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Veinte fortunas españolas ganan al minuto lo que una familia en un año

El dato es de la oenegé Oxfam Intermón, que en su último informe lanza un grito desesperado sobre el incremento de la desigualdad en el mundo y sus devastadoras consecuencias

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30-10-2014

Algo más de 23.000 euros al minuto. Cada 60 segundos, las veinte grandes fortunas del país ganan en conjunto lo mismo que ingresa una familia española media en un año. El dato es de la oenegé Oxfam Intermón, que en su último informe lanza un grito desesperado sobre el incremento de la desigualdad en el mundo y sus devastadoras consecuencias, al ser un obstáculo para erradicar la pobreza e impulsar el crecimiento pero también la gasolina que aumenta la delincuencia, los conflictos bélicos y la corrupción política.

Un fenómeno de dimensión mundial. Y es que, en apenas seis años de crisis, el número de milmillonarios (aquellos que acumulan un patrimonio superior a los mil millones de dólares, unos 790 millones de euros) se ha duplicado, pasando de los 793 del 2008 a los 1.645 de este año, que atesoran el equivalente a cuatro veces el PIB español. Solo en el último año, las 85 personas más ricas del globo incrementaron su patrimonio en un 14 %, a razón de 530 millones de euros al día. Una «riqueza desmedida», a juicio de la oenegé, que calcula que si justo después de estallar la crisis se hubiese aplicado un impuesto del 1,5 % sobre la riqueza de los milmillonarios se podrían haber salvado 23 millones de vidas. Y que, si se hiciera hoy, se obtendrían recursos para garantizar la atención sanitaria y la escolarización en los 49 países más pobres.

Pero aunque los casos más extremos quedan relativamente lejos -la región más desigual del mundo sigue siendo América Latina, donde los más acaudalados acaparan casi la mitad de los ingresos-, España no es ajena a esta tendencia. Según los cálculos de la oenegé, que toma como base la lista Forbes y el informe de Credit Suisse sobre riqueza, el patrimonio de las tres mayores fortunas del país duplica de largo el del 20 % de la población, es decir, más de nueve millones de personas. Si se amplía el foco a los 20 más ricos -que ganaron 12.200 millones en dos años-, estos atesorarían tanto como 14 millones de pobres.

Fortunas que crecen solas y que no se podrían gastar en una vida. Oxfam calcula que si Bill Gates se liara un día la manta a la cabeza, vendiese todo su patrimonio y lo metiese debajo del colchón (porque en el banco, por muy rácano que fuese el director de su oficina, le rentaría más de tres millones de euros al día), tardaría 218 años en gastarlo. Más bien en dilapidarlo, porque tendría que ir a un ritmo de 800.000 euros al día.

Equilibrar

«La creciente desigualdad no es fruto del azar sino el resultado de políticas concretas que han desequilibrado la balanza y han permitido a unos pocos obtener beneficios que se incrementan día a día, mientras la mayoría de las personas pierden derechos, poder y oportunidades para prosperar. Estos altos niveles de desigualdad generan sociedades duales y poco cohesionadas», advierte José María Vera, director general de Oxfam Intermón.

Desde la oenegé recuerdan que España es actualmente el segundo país con más desigualdades de la Unión Europea y que la solución no vendrá con el repunte de la economía. «El crecimiento per se no crea sociedades más justas ni prósperas. Son necesarias políticas redistributivas que apuesten por reducir la desigualdad», insiste Vera, que reclama un sistema tributario más progresivo y aumentar la inversión en políticas públicas que garanticen la igualdad de oportunidades.

Oxfam pone como ejemplo los casos de Finlandia y Austria, países en los que la desigualdad en ingresos se reduce a la mitad «gracias a un sistema tributario progresivo y eficaz acompañado de un gasto social bien orientado». Mientras en España los impuestos y las transferencias sociales recortan en un 35 % las desigualdades provocadas por el libre mercado, en países como Perú o Bolivia el efecto redistributivo es mínimo.

Para cerrar esa brecha, la oenegé propone elevar los salarios mínimos, fijar topes de remuneración, tapar los agujeros que facilitan la evasión fiscal de las multinacionales y universalizar los servicios básicos.