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¿Apoyamos de verdad a nuestros constructores?

Si de verdad queremos y comprendemos lo que suponen sus empresas dentro de un sector de empleo que sigue siendo muy importante, la mejor manera es demostrarlo y pasar a la acción. Esa acción se llama, ni más ni menos, que apostar

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¿Apoyamos de verdad a nuestros constructores?
12-07-2017

Cuando hablas distendidamente con un empresario, le duele, lleva mal, el desconocimiento general que hay en este país sobre la empresa y mantenerla a flote, porque parece opinión establecida que el director general o el consejo de administración solo están para hacer dinero a costa de los demás. En absoluto es como lo pintan, y prueba de ello es que diez años atrás una brutal crisis arrasó este país, y son precisamente los autónomos los que más sufrieron en sus carnes los envites de tener que cerrar o volver a empezar.

Caso destacado es el de la  construcción, tan reconocida antes del 2008, porque proporcionó a España una riqueza en infraestructuras, competitividad, empleo y crecimiento de los sectores empresariales auxiliares, que no tiene parangón en la historia industrial y económica nacional. Mientras se levantaban casas y se hacían carreteras y puentes, todo eran halagos hacia el hacer de los constructores, pero ya sabemos de la conducta habitual cuando vienen mal dadas con ese hacer tan nuestro de “si te he visto, no me acuerdo”.


Viene al caso el reproche porque si hay un momento en el que las empresas constructoras necesitan de un decidido apoyo, ese momento es ahora. La Asociación de Constructores y Promotores de Cantabria que preside Gervasio Pinta Rioz acaba de hacer un nuevo llamamiento sobre la delicada situación que vive la construcción local, y que es un año para pasar de las palabras a los hechos.

A fin de cuentas, no creo que sea mucho pedir que una Comunidad, a través de sus instituciones, apoye al empresariado, máxime si está consolidado, y que las administraciones públicas sean más diligentes a la hora de decidir, proyectar, encargar, colaborar, encauzar y abonar la obra acabada.

Las opiniones van por barrios, pero la mía no ha variado sobre lo escaso del este  apoyo a nuestras empresas y empresarios. No me llegan noticias nuevas como para poder sentirme absolutamente seguro y satisfecho de que ese apoyo es más positivo que negativo. Nuestros constructores también lo cuestionan en la actualidad, y cuando lo dicen, por algo será. Si de verdad queremos y comprendemos lo que suponen sus empresas dentro de un sector de empleo que sigue siendo muy importante, la mejor manera es demostrarlo y pasar a la acción. Esa acción se llama, ni más ni menos, que apostar de continuo por ellos y entender, para solucionar, sus problemas.

Miguel del Río
Presidente del Club de Prensa