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La magia de siete años y la que está por llegar

El pasado viernes para EL MUNDO CANTABRIA tuvo una magia especial, porque cumplió siete años. Desde el 27 de febrero de 2008, fueron 2.539 números del periódico en la calle.

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28-02-2015

Siete días de la semana, siete notas musicales, los siete mares, los siete arcángeles, los siete sacramentos, las siete vidas del gato, los siete enanitos... El número siete ha sido considerado un número perfecto, mágico, el que relaciona lo celestial con lo terrenal, y ha estado siempre presente en nuestra cultura y en nuestra tradiciones. Para EL MUNDO CANTABRIA tiene hoy una magia especial, porque cumplimos siete años. Desde el 27 de febrero de 2008, son, con el de hoy, 2.539 números del periódico en la calle. Todos y cada uno de ellos han supuesto el reflejo del compromiso de esta empresa periodística con Cantabria, con los cántabros, con la información. Y si hoy lo celebramos es por la satisfacción de haber cumplido los objetivos y por la ilusión de seguir haciéndolo en el futuro.

En estos siete años se han producido muchísimas noticias, algunas de ellas trascendentes, y una buena cantidad han visto la luz gracias al trabajo de los periodistas de este medio. Todo este recorrido ha sido en medio de una gran crisis económica que lo ha condicionado todo. Nacimos cuando la crisis estaba ya instalada en nuestra sociedad, aunque todavía no se citaba de forma oficial. Faltaban pocos días para que se pudiera nombrar la bicha también por parte de los gobernantes, porque fue el ministro Solbes al que se le escapó por primera vez la palabra después de las elecciones de marzo de 2008.

Nacimos con la crisis y hemos vivido con ella, sufriendo como lo ha hecho toda la sociedad, y empezando con ella a ver ahora la luz al final del túnel. Las cifras macroeconómicas nos trasladan ya esperanza y, poco a poco, esa esperanza comienza a convertirse en hechos. El número mágico que marca nuestra edad, nuestro tiempo de relación con los cántabros, está llamado a traer el milagro de la recuperación económica. Por supuesto, es una forma de hablar, porque en economía no hay milagros, sino muchos esfuerzos sumados para conseguir un resultado.

Comenzamos hace siete años con unas elecciones a los pocos días de nuestra salida a los quioscos, las que sirvieron a José Luis Rodríguez Zapatero para renovar su mandato. Hemos vivido luego otras también muy importantes, como las que en 2011 supusieron el cambio de Gobierno en Cantabria, con la mayoría absoluta de Ignacio Diego, y las que luego permitieron la llegada al poder en España de Mariano Rajoy.

Ahora, cuando celebramos nuestro cumpleaños, las convocatorias electorales marcan el calendario del presente año. Autonómicas y municipales en mayo, las andaluzas, las catalanas y, por último, las generales. La expectación que supone cualquier votación, ante la normal incertidumbre por el resultado, se incrementa en las próximas citas electorales por la irrupción de nuevos partidos políticos en el escenario político. Lo más llamativo es el auge de Podemos, una formación populista que ha crecido de forma sorprendente al calor de la indignación de muchos ciudadanos por la situación económica, política y social. El bipartidismo afronta un gran reto y de momento es señalado como perdedor. Los urnas tendrán la última palabra.

En Cantabria no son dos, sino tres, los partidos que en los últimos años se han repartido el poder en Cantabria. Las encuestas señalan que a partir del 24 de mayo serán cuatro las fuerzas políticas parlamentarias, con Podemos incluso como tercera fuerza, superando al PSOE. Si esta novedad hace más difícil hacer quinielas, la reducción de escaños, de 39 a 35, complica también los pronósticos. Sin embargo, tal y como publicábamos el pasado domingo, no hay tanta claridad en lo que se refiere a la pérdida de la mayoría absoluta actual de Ignacio Diego. El último sondeo deja a los populares a un escaño de la mayoría absoluta, que en el próximo parlamento se conseguirá con 18 diputados.

Para quienes seguimos con interés la información política, el momento es apasionante. El jaque a los partidos tradicionales es la expresión de un sentimiento de la ciudadanía, lo que habla bien de nuestra democracia. Lo preocupante es que esa inquietud, esa comprensible exigencia de cambio en las formas y en el fondo en los partidos políticos y en las instituciones se canalice de forma inadecuada e incluso peligrosa para nuestra estabilidad. Pase lo que pase, sin embargo, el error no estará en el electorado, sino en quienes no consigan un resultado adecuado. Los líderes políticos deben saber responder a las expectativas de la ciudadanía.

Cantabria ha tenido que realizar un esfuerzo especial en lo que a las cuentas públicas se refiere. La situación de la Administración agravó las consecuencias de la crisis económica. Hay que reconocer que se ha trabajado duro y que los ciudadanos hemos hecho un esfuerzo especial para conseguir enderezar el rumbo. Aunque en el rifirrafe electoral en el que ya estamos inmersos, nuestros políticos, de uno y otro signo, tenderán a la exageración, la sociedad no debería dejarse sumir en estados de ánimo extremos, ni la euforia ni lo contrario. El realismo es más aconsejable. Estamos saliendo de la crisis, hemos empezado a hacerlo, y nuestra economía crece, aunque todavía no al ritmo que deseamos. La mejora empieza a notarse entre la población, aunque aún tímidamente, pues los daños han sido elevados. Los parados comienzan a tener algo de esperanza al ver al fin una reducción de la lista de desempleados, aunque en muchos casos se trate todavía de trabajos temporales y poco remunerados.

Si algo hemos podido ratificar en estos siete años de existencia de EL MUNDO CANTABRIA, es que la tierra en la que vivimos está habitada por personas capaces de asumir los mayores retos y de soportar los tiempos difíciles. Y si algo tiene de mágica la cifra del siete, de nuestros siete años, es por eso, porque permite vislumbrar un futuro mejor. La magia para nosotros es que tras siete años de trabajo, de esfuerzo por informar y por contribuir en la medida de nuestras posibilidades al desarrollo de Cantabria, comprobamos que lo mejor está por llegar. Así que si estos siete años han sido muy satisfactorios, a partir de ahora van a ser mágicos. Disfrutaremos del futuro con todos los cántabros y, como siempre, agradeciendo el apoyo de los lectores y la confianza de los anunciantes.