DEBA critíca las "ocurrencias urbanísticas " del alcalde de la Serna
La plataforma ciudadana DEBA manifiesta su malestar y preocupación por la nueva andanada de improvisaciones urbanísticas que van a afectar de manera importante al espacio vital cotidiano y a la economía de los santanderinos
La plataforma ciudadana DEBA manifiesta su malestar y preocupación por la nueva andanada de improvisaciones urbanísticas que van a afectar de manera importante al espacio vital cotidiano y a la economía de los santanderinos, destacando entre otras las siguientes actuaciones:
Instalaciones deportivas provisionales en Varadero para disimular la futura construcción de 700 viviendas en ese mismo lugar, al igual que ocurrirá en el actual aparcamiento del solar ocupado anteriormente por la antigua prisión provincial en la calle Alta.
Reordenación de la Plaza de las Estaciones y creación de espacios verdes y zonas deportivas y aparcamiento en la calle Castilla, con un criterio de ordenación parcial y provisional, en lugar de hacerse con la visión global y el sumo cuidado que requiere este área tan importante, prioritaria y estratégica de la ciudad, tan trascendente de cara al futuro.
Falta de definición y concreción del anillo cultural, con la práctica pérdida del edificio del Banco de España como museo de prehistoria de valor internacional, y sede de la UNESCO del patrimonio arqueológico mundial.
Ausencia de definición y peligro de uso arbitrario del antiguo edificio de Tabacalera en la calle Antonio López.
Siguen sin resolverse la senda costera, el logo de Santander y el mal llamado “concurso internacional de ideas” para el frente marítimo, además del sobrecoste de la reforma del Centro Cultural Madrazo.
La peatonalización, implantada de manera desordenada, aleatoria y discontinua, más parece hecha en función de las obras de reparación y sustitución de redes de Aqualia, que de una planificación lógica, ordenada y coherente que tenga en cuenta todas las consecuencias que provoca en el tráfico de la ciudad.
La mayoría de estas actuaciones no están desarrolladas de acuerdo con el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad ni del Plan Estratégico, resultando todas ellas muy costosas y no debidamente priorizadas. Considerando que Santander es una ciudad fuertemente endeudada, esta forma de proceder y de “hacer por hacer”, es un evidente derroche económico que agravará aún más la mala situación económica actual.
Nos encontramos ante un equipo de gobierno del ayuntamiento de Santander que no se cree sus propias previsiones, y que actúa a golpe de ocurrencias, falto de criterio, y separado de las necesidades reales de los ciudadanos y del adecuado diseño urbano de la ciudad.
En el momento presente y en las circunstancias actuales, no es admisible seguir tomando decisiones improvisadas e irresponsables sobre el urbanismo de la ciudad como se ha venido haciendo hasta ahora. Hay que abrir un proceso de participación ciudadana real, abierto y sin intermediaciones, destinado a modificar el actual Plan General. Plan que ya era obsoleto cuando se aprobó y que se ha convertido en un agresivo instrumento jurídico que amenaza con acabar construyendo abusivamente el poco suelo libre de la ciudad, y perjudicando la calidad de vida y los intereses de los vecinos que la habitan.