Diario Digital controlado por OJD

UPYD pide un plan de verdad para la enseñanza bilingüe en Cantabria

Responsabiliza a la Consejería de Educación de las importantes carencias de su fallido Plan de Enseñanza y Aprendizaje de Lenguas Extranjeras. Según el portavoz, “la Consejería de Educación ha empezado la casa por el tejado”.

Enviar a un amigo
UPYD pide un plan de verdad para la enseñanza bilingüe en Cantabria
28-02-2017

. En las últimas semanas la Consejería de Educación se ha visto en la obligación de paralizar la implantación del Plan de Enseñanza y Aprendizaje de Lenguas Extranjeras (PEALE) ante las protestas tanto de diferentes sindicatos como de grupos de docentes. Entre las principales carencias que estos colectivos reprochan a la Dirección General de Innovación y Centros Educativos, encargada de la elaboración del PEALE durante más de un año, destacan la falta de concreción tanto de medios económicos como humanos que se necesitan para llevarlo a cabo, así como la ineficiencia de las horas lectivas impartidas a los alumnos y la inexistente coordinación entre los centros educativos.

Ante esta situación, el portavoz de UPYD en Cantabria, Vicente Bengochea, indica que “el Gobierno de Cantabria ha vuelto a empezar la casa por el tejado” puesto que se ha elaborado un PEALE sin haber previsto “infinidad de factores y dificultades” que supone la educación en los centros bilingües de Cantabria. Por ejemplo, Bengochea apunta como injustificable que dicho plan “no contase con una memoria económica detallada” ni se especificase con claridad “su adaptación a la atención a la diversidad y a la Formación Profesional”. De igual modo, recuerda que la educación en centros bilingües debe “garantizar un nivel óptimo de conocimientos de los alumnos sin que el idioma se convierta en una dificultad añadida”.

Por ello, UPYD invita al Gobierno de Cantabria a dialogar con los centros de formación bilingües y la Junta de Personal Docente, así como fomentar la coordinación entre todos ellos en lugar de obstaculizarla, a fin de detectar puntos de mejora que posibiliten la implantación de la enseñanza bilingüe. Por  último, exige que los recursos económicos asignados sean suficientes para alcanzar los objetivos establecidos.