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Pequeño estudio sobre los gentilicios

Real Academia de Lengua Española: 1) Dicho de un adjetivo o de un sustantivo: Que denota relación con un lugar geográfico. 2) Perteneciente o relativo a las gentes o naciones. 3) Perteneciente o relativo al linaje o familia.

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Pequeño estudio sobre los gentilicios
14-10-2020
Hace 34 años que vivo en el municipio de Cartes y siempre me he preguntado cuál sería el gentilicio de los naturales y vecinos del mismo. No tenían, o al menos yo no tenía conocimiento de que lo tuvieran. Así que llevado por la curiosidad hace casi diez años que me puse a indagar. Y es ahora que me animo a publicar mis investigaciones al respecto.

La Real Academia de Lengua Española nos dice lo siguiente sobre los gentilicios: 1) Dicho de un adjetivo o de un sustantivo: Que denota relación con un lugar geográfico. 2) Perteneciente o relativo a las gentes o naciones. 3) Perteneciente o relativo al linaje o familia. En realidad, gentilicio viene del latín gentilicium, que es como se llamaba al nomen, o segundo elemento del nombre de un varón, es decir era el nombre de la gens (linaje amplio al que un individuo pertenecía).

Como muchos nombres de pueblos en la antigüedad eran nombres de tribus o linajes, se acabó aplicando el término gentilicio, no exactamente al lugar de origen, sino a la comunidad humana de pertenencia. La definición más sencilla sobre la definición de gentilicio es la de los diccionarios generales: “Se aplica particularmente a los nombres y adjetivos que expresan naturaleza o nacionalidad; como andaluz, castellano o barcelonés”, dice el diccionario de María Moliner. Y en este sentido van dirigidas mis reflexiones sobre este asunto.

Para R. Almela Pérez, Catedrático de Lengua Española, jubilado, de la Universidad de Murcia, “los errores teóricos que circundan al grupo de los sufijos gentilicios son tres: 1) No forman un grupo lingüístico. 2) Como grupo “postulado” ni está incluido en ningún sistema ni incluye miembros exclusivos. 3) No está constituido con argumentos lingüísticos. (…) En consonancia, se puede afirmar que los gentilicios no constituyen un grupo primariamente lingüístico, sino un grupo originariamente “designativo”. El criterio que se adopta para identificar los “individuos” gentilicios no tiene nada que ver con los valores propios de la lengua: ni con el significado, ni con las funciones, ni con las formas.”

Hay varios gentilicios irregulares, pero la mayoría de gentilicios en español se forman con los sufijos -a, -aco, -aino, -ano, -ario, -eco, -ego, -enco, -eno, -ense, -eño, -eo, -ero, -es, -esco, -i, -iego, -ino, -isco, -ita, -o, -ol, -ota, y, finalmente, -uz.”

Los cuatro sufijos más frecuentes son –ano, –eño, –ense e –ino; entre esos cuatro suman un tercio del total de las formas sufijales de adjetivos gentilicios. Veamos unos ejemplos: A) El sufijo –ano (del latín –anus) tiene el sentido de origen, procedencia (guipuzcoano, murciano, veneciano, berciano…). B) el sufijo –ense (del latín –ensis) tiene el sentido de relación, pertenencia, propio de (almeriense, jiennense, ovetense…). C) el sufijo –eño (del latín –ineus), tiene el sentido de naturaleza (aguileño, albaceteño, madrileño…). D) el sufijo –ino (del latín -inus) tiene el sentido de origen (alicantino, bilbaíno, levantino…).
Existen otros sufijos de gentilicios menos frecuentes (-abro, -ache, -aro, -ica, -io, -ón, -ope, -uz …) y que voy a obviar porque entiendo que no pueden aplicarse al caso concreto de Cartes (nota 1), hoy localidad y municipio y que dicho sea de paso no tiene un nombre histórico conocido anterior al actual, tal y como sí ocurre, por ejemplo, con Egrabo, que en época romana era el nombre de la localidad cordobesa de Cabra (Qabra en época musulmana), y al natural de Cabra se le dice hoy “egabrense”. Es decir, hay localidades cuyos naturales reciben o pueden recibir uno, dos y más gentilicios, y en el caso de Cabra podría decirse que también lo serían “cabrense”, “cabreño” y “cabraíno”.
Como se puede comprobar más arriba, -(i)ego (del latín –ecus), que tiene sentido de relación, pertenencia, es otro de los sufijos empleados en los gentilicios, y en Cantabria tenemos varios de ellos, sin perjuicio de que existan o se usen otros para los naturales de un mismo lugar de los que a continuación cito. He podido recopilar los siguientes gentilicios, tanto de la tradición escrita como de la oral: lebaniego (Liébana), novaliego (Novales), martiniego (San Martín de Toranzo), purriego/poliego (Polaciones), masoniego (Lamasón), carmoniego (Carmona), asoniego (Asón), casariego (Casar y Casares), bolmiriego (Bolmir), Samaniego, (Sámano), Arceniego (Arce), pontoniego (Pontones), rasiniego (Rasines), borleñego (Borleña) aldeaniego (La Aldea, barrio de Los Corrales de Buelna), solariego (Solares), pasiego (Pas), taniego (Tanos), villariego/linariego (gentilicio y apodo de los naturales de Villar, Campoo de Suso), mijariego (Mijares), corraliego (Los Corrales de Buelna), bezaniego (Santa Cruz de Bezana), esaniego (Esanos), ramaliego (Ramales de la Victoria).

