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Presentado en Torrelavega el libro "Cien años de Tráfico en Cantabria"

El autor destacó que fue en 1894 cuando pasó el primer coche por Torrelavega, propiedad del Duque de Santo Mauro, persona muy próxima a Alfonso XIII que construyó el palacio de Los Hornillos en Las Fraguas.

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17-02-2015

En la imagen de Vicente Macho, de izquierda a derecha, el autor, José Ramón Saiz; alférez Sergio García Palacín, jefe del Destacamento de la Guardia Civil de Tráfico de Torrelavega; Serafín Sánchez, jefe provincial de Tráfico y Alejandro García, jefe de la Policía Local de Torrelavega.

REDACCIÓN. Cantabria24horas.com

Ante más de un centenar de personas -y ello a pesar de la adversa climatología- se presentó el libro Cien Años de Tráfico en Cantabria del que es autor el doctor en Periodismo y Académico de la Real Academia de la Historia, José Ramón Saiz. El acto celebrado en la Cámara de Comercio e Industria contó con la presencia, además del autor, del jefe provincial de Tráfico, Serafín Sánchez; jefe de la Policía Local, Alejandro García y el alférez-jefe del Destacamento de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Sergio García Palacín, al que acompañó  el Teniente Jefe Interno de la 3ª  Compañía de la Guardia civil, José Ignacio De Miguel Molina.

Entre el público destacó la presencia del Magistrado-Juez de Primera Instancia de la ciudad, Pablo Fernández Vega, concejal de Medio Ambiente, José Luis Urraca, directores y profesores de autoescuelas, el vicepresidente de la Cámara de Comercio, Emilio Centeno; presidente de APEMECAC, Miguel Rincón; director del Instituto Marqués de Santillana, José Nicasio Gutiérrez;  presidente de la Asociación de Mayores "Ramiro Bustamante", Pedro Cayón; expresidente de la Gimnástica, Alejandro Campo, ex-presidente regional de la Asociación Empresarial de Autoescuelas, Rodrigo Sainz Villegas, los exconcejales José Ramón Pelayo y Jesús Máría Sainz, entre otras personas significativas del quehacer local. También asistieron la popular concursante triunfadora del programa cultural  Pasapalabra, Paz Herrera, y el candidato del PSOE a la alcaldía, Cruz Viadero.

Abrió el acto el jefe de la Policía de Torrelavega, Alejandro García, para señalar la importancia del tráfico en la sociedad actual y la necesidad de articular los controles precisos para la seguridad de todos los que circulan por las carreteras españolas. Analizó el proceso de la accidentalidad en España y en Cantabria, señalando que todos los registros son siempre mejorables y, por tanto, se precisa seguir actuando para reducir las estadísticas de muertos, datos ante los que no conviene resignarse sino luchar sin descanso. En este sentido, se refirió a la estrecha colaboración de las policías locales con la Jefatura de Tráfico y la Agrupación de la Guardia Civil en el objetivo común de una circulación siempre fluida pero segura para todos los conductores.

A continuación intervino el autor, José Ramón Saiz, quien hizo un repaso histórico de todo lo relacionado con el tráfico, destacando que fue en 1894 cuando pasó el primer coche por Torrelavega, propiedad del Duque de Santo Mauro, persona muy próxima a Alfonso XIII que construyó el palacio de Los Hornillos en Las Fraguas. Señaló que aquella presencia fue todo un acontecimiento ya que muy pronto decenas de personas se arremolinaron en torno a aquel "artefacto" que el duque de Santo Mauro, a través de su mecánico de San Felices de Buelna, había traído de la Casa Renault de Francia. Con el fin de dispersar a los curiosos, el mecánico pronunció una frase que provocó cierto pánico: "¡cuidado, cuidado, que puede explotar como el Machichaco!". De inmediato desparecieron todos al seguir muy presente en la memoria esta catástrofe que el año anterior había causado cientos de muertos en Santander.

