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Horas después de que el Ministerio de Hacienda hubiera ordenado la intervención de las cuentas de la Generalitat si en 48h el Govern no garantiza el cumplimiento de la ley y da marcha atrás en el llamado procés, el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió desde Cataluña que está dispuesto a llegar a donde sea para evitar que haya urnas el próximo 1 de octubre.

"Nos van a obligar a lo que no queremos llegar", sostuvo Rajoy para insistir en que el Gobierno será contundente si la Generalitat no cesa en sus actos encaminados a la celebración del referéndum de autodeterminación del 1-O. No obstante, no precisó si el ejecutivo baraja la aplicación del artículo 155 de la Constitución como vía de atribución de la autoridad en Cataluña.

Tras advertir de que se Junts Pel Sí y la CUP aprobaron las leyes de desconexión "saltándose todos los cauces democráticos" e incluso el propio reglamento del Parlament, Rajoy insistió en que "el estado de derecho funciona". Destacó la inmediata suspensión de las normas aprobadas por parte del Tribunal Constitucional; la imposición de querellas por parte de la Fiscalía, así como la orden directa de actuación a los Mossos y otras fuerzas policiales para que actuasen contra la consulta secesionista, y agradeció especialmente el papel de la Guardia Civil que esta misma tarde habría requisado hasta 100.000 carteles de la Generalitat "en defensa de la ley, la Constitución y los derechos de los ciudadanos, como es su obligación".

Rajoy aseguró que el Gobierno ha aprobado "esfuerzos muy importantes" para garantizar las finanzas de Cataluña con 69.000 millones del FLA destinados a sufragar la deuda, el déficit y los servicios públicos. "Los ciudadanos no tienen porqué pagar los errores de sus gobernantes", argumentó al hilo de su explicación sobre el nuevo mecanismo de control de pagos que se implementará si no hay marcha atrás por parte de los independentistas. "A partir de ahora los pagos de la Generalitat los hará el Gobierno de España", sentenció con los populares puestos en pie.

Para concluir su discurso, Rajoy insistió una vez más en que no habrá urnas el 1-O: "No habrá referéndum lo digo con la misma serenidad que firmeza, no lo habrá". Rajoy prometió actuar "en defensa de los ciudadanos, la ley las normas y los servicios públicos" e insistió en que "la ley no se puede liquidar así como así porque es imponer la ley de la fuerza". "Somos la mayoría, tenemos a nuestro favor la ley y al mundo (...) no tienen ningún apoyo fuera de aquí. Este disparate no se va a aprobar", sentenció.

Rajoy se manifestó así en su discurso de presidencia de la Junta Directiva del Partido Popular de Cataluña en el Hotel Grand Marina de Barcelona en la que participaron también el presidente del PPC, Xavier García Albiol, y la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, entre otros.

En los últimos días ha tenido mucho éxito en ámbitos catalanistas la supuesta noticia sobre que el Gobierno norteamericano había dado su validez al referéndum del 1 de octubre. Pero en realidad es un bulo construido a través de la tergiversación de unas declaraciones de la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, que desde luego no estuvo muy atinada a la hora de expresarse. Nauert es una periodista que trabajaba en 'ABC News' y que en abril fichó por Trump para servir en su Administración y desde entonces es muy discutida.

La miembro de la Administración Trump fue preguntada sobre esta cuestión nacionalista catalana, que ha llegado a todos los rincones de Occidente, y quiso dejar claro que era una "cuestión interna" de un Estado aliado al que respetaban, como es España. Pero una frase en concrto se aprovechó para retorcerla para uso y disfrute de los intereses independentistas: "Respetaremos y trabajaremos con cualquier gobierno o entidad que resulte de eso".

En seguida el tándem del poder catalán, compuesto por el president Puigdemont y el vicepresidente Junqueras, se lanzó a asegurar que hasta EEUU daba el 'ok' al referéndum, mientras que en Madrid no terminaban de dar su brazo a torcer hacia un gesto democrático como es el de su controvertido derecho a decidir.

Pero esto es lo que dijo Nauert realmente: "Bueno, creo que el referéndum desde el punto de vista de EE UU sería algo que es un asunto interno. No querríamos interferir en ese asunto interno, así que dejaremos que el Gobierno allí y la gente allí lo resuelvan, y trabajaremos con cualquier gobierno o entidad que resulte de eso". Y después, reconoció no estar muy al tanto de la actualidad política española: "No estoy personalmente familiarizada con lo que acaba de mencionar, así que rechazaré hablar de cualquier cosa con la que no estoy familiarizada en alguna parte. Pero en conjunto, vemos eso como un asunto interno del Gobierno en términos del referéndum".

Lo que omiten los nacionalistas es que también afirmó que EEUU quiere una "España fuerte y unida", pese al claro desatino al asegurar que trabajarían con el Estado resultante: España con Cataluña o la nueva república catalana nacida el 2 de octubre.

Noel Clay, otro portavoz del Departamento de Estado, precisó al diario 'El País' que las palabras de su compañera fueron tergiversadas y que su postura es clara: es una cuestión interna española y no interferirán nunca en el asunto pronunciándose a favor o en contra. Y afirmó que "sus declaraciones se sacaron algo de contexto".

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