Diario Digital controlado por OJD

Ádiós a un mundial que sepultó las ilusiones de Brasil, España y Cristiano Ronaldo

El conjunto alemán de Joachim Löw fue el justo vencedor de un torneo en el que protagonizó muchos de los momentos más recordados y algunos para la historia, como la tremenda paliza endosada a los anfitriones en semifinales (1-7).

Enviar a un amigo
15-07-2014

GRUPO DIARIOCRÍTICO.COM

El viejo dicho popular de que el fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre gana Alemania, renació en Maracaná, donde recuperó el trono mundial tras su memorable triunfo ante Argentina con el gol de Mario Gotze en la final del Mundial.La conquista de la tierra prohibida ha convertido al bloque alemán en el primer europeo capaz de vencer en América. Este cuatro título mundial termina con la travesía por el desierto que ha padecido el fútbol alemán a nivel de selección. Y ha respaldado, por fin, a su preparador, Joachim Low, ahogado en la orilla de tantos y tantos grandes torneos hasta que Brasil recompensó su filosofía.

La firme apuesta y el empeño por imponer el gusto por la pelota, de mantener propuestas como la establecida por España o, previamente, también por Holanda, terminó por cuajar en un fútbol empeñado en hacer de la rudeza, la fuerza y la intensidad sus principales armas de batalla.

Dejó en el camino a Francia, la más elogiada del Mundial hasta ese momento, y sonrojó en semifinales a Brasil. En la final asumió la condición de favorito. Se estrelló ante el orden argentino. Ante el ímpetu de Leo Messi. Pero sobrevivió en el tiempo extra, antes de los penaltis, con el histórico gol de Mario Gotze, que días atrás cedió su condición de titular indiscutible.

El conjunto alemán de Joachim Löw fue el justo vencedor de un torneo en el que protagonizó muchos de los momentos más recordados y algunos para la historia, como la tremenda paliza endosada a los anfitriones en semifinales (1-7).

Messi encarna, sin duda, la cara de la derrota, porque había asumido que éste debía ser su Mundial. En el partido de su vida, Messi no fue el jugador determinante que se esperaba. Por eso, no encontró consuelo ni con la proclamación -discutida- de mejor jugador del Mundial.

Brasil, mientras, ha visto removidos sus cimientos. El "Mineirazo", la humillante derrota que sufrió en semifinales ante los alemanes, fue una bofetada en la cara de un país que vivía con el sueño del hexacampeonato sin unas bases sólidas que lo sostuviesen.

Brasil 2014 quedará como un buen torneo, que igualó el mayor número de goles que ostentaba Francia'98 (171) y mostró un juego atractivo, donde sobre todo en una primera fase en la que cualquier pronóstico pudo ser desmontado.

La irrupción de selecciones como Colombia o Costa Rica, con Keylor Navas al frente, que alcanzaron los cuartos de final o la buena imagen dada por Argelia, a la que Alemania sólo pudo derrotar tras una prórroga, fueron las noticias positivas de un Mundial que arrancó con el descalabro de las grandes potencias europeas, con España a la cabeza.

La campeona del mundo abdicó pronto de su trono y fue incapaz de pasar de la ronda inicial, como Inglaterra, Italia o Portugal. Los lamentos de todas éstas sobre el clima o los horarios los desmontó Holanda, de nuevo en el podio con una combinación de jóvenes y tres supervivientes -Arjen Robben, Wesley Sneijder y Robin van Persie- y, sobre todo, Alemania con su triunfo final.

El Mundial coronó a James Rodríguez, el máximo goleador, como la nueva estrella y certificó que Paul Pogba, mejor joven, está llamado a liderar una interesante generación francesa.

Pese a los temores iniciales, el gobierno brasileño entregó a tiempo los estadios, -que no todas las obras acometidas- contuvo las protestas y reforzó su imagen de "país del fútbol", con todos los campos prácticamente llenos.

El Mundial de Brasil prometía para muchos jugadores que estaban destinados a ser encumbrados en el mundo del fútbol pero que acabaron estrellados en un campeonato que dejó muchas decepciones por el camino.

Desde Cristiano Ronaldo, pasando por Mario Balotelli hasta Iker Casillas, fueron muchos los nombres de grandes futbolistas que no brillaron en el torneo más importante del planeta.

La lista es bastante amplia, pero en el capítulo de decepciones se lleva la palma Cristiano Ronaldo. El portugués no logra afinar su maquinaria cuando juega lejos de su club. Todos los éxitos que ha conseguido con el Manchester United y con el Real Madrid no ha podido trasladarlos a su país.

Es la gran cuenta pendiente del jugador luso, que llegó a Brasil con el Balón de Oro y la Liga de Campeones bajó el brazo y se fue superado en todos los aspectos por su propio ego. Apenas marcó un gol, Portugal fue eliminada en la primera fase y dedicó más tiempo a increpar a sus compañeros y a buscar un peinado para cada encuentro que a jugar bien al fútbol.

También en España varios jugadores quedaron tocados. Llegaron a Brasil con la intención de repetir título y acabaron fuera a las primeras de cambio con unas actuaciones mediocres. A lo largo de los choques frente a Holanda y Chile, muchas imágenes quedaron en la retina de los aficionados.

En Inglaterra, una vez más y van muchas desde que ganaron el Mundial de 1966, el capítulo de decepciones es amplio. Como Italia, España y Portugal, no consiguió pasar a los octavos de final. Y, alguno de sus protagonistas acabaron con tristeza el campeonato.

En el capítulo entrenadores, mención aparte también para Fabio Capello. Su sueldo, el más holgado de todos los técnicos del Mundial (siete millones de euros), no bastó para conducir a Rusia hacia los octavos de final. En un grupo con Argelia, Bélgica y Corea del Sur, no fue capaz de quedar ni segundo. Su paso por el Mundial fue para olvidar.

Y pese a que ganó el Mundial, en Alemania también hay una decepción. Es la de Mesut Özil, que después de brillar con luz ropia en Sudáfrica, prácticamente pasó inadvertido tras mostrar su peor cara, la del jugador algo indolente que a veces desesperaba a los aficionados del Real Madrid cuando jugaba en el club blanco.

Con todos estos nombres, podría formarse un equipo de estrellas estrelladas. El seleccionador sería Luiz Felipe Scolari y su ayudante Fabio Capello. Entre los dos, confeccionarían la siguiente alineación: Casillas; Dani Alves, Thiago, Pepe, Jordi Alba; Cristiano, Paulinho, Gerrard, Özil; Diego Costa y Balotelli. Todo un equipazo con nombres pero sin suerte.