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Se cumplen treinta años de la llegada de Sultán al Centro de Inseminación de Sierrapando

Sultán había llegado a Barajas unos días antes en una jaula de madera alojada en la panza de un Jumbo de Iberia cargado de turistas, que invirtió unas seis horas en recorrer los 5.500 kilómetros entre Montreal (Canadá) y Madrid.

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Se cumplen treinta años de la llegada de Sultán al Centro de Inseminación de Sierrapando
27-04-2018

Llega el semental Sultán al Centro de Inseminación de Sierrapando

Torre La Vega, Siglo XX, tomo VIII, pp. 153-59, de José Ramón Saiz. Alerta y El Diario Montañés de 29 de abril.

A las ocho de la tarde del 28 de abril de 1988, llegó a Torrelavega el semental Puget Sound Sultán, un toro adquirido en Canadá por el Gobierno cántabro mediante el pago de un millón de dólares (unos 111 millones de pesetas). Recibido por el presidente  de la Comunidad Autónoma, Juan Hormaechea, acompañado de los veterinarios y técnicos del Centro de Selección y Reproducción Animal e Inseminación, deSierrapando, encabezados por Agustín González Álvarez, el ya famoso semental fue internado en un habitáculo de veintiséis metros cuadrados, además de someterle a media ración de alfalfa para que se recuperara del agotador desplazamiento transatlántico.

Sultán había llegado a Barajas unos día s antes en una jaula de madera alojada en la panza de un Jumbo de Iberia cargado de turistas, que invirtió unas seis horas en recorrer los 5.500 kilómetros entre Montreal (Canadá) y Madrid. Desde el aeropuerto madrileño el nuevo semental de lacomunidad cántabra llegó a Sierrapando –tras superar los trámites legales- en un gran transporte de ganado conducido con enorme s precauciones, dado el alto valor de la mercancía. 

Se trataba del semental más caro comprado jamás por Europa en América que contaba con dos títulos de excelente, al igual que sus progenitores. A los ojos de los entendidos, Sultán asombró a cuantos le vieron por primera vez porla expresión de su cabeza, su gran capacidad corporal, la impecable línea dorsolumbar y los excelentes aplomos y grupa. Con estos poderes no podía sorprender que muchos ganaderos -extasiados ante este monumento de la raza frisona de mil kilos de peso- exclamaran: "iJo, qué torón!" Esta fue la razón por la que el presidente cántabro, Juan Hormaechea, decidió adquirirle en su perseverante objetivo de mejorarla raza genética de la cabaña cántabra.