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Reencuentro Martín Piñera-Julio Jiménez en el museo Vicente Trueba

Fue recibido por los por los exciclistas torrelaveguenses Martín Piñera y Adolfo Cruz, y otros amigos del ciclismo y admiradores, como Víctor Abascal Acebo y Agustín Marticorena y los hermanos Gándara de Liérganes, entre otros más

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Reencuentro Martín Piñera-Julio Jiménez en el museo Vicente Trueba
02-09-2016

Con motivo del paso de la Vuelta a España por Cantabria, e invitado por la Asociación Museo Vicente Trueba, el gran  ciclista español  -y mejor escalador-, con excelente palmarés en el Tour, en el Giro y en la Vuelta a España, aparte otros méritos deportivos, Julio Jiménez, apodado el Relojero de Ávila, visitó el miércoles pasado, día 31 de agosto, el Museo Vicente Trueba de Torrelavega, donde a las 20,00 h. fue recibido por el Alcalde de la ciudad, don José Manuel Cruz Viadero y por la Junta Directiva de la mencionada asociación, así como por los exciclistas torrelaveguenses Martín Piñera y Adolfo Cruz, y otros amigos del ciclismo y admiradores, como Víctor Abascal Acebo y Agustín Marticorena y los hermanos Gándara de Liérganes, entre otros más.

Acto en el que naturalmente se recordó a la Pulga de Torrelavega, Vicente Trueba, que llevó el nombre de  esta Ciudad y de La Montaña, hoy Cantabria, por todo el mundo, con sus portentosas hazañas y el papel que desempeñó como promotor en España del heroico deporte sobre dos ruedas, con tantos y tan buenos escaladores que ha proporcionado al ciclismo mundial, siendo uno de ellos Julio Jiménez.

Por otra parte se valoró y elogió lo importante que era para Torrelavega tener este santuario del ciclismo en el pabellón de su nombre,  donde se guarda y custodia lo más emblemático de la vida de tan excelso escalador y promotor no solo del ciclismo, sino también del deporte en general, lo que propició, sin duda, que al mencionado pabellón polideportivo se le designara en su día, primero, con el nombre de tan ilustre torrelaveguense y, más tarde, a la hora de aceptar el legado otorgado al Excmo. Ayuntamiento de Torrelavega por su viuda, doña Josefina Bedia Canales, y otros familiares, fue éste, precisamente, y no otro, el  considerado y tenido en cuenta como el lugar más idóneo para ubicar el Museo, como el mejor santuario donde guardar las esencias de todo lo que fue y representó el mítico Vicente Trueba.   

         Recibió Julio Jiménez, como homenaje, unos sentidos versos, obra de Conchita Gallego, así como el entrañable e inolvidable abrazo de su amigo y compañero Martín Piñera, entablándose entre ambos un interesantísimo  diálogo, en el que Martín resaltó la reciente victoria de David de la Cruz, en la actual 9ª etapa, en la que no sólo  entró el primero, sino que además se convirtió en líder de la general. Lo mismo que a él le había ocurrido en otra ocasión, explayándose a gusto de cómo ambos, Julio Jiménez y él, habían corrido con éxito la vuelta a Colombia, manifestando ambos que su director de equipo, Dalmacio Langarica, acostumbraba a lanzarlos juntos a las carreras, de forma que con Martín Piñera por delante y él a su rueda, nunca tuvieron problemas con los peligrosos abanicos, porque Martín, con su portentosa fuerza, siempre resistía en cabeza, sin importarle que fueran los casi dos centenares de kilómetros, desde la salida hasta el final de etapa, de modo que Martín le arropaba en lo mayor, hasta que él, finalmente, pudiera despegarse y combatir con los mejores competidores.  

         Seguidamente, el alcalde, José Manuel Cruz Viadero, congratulándose por la presencia de Julio Jiménez en Torrelavega y, concretamente, en el Museo Vicente Trueba, agradeció que tan importante ciclista y representante del deporte español nos acompañara en lugar tan emblemático, significando y poniendo de relieve todo lo que en su día representó para la afición española y concretamente para la juventud, de lo que él mismo participó, deseándole larga vida y lo mejor, obsequiándole en nombre suyo y en el de toda la Corporación, con un libro cántabro cuajado de muy buenas fotografías. Así mismo el homenajeado, por su parte, hizo entrega a la Asociación de una ponchera, con su correspondiente portaponchera, antigua, que él mismo había utilizado y de diversa reprografía.    

         Firmó Julio Jiménez en el libro de honor del Museo, manifestando él y otros que, a propósito de la conveniencia o no del traslado del Museo a otras dependencias, eran partidarios de la ya reiterada afirmación de que “las reliquias, en su santuario”. Es decir, que se mostraban contrarios a su eventual traslado.