Tras referirse al propietario del S-0001, el ingeniero de Caminos, Alberto del Corral (quien proyectó la traída de aguas a la ciudad en 1904), destacó las primeras matrículas de coches que circulaban por Torrelavega, el primero, el S-0026 propiedad de Solvay; el S-0028 de José Ramón Gutiérrez Bravo, que construyó el palacio de Peñas Blancas en Miengo y el S-0054 de Augusto Perogordo, todos ellos matriculados en el periodo 1907-09.  Señaló que los coches en aquel tiempo estaban vinculados a familias y personajes pudientes de la sociedad montañesa de los inicios del siglo XX.

También hizo un relato de los tiempos en los recorridos, citado el caso de Alfonso XIII que en 1914 tardaba doce horas en ir a Madrid y que once años después hacía el recorrido en poco más de 7 horas. Se refirió también a los bandos de las autoridades, algunos de ellos provocados por la agresividad de los vecinos de los pueblos hacia los conductores que cuando pasaban por los pueblos eran apedreados ya que aquellos "artefactos" alteraban la paz de personas y animales de los pueblos.

El autor destacó, igualmente, al sector de las autoescuelas y a
personas que ya desaparecidas tuvieron una importante vinculación en este campo de la educación vial, en concreto citó a Vicente Saiz Martín, Roge Morante; Paco Barrio, Miguel Gutiérrez y su esposa Ramona Zamanillo (que posteriormente crearon La Virgen de La Barquera);  Ricardo Bueno, Rodrigo Sainz Villegas o Román Pisano (fallecido recientemente), además de tantos otros que en los años sesenta fomentaron la enseñanza, especialmente cuando en 1968 el control y ejecución de los exámenes de conducir pasó de Industria al control de la Jefatura Central de Tráfico y sus jefaturas provinciales y locales. 

Dentro de los datos curiosos, señaló que el primer accidente mortal por atropello ocurrió en 1906 siendo la víctima Andrés Palomera, de Santander, cuando apenas circulaban por los caminos de la provincia no más de medio centenar de vehículos. En cuanto a la mujer, destacó que fue Elsa Meade la primera que en 1920 obtuvo el permiso de conducir.  

En general, José Ramón Saiz dio detalle puntual de muchas incidencias entre otras el protagonismo de Los Corrales de Buelna en la fabricación de motores para Renault, Morris y actualmente Nissan y en Sámano, Castro Urdiales, para autobuses, industrias que aportan crecimiento para el PIB de Cantabria.

Cerraron el acto Serafín Sánchez, jefe provincial de Tráfico, y Sergio Palacín, alférez-jefe de la Guardia Civil de Tráfico en Torrelavega. Serafín Sánchez hizo un pormenorizado repaso a las labores de la Jefatura de Tráfico y, especialmente, en colaboración con la Guardia Civil de Tráfico, en la constante reducción de las estadísticas de accidentes. Serafín Sánchez ofreció numerosos datos de interés, entre otros, que son más de treinta millones los vehículos que existen en España y casi cuatrocientos mil en Cantabria. Serafín Sánchez expresó su acuerdo con Alejandro García en cuanto a no aceptar el fatalismo en los accidentes de tráfico, insistiendo en la necesidad de extremar la prudencia, sobre todo "en jornadas de climatología adversa como la de hoy", afirmó. Serafín Sánchez señaló que las drogas (el alcohol) como el móvil representan peligros latentes en la conducción.

Por su parte, Sergio García Palaciín, alférez-Jefe del Destacamento de la Agrupación de Tráfico en Torrelavega, en una intervención miuy coloquial, hizo mención a la labor preventiva de la Guardia Civil de Tráfico en relación a la labor que tiene asignada en las carreteras españolas, así como el papel que ha desarrollado en tiempos en los que no existían talleres de automóviles y eran los guardias civiles de tráfico quienes atendían a los automovilistas en averías y otros contratiempos  para solucionarles los problemas y continuar su ruta. 

Destacó que recientemente con motivo del temporal, los agentes han realizado labores importantes en dejar expeditas las carreteras en la comunicación con la Meseta en un ejemplo de sacrificio y abnegación, acciones en las que han contado con otros apoyos importantes y decisivos en este objetivo.

Todos los asistentes ofrecieron un largo aplauso a los intervinientes, lo que cerró el acto hora y media después de su inicio.