El PSOE acuerda la abstención por 139 votos contra 96 que mantienen el "no" a Rajoy
El cambio de postura es complejo. El temor a que Podemos culmine un posible sorpasso en otra cita con las urnas, principal causa de la abstención aprobada.
21-10-2016
Confiaban los fieles de Pedro Sánchez en que no habría ánimo de renovar la mesa que dirige el comité federal del PSOE, en la que había una mayoría de “sanchistas” que además siguen aferrados al no a Mariano Rajoy, “para no hacer más sangre” tras la dimisión de su líder y la fractura abierta en el partido. Pero nada más lejos de la realidad. El trascendental cónclave de los socialistas que certificará el giro del “no es no” a Rajoy a una abstención que desbloqueará su investidura como presidente del Gobierno, ha arrancado esta mañana, precisamente, aprobando la renovación de la mesa que ordenará el debate y la votación final.
El gallego José Blanco, veterano exministro y exvicesecretario general del PSOE, que fue mano derecha de José Luis Rodríguez Zapatero y actualmente es diputado en el Parlamento Europeo, ha sido designado así presidente del comité federal. Blanco pasó de ser el jefe de Pedro Sánchez en Ferraz, y su amigo en lo personal, a uno de sus principales críticos ante la “deriva” en que vio instalado al ya depuesto líder del PSOE.
La vicepresidenta de la mesa del comité federal es Carmen Madrid, secretaria general de la agrupación socialista de Bruselas. Y la tercera integrante de la mesa, como secretaria de actas, es la andaluza Mariola López.
La elección de la mesa del comité federal era el primer punto del orden del día, y algunos dirigentes del PSOE que arrimaron el hombro para derribar a Pedro Sánchez el pasado 1 de octubre habían defendido la imperiosa necesidad de renovar su composición antes que nada, como ya adelantó La Vanguardia. La mesa, como ya ocurrió en la última y convulsa cita del máximo órgano del partido entre congresos –que culminó con la dimisión de Sánchez y la designación de una gestora que lleva desde entonces las riendas del partido-, se componía de tres miembros que sumaban, y aquí estaba el problema, una mayoría que era fiel al depuesto líder del PSOE. Presidía la mesa Verónica Pérez, la líder de los socialistas sevillanos, muy afín a Susana Díaz, que se presentó el Ferraz al grito de “yo soy la única autoridad” al día siguiente de que la mitad de la ejecutiva de Sánchez dimitiera. Pero el vicepresidente era el vasco Rodolfo Ares, veterano dirigente que formó parte del equipo electoral de Pedro Sánchez en Ferraz. Y el tercer miembro de la mesa, como secretaria de actas, era la catalana Núria Marín, alcaldesa de l’Hospitalet. No hay que olvidar que el PSC, con Miquel Iceta a la cabeza, sigue aferrado al no a Rajoy, e incluso ha advertido que romperá la disciplina de voto en la sesión de investidura si el PSOE se abstiene como está previsto. Es por esto que dirigentes del PSC consideran que la renovación de la mesa del comité federal ha sido una “represalia” por su posición política.
EL DEBATE
Pedro Sánchez tenía claro que “no es no”. Quería impedir como fuera un nuevo gobierno liderado por el Partido Popular de Mariano Rajoy, pero ese empeño acabó por costarle el puesto. La marcha de Sánchez no hizo más que evidenciar la crisis interna del PSOE entre los que prefieren un “mal menor” como la abstención y lo que preferían explorar otras vías. Este domingo vuelven a reunirse los socialista en un comité federaldonde todo parece indicar que decidirán apostar por la abstención en la investidura de Rajoy, lo que no está tan claro es la fórmula que adoptarán: todo el grupo en bloque o sólo los once diputados necesarios.
El porqué de este cambio de postura es complejo. El temor a que Podemos culmine un posible sorpasso en otra cita con las urnas podría ser la principal causa. La opción de intentar un gobierno alternativo aglutinando a toda la izquierda quedó descartada por completo por la gestora, de ahí que la mayoría del partido considere un “mal menor” permitir la investidura de Rajoy.
