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Cuando Miguel Delibes empleó el seudónimo Miguel Molledo Santa Cruz

Mi especial interés por la obra literaria y periodística de Delibes se debe, principalmente, a su calidad en el arte de escribir y también a que hace ya tiempo fui pregonero de las fiestas de la Virgen del Camino.

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Cuando Miguel Delibes empleó el seudónimo Miguel Molledo Santa Cruz
25-08-2020
Durante la mañana de ayer junto con las componentes del Club de Lectura "Martes Literarios" que se reúne todas las semanas en Tanos (Torrelavega) he recordado la figura del escritor Miguel Delibes Setién (1920-2010), vinculado a la localidad cántabra de Molledo, conociendo a través de esta ruta literaria los principales escenarios, personajes y curiosidades de la novela “El Camino”.

Mi especial interés por la obra literaria y periodística de Delibes se debe, principalmente, a su calidad en el arte de escribir y también a que hace ya tiempo fui pregonero de las fiestas de la Virgen del Camino. No recuerdo bien el año y el contenido de aquél pregón que debo buscar, pero con seguridad me referí a Torres Quevedo, Delibes, Adriano García Lomas y a otros importantes personajes de este lugar, así como a su historia, costumbres y tradiciones. La otra particularidad es que desde hace muchos años pertenezco a la Cátedra de Miguel Delibes que en 2003 puso en marcha la Junta de Castilla y León, la Universidad de Valladolid y el Gradiate Center de City University of New York (CUNY).

He recordado, además, que en el número 9 de marzo-abril de 2010 de la revista de historia Los Cántabros, publiqué don artículos sobre el maestro: uno sobre la censura en 1970-71 de un libro de Umbral dedicado a glosar la biografía de Miguel Delibes y otro sobre la historia de su seudónimo Miguel Molledo Santa Cruz, tan vinculado a estas dos localidades -Molledo y Santa Cruz- de sus vivencias veraniegas.

El recorrido de ayer incluyó la casa en la que vivió Delibes en los veranos que pasó en Molledo, así como el monumento que el Ayuntamiento dedicó al escritor, que desde 2007 es Hijo Adoptivo del municipio de Molledo.

También pude visitar la ermita del siglo XII que se encuentra en un anexo a la vivienda de la que fue propietario hasta su fallecimiento el ex-ministro de Instrucción Pública de Alfonso XIII, César Silio Cortés (1865-1944). Silió fue hijo de un rico empresario harinero y ceramista de origen santanderino, estudiando Derecho en Valladolid y Madrid, donde se doctoró en 1886.

Adquirió, junto con Santiago Alba, compañero de estudios y casado con su prima Enriqueta Delibes, el diario El Norte de Castilla, convertido en portavoz del liberalismo provincial y del que Silió fue director hasta 1901. Sus etapas de ministro de Instrucción Pública fueron con Antonio Maura como presidente del Consejo de Ministros.
Otro personaje importante vinculado al Valle fue Adriano García Lomas (1891-1972), nacido en Arenas de Iguña, quién dedicó gran parte de su vida al estudio de la tradición y costumbres de los habitantes de la Montaña. Miembro del Centro de Estudios Montañeses, escribió varios libros bien documentados que sirven de consulta a los eruditos para cualquier tema relacionado con el lenguaje, las costumbres y la etnología de Cantabria. Así, de sus obras destacan títulos como El Lenguaje popular de la Cantabria Montañesa y Los Pasiegos.

Resumiendo, una completo homenaje literario a Miguel Delibes y a su gran obra El Camino, en el centenario del nacimiento de este gran escritor vallisoletano tan enraizado con Molledo.

REFERENCIA LITERARIA SOBRE EL AUTOR DE EL CAMINO.
MIGUEL DELIBES SETIÉN (1920-2010)
Además de su intensa obra escrita con su nombre y apellidos, hay que destacar que su primer artículo en El Norte de Castilla lo firmó con el nombre de Miguel Molledo Santa Cruz. Otros seudónimos del maestro de las letras españolas fueron M. de Lesbi y Miguel de Seco. En su juventud empleó el de Max como caricaturista y humorista de El Norte de Castilla.
Nacido en Valladolid, tercero de ocho hermanos, su madre era María Setién y su padre, Adolfo Delibes, abogado y catedrático de Derecho en la Escuela de Comercio, cursando los estudios primarios en el colegio de La Salle y el bachillerato en el colegio de Lourdes de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. La guerra le impidió ingresar en la universidad, por lo que continuó con los cursos de perito mercantil y aprendió a modelar en la Escuela de Artes y Oficios.
En 1939 comenzó en Valladolid sus estudios universitarios de Derecho y Comercio, carreras que no le agradaban. Fue, entonces, cuando por azar llegó al mundo del periodismo y de la literatura. Un azar que comienza cuando, al estudiar el Manual de Derecho Mercantil, de Joaquín Garrigues, descubre la belleza del lenguaje y el adjetivo oportunamente empleado. Como también le gusta el dibujo -su padre le había matriculado en la Escuela de Artes y Oficios-, Miguel Delibes ingresó como caricaturista, en 1941, en El Norte de Castilla, el periódico de su ciudad.

