El Gobierno hace un llamamiento a la unidad del sector pesquero
Pescadores cántabros y vascos han alertado este sábado en Santander de que una pesca "irresponsable" de la anchoa agote la biomasa de bocarte y, en consecuencia, se tenga que cerrar otra vez el caladero del Cantábrico.
La consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Gobierno cántabro, Blanca Martinez, ha hecho un llamamiento a la unidad del sector pesquero con el fin de alcanzar un acuerdo, ante la decisión del Ministerio de reabrir la pesquería de la anchoa en el Cantábrico el próximo lunes con una cuota de 2.000 toneladas.
Ha defendido que Cantabria estará a la cabeza en todas aquellas reivindicaciones que permitan preservar el stock de bocarte de primavera, si bien ha pedido “precaución” y “sentido común” ante una situación “compleja y excepcional” como es la aparición de anchoa en Galicia.
Martínez ha mantenido durante ayer y hoy contactos con representantes del sector pesquero en Cantabria y del Ministerio, con el fin de conciliar los intereses porque, a su juicio, “hay margen todavía para encontrar puntos de encuentro”.
“Navegamos en un barco común, pero si cada cual se ajusta a la posición que corresponde a sus intereses, entonces no somos nada”, un mensaje que ha dirigido la consejera de Pesca cántabra a todos los agentes implicados, al Ministerio y a la flota.
De cualquier forma, el Gobierno de Cantabria ha decidido encargar a los técnicos de la Dirección General de Pesca una “simulación de los distintos escenarios” que se abren ahora para la flota cántabra con la reapertura de la costera.
Blanca Martínez ha asegurado que las conclusiones de este estudio “serán las que nos marquen el camino a seguir”.
Problema complejo
La consejera de Pesca ha indicado que nos encontramos ante un “problema complejo”, porque es “excepcional” que haya aparecido una masa de bocarte frente a las costas gallegas, como ya ocurrió en 1995. Y precisamente por eso, ha dicho, se impone una “lógica cautela que debe observar no sólo el Ministerio, sino también la flota”.
Martínez ha destacado que gracias a las gestiones del Ministerio se ha incrementado la cuota de bocarte en un millón de kilos, así como los “buenos resultados” que ha dado hasta la fecha que la gestión de las cuotas se determine con arreglo a los consensos alcanzados con el sector, como es el caso del verdel.
Tampoco, ha recordado, se debe “pasar por alto” que ha sido el propio sector de la Cornisa el que ha roto los acuerdos adoptados por mayoría y ha solicitado la apertura de la pesquería.
Para la consejera es “evidente” que el Ministerio ha hecho un “magnífico trabajo en Bruselas”, que “no debe estropear ahora cayendo en la tentación de gestionar la cuota a espaldas al sector”.
Al sector pesquero le ha solicitado unidad en un momento “vital” como el actual, cuando se está intentando cerrar el Fondo Europeo de la Pesca hasta 2020 y “no pueden permitirse ninguna fuga en el criterio ni enfrentamientos gratuitos en los que todos salimos perdiendo”.
El Gobierno de Cantabria, ha señalado Martínez, ha trasladado al Ministerio y al sector que su objetivo principal es “preservar nuestro stock de bocarte de primavera”, dado que resulta “clave para mantener la renta de nuestras embarcaciones, garantizar los balances de nuestra industria conservera y reforzar nuestra marca de Calidad Controlada”.
“Bajo esa premisa, siempre hemos estado y vamos a estar a la cabeza de todas aquellas reivindicaciones que permitan preservar un recurso que es indispensable, pero sobre todo que posibiliten que nuestra gente pueda vivir de la mar. Ni un paso atrás en la defensa del sentido común”, ha concluido.
"La pesca irresponsable agotará la cuota de 2015 y cerrará el caladero"
Pescadores cántabros y vascos han alertado este sábado en Santander de que una pesca "irresponsable" de la anchoa llevará a acabar con la cuota prevista para la campaña de primavera de 2015 y podría provocar además que se agote la biomasa de bocarte y, en consecuencia, se tenga que cerrar otra vez el caladero del Cantábrico.
Así lo han avisado representantes de las cofradías de Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa, en una reunión que han celebrado en la capital cántabra y en la que han rechazado la decisión del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de reabrir de manera "transitoria y cautelar" la pesquería de la anchoa en el caladero del Cantábrico con una cantidad de 2.000 toneladas.
Miembros de organizaciones pesqueras de las citadas tres provincias han rechazado el acuerdo del Magrama, que les han comunicado "por teléfono" y que "traerá consecuencias", y han aprovechado el encuentro de urgencia celebrado en Santander para pedir la dimisión del secretario general de Pesca, Andrés Hermida.
Según ha explicado a Europa Press José Luis Bustillo, presidente de la federación de cofradías de Cantabria, si las 2.000 toneladas de pesca de anchoa acordadas ahora por el Ministerio con motivo de la reapertura transitoria del caladero se suman las consumidas en lo que va de campaña (comenzó el 1 de julio y a 25 de agosto habían capturado ya 2.000 toneladas de bocarte), del total de capturas permitidas hasta la próxima primavera (16.090 toneladas), quedarían unas 12.000 para la próxima primavera.
DESASTRE TOTAL
Se trata, por tanto, de una cantidad "insuficiente" para la pesquería, toda vez que es inferior a las 15.600 toneladas que se pescaron esta pasada primavera. "Un desastre total", según alertan los pescadores, para quienes si se inicia una "pesca irresponsable" puede "ocurrir" que no tengan "cuota" para pescar el próximo año, e incluso, si se autorizaran más capturas, se podría "agotar la biomasa", lo que provocaría el cierre del caladero.
"No queremos que ocurra y que esté cinco años cerrado otra vez", ha señalado Bustillo, que también ha reivindicado la necesidad de que haya una anchoa de "mejor calidad", que se pueda vender a "mayor precio".
En este sentido, ha lamentado que en las últimas semanas se ha estado vendiendo el bocarte a "50 céntimos el kilo", lo que ha tachado de "triste y vergonzoso", más si compara con los "tres o cinco euros" que se alcanzaron en la costera de primavera.