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José Ramón Saiz reclama que se descentralicen en Torrelavega instituciones de la autonomía

RECORDÓ que hace veinte años ya "presenté y defendí una proposición de ley en este objetivo, lo mismo que en la reforma del Estatuto de 1998; sin embargo, no se quiere dar a Torelavega esa mayoría de edad.

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29-11-2014

El escritor y académico José Ramón Saiz, coautor con Tomás Bustamante del libro Cien Años de la Cámara de Comercio de Torrelavega, intervino en el acto para reinvidicar para la entidad cameral su necesaria dimensión comarcal y que en Torrelavega se fije la sede de departamentos del Ejecutivo regional, tal y como "defendí en el Parlamento de Cantabria hace ya veinte años en una proposicion de ley y en la reforma del Estatuto de 1998 como ponente"; sin embargo, todo indica que "no hay voluntad de llevar a cabo este tipo de necesidades para la ciudad y la comarca con el fin de articular otras medidas y levantar el vuelo de una crisis que lo está arrasando todo". 

Hay un resumen como conclusión: se dice que la Historia juzga, evitemos que se nos condene (ante las próximas generaciones) por no hacer lo que nos exige las circunstancias actuales. Ante el presidente de Cantabria, alcaldesa, miembros del pleno cameral, expresidentes y decenas de personas que asistieron al acto, José Ramón saiz pronunció el siguiente discurso:

 

 TEXTO ÍNTEGRO.

En tiempos de tantos aprietos para las instituciones por actuaciones muchas veces no transparentes como los tiempos exigen e  imponen,  conviene decir que este libro –y es un ejemplo del que deben tomar nota las Administraciones Públicas- se sacó a concurso por esta institución centenaria.  Es decir, Tomás Bustamante y el que les habla no fuimos elegidos a dedo para trabajar en la investigación histórica que representa esta obra hecha realidad; optamos a un concurso y nuestra alternativa fue creíble y, por ello, elegida. Conviene comenzar, por tanto, con esta verdad que honra en transparencia a esta entidad centenaria.

 

Reflejada esta verdad de cuyo significado se debe tomar buena nota, permitidme comenzar con una defensa del valor de la lectura a propósito de este libro.

 

Ni hoy, ni mañana, ni nunca es imaginable un periodismo sin periódicos, ni una sociedad sana y libre que no los tenga. Lo único que puede acabar con el periódico es el mal periodismo.

Frente a una televisión muy discutida y unos medios decantados por intereses económicos, cobra más sentido que nunca defender el valor de la lectura al que os invitamos con la historia de esta institución que son y representan cien años de ciudad. De éxitos y crisis, de ilusiones y frustraciones, de caer y levantarse… todo ello para hacer ciudad, de crear o, intentar crear, el mejor Torrelavega.

 

En los sesenta largos años sobre los que me tocó investigar, analizar e interpretar, la evolución de nuestra ciudad y de España fue extraordinaria. Pasamos de la España de las cartillas de racionamiento y de la autarquía a la del desarrollismo; la de la vespa al seiscientos, la de la dictadura y el autoritarismo a la democracia y la libertad. De la intolerancia a la tolerancia. De la peseta al euro y, finalmente, de la pujanza industrial a una crisis que vemos día a día sin soluciones a medio plazo.

 

Aunque en esas seis décadas largas que me ha tocado investigar la Cámara ha sido servida por presidentes y plenos camerales que respondieron a distintos modelos y orientaciones, siempre destacaron, todos ellos,  por cumplir con los fines de una entidad como la que nos ocupa: defender y promocionar los intereses de los negocios comerciales e industriales. Pero también contribuir al mayor desarrollo de la ciudad en todos los órdenes.  Todas las propuestas pasaron por sus plenos y ocuparon a sus componentes. Como siempre las soluciones más ambiciosas llegaban, casi siempre, quince o veinte años después de plantearse.