La gestora presidida por Javier Fernándeztendrá ahora la difícil papeleta de calmar los ánimos entre los dos bandos e intentar que todo el PSOE llegue a un acuerdo. El reloj aprieta si lo que se quiere es evitar unas terceras elecciones que podrían castigarles. Si este domingo deciden finalmente dar su abstención a Rajoy, éste podría ser reelegido presidente el próximo fin de semana. Una decisión ‘in extremis’ donde el partido del puño y la rosa renunciaría definitivamente al “no es no”.
Este movimiento de última hora podría provocar algunas fugas. Al menos siete diputados del PSC y dos del PSOE de Baleares siguen fieles a la postura de Pedro Sánchez. Ni Miquel Iceta (Catalunya) ni Francina Armengol (Baleares) están dispuestos a permitir el gobierno del PP. También quedan otros “sanchistas” como Margarita Robles o Susana Sumelzo. Si el Comité Federál impone que se vote en bloque a la abstención, eso podría provocar que hubiera una decena de díscolos.
Mientras tanto los descontentos siguen aumentando. Este sábado centenares de personas se concentraron ante la sede del PSOE en Ferraz al grito de “no es no”. Ponían así de manifiesto que la fractura del partido aún no se ha superado y que entre los votantes hay desencantados.
Después del propio Pedro Sánchez, varios de sus fieles se han encargado de mantener vivo su espíritu del “no es no”. El que mejor representa esa idea es el líder reafirmado del PSC, Miquel Iceta. Su proclama contra Rajoy en la Fiesta de la Rosa abrió todos los informativos por la contundencia de sus palabras. “¡Queremos otra España Pedro! ¡Líbranos de Rajoy! ¡España no puede permitirse cuatro años más de PP, no, por Dios. (…) Mantente firme y aguanta las presiones. Estamos contigo, estamos al 100% a tu lado, eres nuestra esperanza”, gritaba Iceta jaleado por sus compañeros catalanes.
La mallorquina Francina Armengol ha sido la única presidenta autonómica del PSOE que se ha declarado abiertamente a la abstención. En su opinión, perderían credibilidad de cara a sus votantes si permiten el gobierno de Rajoy y por ello aboga por intentar un Ejecutivo alternativo o permitir que sean las bases del partido las que decidan la postura final. Armengol afeó a la gestora este viernes por no haber consultado a la militancia un “viraje histórico”, algo que ha provocado “un momento de alta decepción” en las asambleas locales.
Otro que ha cogido notoriedad en los últimos días es el alcalde socialista de Jun, José Antonio Rodríguez. El andaluz asegura haber logrado las firmas necesarias para forzar a la gestora socialista a convocar un Congreso extraordinario. Una acción que, de llevarse a cabo, obligaría a que fueran los militantes los que decidan qué votar en una investidura de Rajoy. Aunque el alcalde de Jun ha explicado hoy en RAC1 que en Ferraz no le atienden para que pueda ir a entregar las firmas.
El esperado cambio en la posición del PSOE permitirá poner fin a 10 meses de interinidad del Gobierno español después de dos elecciones generales -ganadas por el Partido Popular, pero sin mayoría absoluta- y dos investiduras fallidas, de Sánchez en marzo y Rajoy en septiembre.
Tras culminarse el cambio de postura, el rey Felipe VI recibirá lunes y martes a los representantes de los partidos para proponer un candidato a la presidencia, casi en el límite del plazo para formar gobierno antes de final de mes. El apretado calendario hace que el pleno de investidura tenga que celebrarse casi inmediatamente después, para que dé tiempo a que haya un debate y dos rondas de votación separadas por 48 horas, por lo que la votación definitiva sería el próximo fin de semana.
Aunque el PSOE permita la investidura, Rajoy y el Partido Popular tendrán la difícil tarea de gobernar en minoría, por lo que será clave potenciar su capacidad de negociación en el Congreso de los Diputados. La prioridad inmediata del futuro gobierno será sacar adelante unos nuevos presupuestos para el año 2017.