Todavía resuenan los dos puñetazos encima de la mesa de Pablo Casado
Sin duda, se presentan unos meses muy apasionantes de cara a 2019 y en el que el Partido Popular santanderino puede seguir la estela de Iñigo de la Serna: ir cayendo hasta perder el poder.
Es una realidad constatable la incertidumbre de la alcaldesa santanderina. La candidatura de Gema Igual en Santander todavía no está confirmada. De hecho, ella misma ha declarado que se lo está pensando, señalando que la decisión no la tomará de manera inmediata.
Conociendo la capital de Cantabria, la regidora popular sabe que si es la número uno puede pasar a la historia de la política municipal por convertirse en la candidata con los peores resultados del PP.
Por otro lado, María José Sáenz de Buruaga, en su batalla diaria de busquedas de gente afín a la actual dirección, está intentando convencer a Igual para que decida su candidatura y se presente en Santander. La intención de la presidente popular es que Igual tire de la lista y vaya de tres en las listas al Parlamento.
Pero la realidad, para algunos populares conocedores de los destinos de los votos municipales, es que la opción que podría salvar al PP en Santander es Santiago Recio. El actual diputado popular ha declarado en multitud de ocasiones que la política que le apasiona es la municipal. Pero esta alternativa es una utopía, ya que el exconcejal es la cabeza visible de los críticos populares y quien llevó a los tribunales el último Congreso Regional.
Cuando se habla en los mentideros el tema que nos ocupa, todavía resuenan los dos puñetazos encima de la mesa de Pablo Casado a favor de los críticos: el nombramiento de Blanca Martínez como portavoz adjunto y miembro del comité de dirección en el Senado y el de Ruth Beitia como responsable de Deportes en el Cómite Ejecutivo Nacional.
Con todo lo dicho Santander llegará a 2019 con un escenario apasionante y en el que el PSOE de Pedro Casares puede ‘robar la cartera’ de los votos a los populares capitalinos y romper la hegemonía de la derecha. Si el líder de los socialistas santanderinos mide cada paso que da, como hasta ahora viene haciedo y dialoga con el resto de las fuerzas, puede conseguir ese objetivo que hace unos años parecía imposible: ser el primer alcalde socialista de Santander. Claro que Pedro debe saber que el santanderino no perdonaría un pacto con un partido tan radical como Podemos.
Otra clave que hay que tener en cuenta es que la situación depende de los futuros pactos en el Parlamento de Cantabria, ya que en el consistorio santanderino se seguirán los directrices de la cámara. Aquí podría entrar un actor nuevo: Ciudadanos.
Claro está que todo lo anteriormente dicho es ‘papel de papelera’ al no contar con los regionalistas que, sin duda, marcarán las direcciones prohibidas en la maraña de cruces, atajos y vericuetos en los pactos de poder cántabros.
Sin duda, se presentan unos meses muy apasionantes de cara a 2019 y en el que el Partido Popular santanderino puede seguir la estela de Iñigo de la Serna: ir cayendo hasta perder el poder.