 

 

 

No quiero salirme del guión que me puede corresponder en este acto como coautor de esta obra. Pero hablar de la Cámara es hablar de la ciudad y de todas las circunstancias, en este momento, que nos aprietan fuertemente

 

Ciudad y Cámara como reflejo de inquietudes y esperanzas, que saben de las dificultades que existen y que nos apremian. Hay nudos que no se desatan fácilmente aunque representen una necesidad cívica y social. 

 

Hace ya quince años, Cantabria aprobó un modelo comarcal y, sin embargo, a esta Cámara no se la deja expandirse con esa lógica proyección comarcal cuando han sido precisamente todos los municipios los que en base a su autonomía reconocida constitucionalmente han expresado esta petición.

 

El mismo nudo, más o menos, nos ata a la que por el momento aparece como estructura autonómica  administrativa inamovible, a pesar de que alternativas se han presentado: recuerdo que hace veinte años presenté y defendí en el Parlamento una proposición de ley para fijar la sede de algunas instituciones o departamento del Gobierno en esta ciudad, propuesta que también defendí como ponente de la reforma del Estatuto de 1998 con un texto alternativo al actual art. dos.

 

En ambas iniciativas –que comenté extensamente en este salón de actos en una conferencia organizada por el Grupo Quercus-, se prueba la necesidad de que siendo esta ciudad y su pueblo parte decisiva en la identidad cántabra, tenemos derecho a que aquí se establezcan sedes institucionales, como este mismo año ha indicado la Universidad de Cantabria en un extenso informe para esta Cámara. 

 

En todo caso, unidos todos en el objetivo de lograr el mejor Torrelavega, que a la vez representaba apostar por la mejor España, muchos han sido los torrelaveguenses que pasaron por esta institución y aportaron su ilusión a favor de la buena idea de Torrelavega, la buena idea de España. Porque, vivamos las dificultades que vivamos, que son muchas, pocas realidades merecen tanto la pena como la solidaria nación y ciudad que heredamos, que moldeamos y reconstruimos, y que -se oponga quien se oponga- transmitiremos a las siguientes generaciones.

 

Y de eso, de la necesaria y exigible lealtad a las nuevas generaciones, dieron prueba cuantos rigieron desde diversas tareas a esta entidad ya centenaria.

 

En las actuales circunstancias, vivimos momentos críticos en nuestra historia local. La industria se ha caído, el comercio se resiente gravemente,  y en general el emprendedor que trabaja se ve sometido a un claro pesimismo por lo que ve a su alrededor. Y, sin embargo, algo nos dice desde dentro que es momento de  fuerza, valentía y coraje para afrontar quizá uno de los momentos más delicados de nuestra historia, lleno de problemas, obstáculos y decepciones, pero también de voluntad de superación. Porque quien tropieza, quien cae, no debe ensimismarse en su caída, sino que ha de levantarse, ajustarse de nuevo y emprender con más ánimo el camino.


Debemos avanzar. Todos. Y no lo lograremos sin pasar por la incomodidad de hacer preguntas y buscar respuestas. Elaborando este trabajo, he aprendido que la más feroz contribución al desastre es el desánimo. No decaigamos.


Los que creemos en Torrelavega tenemos deberes y responsabilidades, no solo para nosotros mismos sino para las próximas generaciones.

 

El tiempo de la sociedad es ahora. Y para ese protagonismo  tenemos deberes. Los hay en los gobiernos y los hay en la sociedad. No olvidemos en esta apuesta –porque lo vivieron nuestros padres y abuelos- qué hace con los hombres justos la confrontación irracional.

 

Sobre Torrelavega y su futuro, que es lo que está en cuestión para los torrelaveguenses, permítanme añadir lo que sigue:

 

SE DICE QUE LA HISTORIA NOS JUZGA A TODOS, EVITEMOS QUE LA HISTORIA NOS CONDENE POR NO HACER LO QUE NOS EXIGE NUESTRA CIUDAD, Y POR EXTENSIÓN CANTABRIA Y ESPAÑA.

 

Muchas gracias.