Pero ya antes de su ingreso en El Norte, el joven Miguel Delibes ya había publicado algunas colaboraciones en el periódico. En 1942 remitió a la redacción un artículo desde el pueblo cántabro de Molledo donde pasó muchos veranos en casa de su abuela materna, en esta ocasión preparándose para las oposiciones. La colaboración en cuestión llevó por título El deporte de la caza mayor. Pocos días más tarde envíó otro desde este retiro cántabro, La exposición del corisco, referido a una exposición de dibujos humorísticos realizados por Jesús Fragoso. Por primera vez, firmaba un artículo con su nombre y primer apellido con el que alcanzó pasado el tiempo fama de novelista.

En 1945 ganó la cátedra de Legislación Mercantil Española. Precisamente en esta etapa comenzó a realizar una faceta nueva en el periódico al frente de la sección editorial. Se trataba, en muchos casos, de textos escritos al dictado de las consignas políticas o sociales del momento, lo cual provocó que Delibes usara varios seudónimos: M. de Lesbi, Miguel de Seco y Miguel Molledo Santa Cruz.

Este último es significativo por lo que representa vincular su nombre con dos pueblos muy relacionados con su juventud: los de Molledo y Santa Cruz, población esta última en la que se encuentra la casa del inventor Leonardo Torres Quevedo.

Tras realizar un curso de periodismo en Madrid para obtener el carné profesional, en 1945 ganó por oposición la cátedra de Derecho Mercantil y consiguió ser destinado a la Escuela de Comercio de Valladolid. Se casa en el mismo año con Ángeles de Castro (fallecida en 1974) y ésta tras haberle animado a leer y a escribir provocó que Miguel editara su primera novela, La sombra del ciprés es alargada, que consiguió el prestigioso premio Nadal en 1948 a la que le siguió Aún es de día, ambas caracterizadas por la búsqueda y exploración del proceso a través del cual el hombre realiza su visón personal del mundo.

En 1950 escribió El camino, y a partir de este momento, de plantear una preocupación por la formación del individuo, pasó al tema de la búsqueda de la autenticidad personal. Al tiempo, Miguel Delibes asumió en 1952 la subdirección de El Norte de Castilla y seis años después fue nombrado director, que coincidió con su novela Diario de un Emigrante, obteniendo el Premio Nacional de Literatura en 1955 con la obra Diario de un Cazador.

A partir de su acceso a la dirección en 1958 emprendió una serie de campañas en favor del medio rural castellano que le llevó a enfrentarse con el régimen y la censura vigente, viéndose obligado a dimitir de su cargo en 1963.

Sin embargo, no cedió en su denuncia de la postración de Castilla y, cuando no pudo hacerlo desde el periódico, lo hizo desde la narrativa, como representa el ejemplo de su novela Las ratas (1962), verdadera epopeya de la tragedia del campo castellano. Otros libros de este mismo corte fueron La caza de la perdiz roja (1963), USA y yo (1966), Cinco horas con Mario (1966) y La primavera de Praga (1968). En 1975 Las guerras de nuestros antepasados; ambas adaptadas al teatro en 1979 y 1990, respectivamente. Los santos inocentes vió la luz en 1981 (llevada al cine por Mario Camus) y más adelante publicó Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y Coto de caza (1992), entre otras.

Su producción revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid (ciudad de la que es Hijo Predilecto) y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. La visión crítica -que aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera- alude sobre todo a los excesos y violencias de la vida urbana.

Entre los motivos de su obra destaca la perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales, la rememoración de la infancia (por ejemplo en El príncipe destronado, de 1973) y la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la literatura.

Delibes es también autor de los cuentos de La mortaja (1970), de la novela corta El tesoro (1985) y de textos autobiográficos como Un año de mi vida (1972). En 1998 publica El hereje, una de sus obras más importantes de los últimos tiempos.

Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española, obtiene a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), Premio de la Crítica (1953), Príncipe de Asturias (1982), Premio Nacional de las Letras Españolas (1991) y el Premio Miguel de Cervantes (1993), entre otros.