José Ramón Saiz presenta su libro sobre Liébana y la Reconquista en San Felices de Buelna
El escritor, Doctor en Periodismo y Académico de la Real Academia de Historia, José Ramón Saiz Fernández., presenta este viernes, a las 18 horas, en Tarriba (San Felices de Buelna) su libro sobre Alfonso y Hermesinda, reyes del siglo VIII, el primero hijo del Duque Pedro de Cantabria y ella hija de don Pelayo. Licenciado en Ciencias de la Información por la Complutense y sus años más vinculados al periodismo discurrieron en la etapa 1975-1982 como
redactor político del diario Pueblo, de Madrid, correspondiendo dichos
años a la muerte de Franco y los primeros pasos de la democracia. En
1982 fue nombrado consejero adjunto al presidente y de Relaciones
Institucionales en el primer gobierno de Cantabria.
OBRA: ALFONSO I Y HERMESINDA. Trece siglos de la Dinastía de Cantabria que surgió del Duque Pedro y Pelayo.
La presentaciín del acto correrá a cargo del concejal de Cultura, el también escritor Federico Crespo García-Bárcena.
RESUMEN DE LA OBRA. Este libro –continuidad de El Ducado de Cantabria– con el título Alfonso I y Hermesinda que coincide con el 73º Año Jubilar Lebaniego. Con el sumario “XIII siglos de la Dinastía de Cantabria que surgió del Duque Pedro y de Pelayo” parte de la
afirmación que hiciera en una de sus obras el historiador, archivero,
arqueólogo, filólogo y bibliotecario Bernardino Martín Minguez, que
nacido en la provincia de Palencia en 1849, falleció en el discurrir
del siglo XX: “Liébana, esta glorísima región, fue la primera en
alzarse contra los mahometanos. El primer grito de independencia,
dado entonces, a Liébana pertenecía. Pelayo había nacido allí y estaba en aquellas riscosas montañas”.
En este trabajo editorial de Ediciones Los Cántabros, se da cuenta
del matrimonio de Alfonso –hijo del duque Pedro de Cantabria- con
Hermesinda –hija de don Pelayo-, con el fin de sumar fuerzas para
combatir al invasor. Alfonso I el Católico que reinó entre 739 y 757,
amplió las fronteras y como gran guerrero hizo frente a los árabes.
Hermesinda, nacida en Cosgaya, fue hija del rey Pelayo, hermana del rey Favila, madre de Fruela I, tía de los monarcas Aurelio y Vermudo, suegra de Silo, madrastra de Mauregato y abuela de Alfonso II el Casto, el gran rey de la Reconquista que trasladó la capital a Oviedo después de que se estableciera la corte en Cangas de Onís, territorio de la Cantabri antigua, y Pravia. El filósofo Gustavo Bueno (1924-2016) afirmó que “más Alfonso no solo aportó su noble estirpe, sino también su espada”, además de destacar que el duque Pedro, con sus hijos Alfonso y Fruela, “fue tronco de reyes”, en línea con el informe de la Real Academia de Historia de 1916 que afirma que la Monarquía surgió en la indómita Cantabria.
El autor destaca en su trabajo que se cumplen, además, cien años del informe de la Real Academia de la Historia que, reunida en junta,
aprobó un informe, escasamente conocido, sobre el origen de la
Monarquía Española que señala que “Los orígenes de esta nueva dinastía deben buscarse en la indómita Cantabria…y el verdadero tronco de los antiguos Monarcas de la Reconquista fue Pedro, Duque de Cantabria”. El dictamen tiene fecha 4 de abril de 1916, siendo firmado y ratificado por los académicos José Ramón Mélida Alinari (1856-1933), Manuel Perez Villamil (1849-1917) y Gabriel Maura y Gamazo (1879-1963). El 7 de abril el dictamen fue aprobado por unanimidad de la junta de académicos de la Real Academia de la Historia.
El informe asume la práctica totalidad de las conclusiones recogidas
en la obra del historiador asturiano Armando Cotarelo, premiada por la institución académica, sobre el rey Alfonso III el Magno, descendiente directo del duque Pedro de Cantabria. Tras Pelayo y su hijo, Favila, los sucesivos reyes salieron del tronco familiar de los hijos del duque Pedro, Alfonso y Fruela, éste último no debe confundirse con Fruela I, hijo de Alfonso I el Católico y Hermesinda. Fruela, segundo hijo del duque Pedro, no fue rey pero sí algunos de sus descendiente directos, caso de los reyes Aurelio, Vermudo, Ramiro I, Ordoño I y, finalmente, Alfonso III, que fue el último monarca del llamado Reino de Asturias.
En general, la obra de José Ramón Saiz analiza la parte inicial de los
calificados por la Real Academia de Historia como los “siglos más
oscuros de la Edad Media”, un tiempo en el que “escasean los
documentos y abundan las fábulas, apareciendo a los ojos de la crítica como una nebulosa de la historia patria, confusa y copiosa
aglomeración de hechos políticos, militares y religiosos, de los
cuales debía salir una nueva sociedad ibérica y una vasta monarquía
cristina, asentadas sobre la tierra removida por siete siglos de
batallar contra el ímpetu y las devastaciones de las incesantes
irrupciones de las tribus musulmanas”.
El índice de la obra –publicada en la página 239- es el siguiente:
Introducción a cargo del autor; 1. El pueblo de los cántabros, su
territorio; 2. El “pacto” de Cosgaya; 3. Liébana, el refugio de
Pelayo; 4. Hermesinda y Alfonso: la alianza de Pelayo y de Pedro,
duque de Cantabria; 5. Reyes de la indómita Cantabria: el tronco
familiar del duque Pedro y, finalmente, 6. Beato de Liébana en la
cultura de su tiempo.