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“Las Panchoneras” protagonizarán la doble cita marcera en Laredo

Los alumnos de primaria del colegio Pablo Picasso y la Agrupación Cultural y Musical “Panchoneras de Laredo” protagonizarán mañana viernes y el sábado, respectivamente, la doble cita con el tradicional canto de las marzas

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26-02-2015

Ambos colectivos tienen el mérito de haber recuperado desde hace dos décadas en la zona oriental de Cantabria una costumbre muy arraigada en otras comarcas con la que se saluda la llegada de la primavera.

 

Serán los niños y niñas quienes abrirán ronda a partir de las 19:00 horas de mañana viernes. Sus voces podrán escucharse junto  a la Casa de Cultura, en el exterior del antiguo Ayuntamiento y, finalmente, a las puertas de la actual Casa Consistorial. Allí, tal y como es costumbre, serán aguardados por el alcalde y miembros de su corporación, que abrirán las puertas del Palacio de Carasa a la llamada de los más pequeños. La clásica pregunta de “¿las cantamos o las rezamos?” dará lugar a la entonación de unas estrofas que, no exentas de ironía, reclamarán el aguinaldo para sus intérpretes. La ocasión será aprovechada para entonar otras composiciones más típicamente pejinas. A su término los marceros serán agasajados con un pequeño lunch.

 

Este colegio tomó la iniciativa de recuperar estos cánticos de la mano de profesores como Miguel Morán o el antiguo director Hilario González allá por los años 90. Desde entonces no ha habido clase cuyos alumnos no hayan memorizado y entonado con toda la ilusión unas composiciones que de forma simultánea se entonan en toda la región.

 

Sólo veinticuatro horas más tarde tomará el relevo la agrupación “Panchoneras” de Laredo, bajo la batuta de Alfonso Oruña. Su romería arrancará el sábado a partir de las 19:30 horas en plena plaza de la Constitución. Desde el corazón de la Puebla Vieja enfilarán hacia las calles más céntricas de la villa, ataviados con ropajes típicos de la montaña.

 

Las marzas constituyen una de las celebraciones de más antigua tradición en Cantabria. Consisten en rondas de mozos que cantan romances petitorios en la última noche de febrero y el primer día de marzo por toda la región, recordando la entrada del año y el comienzo del ciclo agrario en el antiguo calendario romano.  parte de la vivencia etnográfica, y revela su resistencia a desaparecer y su virtualidad contemporánea.