Incluso se podría incluir – a modo de anécdota- en este apartado bardaliego (hijo de naturaleza, o de padres solteros o viudos).
Fuera de Cantabria, en el norte de la provincia de Burgos, tenemos espinosiego (Espinosa de los Monteros), loriego (las Loras), valbezaniego (Valdebezana), pedrosiego (Pedrosa de Valdeporres).

En el Principado de Asturias tenemos cabraliego (Cabrales), tapiego (Tapia de Casariego), cabraniego (Cabranes), payariego (Payares), gozoniego (Gozón), naviego (Navia), eonaviego, (zona Eo-Navia), morciniego (Morcín), sanmartiego (San Martín de Oscos)…

En Galicia, zona oriental de la provincia de Lugo, tenemos barreirego (Barreiros), becerrego (Becerreá), Cervantego (Cervantes), cervego (Cervo), focego (Foz), cebreirego (Piedrafita del Cebrero)…

A modo de datos estadísticos, de entre la suma de todos los gentilicios anteriores hay un grupo, el más numeroso, que pertenece a un grupo de lugares -de un total de 44- que terminan en -es, -as, -os, (18); el segundo más numeroso es de las que finalizan en –ona, -ano/a, -ena, -eña (5); el tercer grupo es de las acabadas en –ia (4); un cuarto grupo de lo finalizados en –on y –osa, con dos cada uno, y finalmente otro grupo que finalizan en –ero y –ar, con uno y uno.

Así las cosas surge la siguiente cuestión: ¿Sería descabellado pensar que el sufijo gentilicio –(i)ego está más focalizado en Cantabria y zonas afines culturalmente (Asturias y este de Galicia principalmente) que en ninguna otro lugar de España? Y por otro lado: ¿Tiene ello algún significado y cabe relacionarlo con las lenguas habladas en estas zonas y que derivan del mismo tronco? No estoy en disposición de asegurar ni de negar nada al respecto, pues para ser sincero adolezco de no tener la necesaria preparación lingüística. Pero parece razonable pensar que sí.

Conclusión: Los gentilicios, como todos los sufijos son versátiles y flexibles. Es cierto que en determinados casos no hay una manera de ponerse de acuerdo a la hora de recoger el gentilicio más generalizado entre los vecinos de cada lugar, pues como ya he dicho a veces hay varios, mientras que en otras ocasiones no aparece ninguno que destaque. Por otra parte, no hay normas lingüísticas normalizadas al respecto.

Por consiguiente, en mi opinión podría existir un abanico de tres posibilidades para asignar el gentilicio de los naturales de Cartes, y que sería: cartense/cartiense, carteño y cartiego. Personalmente me quedo con cartiego, porque como dice un amigo mío, “es más nuestro, es más de aquí (de Cantabria).” Razón de peso a tener en cuenta, ciertamente.
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NOTAS

(1) Hasta el siglo XIX el concejo de Cartes estaba compuesto por la Villa de Cartes con sus anejos de La Barquera, Mijarojos, Bedicó y Santiago. En este mismo siglo, en su primera mitad, se fusionaron los concejos de Cohicillos (con sus barrios de Riocorvo, Yermo, Corral y San Miguel) y Cartes, y a finales del mismo siglo decimonónico, en su último cuarto, se anexionó a petición propia el pueblo de Mercadal con sus barrios de Bustillo y Sierra Elsa, entonces perteneciente al municipio de Reocín.
Foto: Vista parcial de Los Torreones sobre la calle Camino Real, símbolos de la villa de Cartes.