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La Unión de Consumidores cuestiona que el Gobierno subvencione con diez millones de euros al Racing

La asociación pide al Gobierno que explique para qué necesitamos salvar a la empresa privada que gestiona el equipo, cuando la marca y el campo son públicos

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La Unión de Consumidores cuestiona que el Gobierno subvencione con diez millones de euros al Racing
23-04-2016

La Unión de Consumidores de Cantabria pide al Gobierno que justifique por qué los cántabros hemos de regalar otros diez millones de euros al Racing cuando la marca ‘Racing’ no corre peligro de desaparecer, puesto que es de propiedad pública, igual que el estadio que utiliza el club. Lo único que está en peligro –considera la asociación- es la supervivencia de la empresa que gestiona el equipo, una sociedad anónima deportiva, privada, con ánimo de lucro.

La pregunta que UCC traslada al Gobierno es para qué necesitamos los cántabros esa sociedad cuando la marca y el campo son nuestros. Por ello, argumenta que –con marca y estadio gratis- cualquiera podría formar un equipo para mantener vivo el Racing sin que nos cueste diez millones, máxime ahora que juega en categorías inferiores. Si los cántabros no necesitamos la subvención, Unión de Consumidores presume que la inyección de dinero público solo servirá para favorecer los intereses económicos de sus propietarios y de quienes la dirigen.

La asociación registrará el lunes un escrito para hacer llegar estas preguntas y reflexiones al Gobierno de Cantabria, que parece dispuesto a sucumbir al constante chantaje emocional de la directiva de una empresa privada que se autoproclama como la única posibilidad de salvación de la marca. Lo único que aporta la actual empresa es un equipo, y se comete el error de vincular el futuro del Racing a que lo gestione –con dinero público, eso sí- la actual sociedad deportiva.

Unión de Consumidores considera que en la situación de extrema necesidad de miles de familias cántabras, parados, autónomos y empresarios, resulta una inmoralidad regalar diez millones de euros a una empresa privada, cuando es notorio que hay otras prioridades más graves que atender. Además, las finanzas cántabras no se pueden permitir esos dispendios económicos.