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Los trabajadores de Tragsa aplazan la huelga en Cantabria hasta la resolución de la PNL

La plantilla se manifestó hoy por las calles de Santander y aguardará hasta el 15 de febrero para proseguir o no con las movilizaciones

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Los trabajadores de Tragsa aplazan la huelga en Cantabria hasta la resolución de la PNL
05-02-2016

La plantilla de Tragsa en Cantabria, que hoy se manifiestan por las calles de Santander con una concentración de protesta posterior ante el edificio de los Ministerios, ha decidido en asamblea aplazar la huelga general que estaba convocada del 1 al 12 de febrero, hasta conocerse la resolución de las mociones de proposición no de ley planteadas por el PSOE para revocar el ERE y los despidos realizados en la empresa pública desde finales del año pasado.

Según precisa el comité de empresa de Tragsa en Cantabria en un comunicado, “ante esta acogida positiva de las demandas de los trabajadores por parte del PSOE, que esperamos sean apoyadas por otras fuerzas parlamentarias, y el nuevo panorama político nacional, los trabajadores optan por la paralización temporal de la huelga general pero sin abandonar las movilizaciones programadas y el objetivo de la readmisión de los compañeros despedidos”. 

El comité de empresa de Tragsa en Cantabria aclara que, según los contactos mantenidos por los sindicatos y los representantes parlamentarios socialistas Puerto Gallego, Guillermo del Corral y Silvia Abascal, las mociones presentadas tanto en el Parlamento español como en el autonómico se debatirán el lunes 15 de febrero.

En su comunicado, los sindicatos de Tragsa en Cantabria agradecen el mayoritario respaldo de la plantilla a la huelga general iniciada el pasado lunes 1 de febrero, que ha contado con un respaldo del 85% de los trabajadores, un 95% entre los 70 con contrato indefinido.

Los sindicatos reiteran que, pese a que se propuso a la empresa “sacrificios económicos de los trabajadores a cambio de la readmisión de los compañeros despedidos en Cantabria (seis trabajadores), la actitud de la dirección de Tragsa fue “inmovilista, soberbia e inhumana”, lo que en su opinión “es ofensivo e inexplicable porque en sus 30 años de funcionamiento nunca ha estado en números rojos” en la región.