         Finalmente, Víctor Abascal Acebo, en nombre de la Asociación, hizo entrega al homenajeado de un Diploma de reconocimiento y agradecimiento por su gentil visita al Museo

Julio Jiménez en la Vuelta a España a su paso por Cantabria

Llegado a Cantabria en la mañana del día 31 de agosto de 2016, acompañado de sus amigos el ciclista David Nava y un cámara, tras ser recibidos en Cartes por la Asociación Museo Vicente Trueba, presidida esta por Cipriano Higuera Abascal, y su secretario, Amado Zabala Santamría, tras breve visita al Museo, juntos se trasladan a Solares para ponerse en contacto con la organización de la Vuelta a España, y con otros miembros de la Asociación, contemplando la llegada de la Vuelta a Peña Cabarga, en medio de un mar de coches y miles de bicicletas a lo largo de toda la subida, en la recta de Heras.

         Finalizada la etapa, nos encaminamos al hotel Cueli, de donde el homenajeado con sus acompañantes se dirigen al Museo Vicente Trueba, donde  a las 20,00 h. Julio Jiménez fue objeto de una recepción por parte de amigos y simpatizantes y del homenaje que en agradecimiento por su visita al Museo le otorgaba la Asociación Museo Vicente Trueba, con la presencia del Alcalde de la ciudad, de los veteranos ciclistas Adolfo Cruz y Martín Piñera, y un nutrido grupo de amigos y simpatizantes del Ciclismo, con los hermanos Gándara de Liérganes, que siempre nos acompañan,

donde además de firmar en el libro de honor, fue obsequiado, por parte de la Corporación, con un libro y, por parte de la Asociación, con un poema alusivo a su persona y con un diploma, produciéndose un interesante y prolongado diálogo entre los presentes, que casi roza las dos horas.

         Bien pasadas las 21,30 h. nos trasladamos a la villa de Cartes, donde en la terraza del jardín de la Taberna Corocota repusimos fuerzas,  mientras Ángel Neila le obsequiaba con su libro sobre el palmarés y la vida de Vicente Trueba, hasta que, al filo de la media noche, levantábamos la mesa para dirigirnos al Hotel y descansar.

         A las 9,00 h. del uno de septiembre nos reencontrábamos en el hotel para emprender el día, dirigiéndonos más tarde a los Corrales de Buelna, de donde a las 12,30 partía la etapa hacia Bilbao. Un inmenso gentío, deambulando de una a otra parte por todo el centro de la localidad, asistía expectante, hasta que  a las 12 y35 minutos se ejecutó la salida. Nosotros, por nuestra parte, contactamos con el director de la Vuelta, Javier Gillén y su secretaria, Laura, con quienes, sabedores de antemano, de la presencia de Julio Jiménez, acordamos que éste estuviera presente y participara en el corte de la cinta de salida. Por otra parte, comprobábamos con alegría cómo nuestro homenajeado era continuamente saludado no sólo por ciclistas y gente dedicada al ciclismo, tanto desde quienes trabajan dentro de la organización de la Vuelta como de otras muchas personas. Señal evidente de que Julio Jiménez no sólo es conocido por mucha gente, sino que, además, es muy querido y apreciado por todos los que a él se acercaban, que fueron muchos, para saludarlo.

         Finalmente, al filo de las dos de la tarde nos recibía el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro Rábago, quien también había homenajeado, ocho años atrás,  a Guillermo Timoner,  cuando éste visitaba el Museo Vicente Trueba.  Julio Jiménez, tras firmar en el libro de honor del Ayuntamiento de Santillana, incluida la entrega momentánea del bastón de mando, recibía de manos del Sr. Alcalde una maqueta de la medieval villa de Santillana, así como un libro ilustrado de la misma, mientras a la pregunta de si el Alcalde de Santillana consideraba oportuno el traslado del Museo Vicente Trueba a las dependencias de la Sniace, denominadas complejo de Óscar Freire, éste respondía no sólo negativamente, sino que nos lanzó una contraoferta: él mismo se comprometía a ofertar un adecuado espacio en la mencionada villa de Santillana para albergar al mismo.

         De allí nos trasladamos al Refugio de Tanos, donde en animada, amigable y prolongada conversación repusimos fuerzas, y tras emotiva despedida por ambas partes, el homenajeado con sus amigos y, los representantes de la Asociación Museo Vicente Trueba, por otra, nos despedíamos con la certeza de que una nueva amistad se había generado entre ambas partes.