PRESENCIA DE IGNACIO DIEGO

El presidente de Cantabria, Ignacio Diego, afirmó ayer que Torrelavega es uno de los sitios "más importantes" de la Cornisa Cantábrica para "invertir y crear riqueza y empleo", ya que tiene "tradición, cultura, empresariado, profesionales, nivel educativo y un comercio de los mejores" y, en palabras de presidente, ha de "tener también confianza en sus posibilidades y su futuro".

Diego expresó la necesidad de que desde la propia ciudad se hable "en positivo", no sólo con orgullo de historia, sino "sobre todo" con "orgullo de los proyectos de futuro".

El presidente se refirió a la "obligación compartida" por administraciones y la propia sociedad de "rentabilizar todo el potencial de Torrelavega y de sus vecinos", una ciudad "viva y con enormes posibilidades". Según dijo, la posición geográfica de la ciudad la hace "idónea para las actividades industriales, logísticas y de servicios de todo tipo" y, por tanto, sobre estas "fortalezas" hay que "trabajar con seriedad y credibilidad".

En este sentido, animó a los torrelaveguenses a mirar al futuro con optimismo", ya que hay "fundamentos e inversiones" para sobreponernos a la recesión y ahondar en "una recuperación que ya está en marcha" y que "pronto irá a muy bien ritmo".

Como ejemplo recordó que se está terminando la autovía con Solares y con Llanes; Madrid quedará a tres horas de tren gracias a la inversión en curso; hay  encima de la mesa hasta 64 millones de euros para hacer con el Ayuntamiento el soterramiento de FEVE y destacó los planes de empleo y ayudas industriales en la comarca del Besaya y la oferta de suelo industrial, que ha sido un éxito y está llenando el polígono de Tanos-Viérnoles. Además, recordó que pronto se instalará en la zona una nueva empresa, Funditech, que generará 30 puestos de trabajo.

Por otro lado, el presidente Diego señaló que la obra de La Camencita hace a Torrelavega la "capital del emprendimiento" y aludió a la reciente puesta en funcionamiento de las urgencias pediátricas en Sierrallana, a lo que seguirá este año una nueva unidad de Digestivo y otro gran edificio anexo al hospital.

El presidente de Cantabria realizó estas afirmaciones durante la presentación del libro conmemorativo de los cien años de la Cámara de Comercio e Industria de Torrelavega, un acto en el que han estado presentes la alcaldesa, Lidia Ruiz Salmón; el presidente de la Cámara, Antonio Fernández Rincón, y los autores de libro, José Ramón Sáiz y Tomás Bustamante.

En su intervención, el presidente Diego señaló que este se trata de "una biografía municipal llena de personas emprendedoras y con amor a su tierra", y una muestra de que la Cámara de Comercio es un importante referente para la economía de la ciudad.

Finalmente, mostró su reconocimiento a los autores del libro y también al "orgullo" que los torrelaveguenses tienen por su ciudad y por su historia. Asimismo, aseguró que tanto él como su Gobierno seguirán trabajando con esmero para contribuir al mejor futuro posible para Torrelavega.

El libro repasa la trayectoria de la entidad, desde su creación con la presidencia de Florencio Ceruti Castañeda, hasta el mandato de Antonio Fernández Rincón desde 2006, con un capitulo especial dedicado al centenario y al centro de Formación. La obra presenta dos partes diferenciadas del acontecer de la Cámara de Comercio e Industria en sus cien años de historia, con el análisis de numerosas fuentes documentales, especialmente las actas de los órganos de gobierno de la institución cameral. En la primera parte, desde el nacimiento de la Cámara hasta 1950,  Tomas Bustamante, profundiza en los orígenes con la actividad de los mercados de las ferias ganaderas y, en la segunda, José Ramón Saiz, aborda toda la etapa que discurre a partir de 1950 y hasta la nueva Ley de Cámaras aprobada en marzo de 2014, que introduce un nuevo escenario en la actuación de estas entidades.