del soborno en los 34 países que forman parte de la organización.

Desde el año 1999 al 2014 se han documentado 427 casos en los que ha habido sentencias firmes por soborno. Los datos apuntan en una clara dirección. Contra lo que se suele pregonar, los corruptos no son de perfil bajo sino altos cargos directivos de empresas (53% de los casos). Además son las grandes compañías las que acumulan el mayor número de sanciones (60%), frente al 4% de las pymes.

El informe también da un revés a los que defienden la idea de que son los países en desarrollo los más corruptos. Según la OCDE, el 22% de los casos de soborno se concentran en países con un desarrollo alto y el 21% en países con un índice muy alto. «Esto termina con el mito de que la corrupción es solo de países en desarrollo», dijo Gurría.  

EE.UU. es el país que sale peor parado con 128 expedientes. Le siguen Alemania (26), Corea del Sur (11), Italia (6), Suiza (6), Reino Unido (6), Francia (5) y Noruega (5). ¿España? No la busquen en la lista. «No fue incluida porque ningún individuo o compañía han sido sancionados por soborno desde el 2000», asegura una fuente de la organización.

Liderando el ranking de sectores corruptos está la industria extractiva, responsable del 19% del total de sobornos. La construcción y el transporte no andan a la zaga con un nada despreciable 15% respectivamente. Pero, ¿qué intentan conseguir extendiendo sobres? En el 57% de los casos adjudicarse contratos públicos. De ahí que los cargos que reciben más comisiones ilegales sean funcionarios o trabajadores de empresas públicas (80%). Pero no hay que olvidar la complicidad de jefes de Estado y primeros ministros. Del total de casos, un 7% afecta a jefes de Estado y el 4% a ministros.

El coste económico de los sobornos es difícil de calcular. El informe indica que 224 casos concentran 2.500 millones de euros pero «es solo la punta del iceberg». Los salarios de los trabajadores de las empresas que han recurrido al soborno se han deteriorado ya que estos sobres representan el 11% del valor de sus transacciones y el 34,5% de sus beneficios de media.

Si hay un problema especialmente sangrante en los países de la OCDE es la lentitud de la justicia. «Debemos invertir más recursos», reconoció ayer la ministra francesa de Justicia. Las cifras sonrojan. En el 2001 se tardaba de media 18 meses en cerrar un caso. Hoy se tarda más de siete años. «La justicia es más lenta y ha aumentado la sofisticación de los sobornos. Es difícil investigarlos», explicó Gurría.

A los escandalosos récords de la justicia se suma la templanza de las penas. En la mayoría de los casos las sanciones económicas no cubren ni la mitad de las ganancias obtenidas gracias a los sobornos. Desde 1999 hasta hoy el montante asciende a 4.300 millones de euros. Además solo 80 casos se han saldado con penas de cárcel. «Hay que combatir la impunidad. Los Gobiernos deben rendir cuentas y ser ejemplares», exige José Carlos Ugaz, director de Transparencia Internacional.