Diario Digital controlado por OJD

Victoria de los partidos afines al PP en las legislativas de Portugal

La coalición de centro derecha de los partidos PSD y CDS liderada por el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, obtuvo la victoria en las elecciones legislativas celebradas ayer con el 36,8% de los votos, frente al 32,4% logrado por el opositor P

Enviar a un amigo
23-10-2015

 

LOS CONSERVADORES GANAN LAS ELECCIONES EN PORTUGAL PERO NO CONSIGUEN LA MAYORÍA ABSOLUTA

 

La coalición de centro derecha de los partidos PSD y CDS liderada por el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, obtuvo la victoria en las elecciones legislativas celebradas ayer con el 36,8% de los votos, frente al 32,4% logrado por el opositor Partido Socialista. Sin embargo, los conservadores no lograron mantener la mayoría absoluta conseguida en las pasadas elecciones y Coelho deberá gobernar con un Parlamento en el que son mayoría los diputados de los partidos de izquierda. El líder del PS, Antonio Costa, descartó anoche la posibilidad de buscar acuerdos con el Bloque de Esquerda, que logró el 10,2% de los votos, y la coalición formada por el Partido Comunista y Los Verdes, que sumó el 8,2% de los apoyos.

 

Pese a perder casi 600.000 de los 2,7 millones de votos logrados en las anteriores elecciones de 2001, los conservadores portugueses consiguieron ayer una victoria electoral que, según coinciden en señalar todos los diarios, supone un respaldo al Gobierno de Passos Coelho, pese haber tenido que aplicar durante la pasada legislatura severos ajustes y recortes económicos dictados por la troika. Los socialistas se mantienen como la segunda fuerza política de Portugal pese a haber sumado 1,7 millones de votos, casi 200.000 más que los en los comicios de hace cuatro años. El crecimiento más importante lo registró el marxista Bloque de Izquierda -hermanado en Europa con formaciones como la española Podemos y la griega Syriza-, que consiguió en torno a 550.000 votos, frente a los 289.000 de 2011. La coalición compuesta por el Partido Comunista y el ecologista Los Verdes subió, aunque de forma leve, hasta rondar los 450.000 apoyos.

 

Los diarios coinciden en que la victoria de los conservadores portugueses supone un respaldo al Gobierno de Coelho, pese haber tenido que aplicar durante la pasada legislatura severos ajustes y recortes económicos dictados por la troika. Coelho dijo anoche que interpreta "con mucha humildad" el resultado electoral y aseguró que los portugueses han dicho "con total claridad" en las urnas que quieren que el PSD y CDS gobiernen otros cuatro años.

 

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, felicitó anoche a Passos Coelho por su victoria electoral, a través de un mensaje publicado en la red social Twitter en el que se muestra convencido de que "los portugueses ganan" con el resultado de las urnas.

 

EL PAÍS 1, 3/EL MUNDO 1, 26/ABC 2, 28, 29/LA RAZÓN 1, 28, 29/LA VANGUARDIA 1, 3, 4/EL PERIÓDICO 1, 12, 13/CINCO DÍAS 2/EL ECONOMISTA 42/AGENCIAS

 

RECUENTO DE LOS VOTOS

La coalición conservadora 'Portugal a Frente', formada por los socialdemócratas y los democristianos ha ganado las elecciones. Con el 85,75 % escrutado, la coalición conservadora revalidaría su victoria con un 39,14 % de las papeletas, frente al 31,80% del principal grupo de la oposición, el socialista. Estos resultados les permiten soñar incluso con la mayoría absoluta, algo impensable en Portugal, hasta hace algunos días. Passos Coelho se convertiría así en el primer mandatario reelegido tras aplicar las recetas de la Troika.

Estos datos les permitiría hacerse con un arco de 108 a 116 diputados, lo que convierten al actual primer ministro en claro vencedor, muy por delante del Partido Socialista  que se queda con un porcentaje de papeletas de entre el 30 y el 35%, traducidas en 80 a 88 escaños.

Y eso que Passos Coelho ha sido el alumno aventajado de la Troika, aplicando sus recetas con una dureza que ha repercutido en los ciudadanos. En cuatro años, los portugueses han sufrido un retroceso en su calidad de vida de una década. Ha aumentado el desempleo,  más de 500.000 portugueses han tenido que emigrar, la tasa de pobreza ronda el 25% y más de un millón de portugueses vive con el sueldo mínimo de 505 euros.

El portavoz del PSD afirmó anoche que se trataba de una "gran victoria" obtenida gracias a una "enorme movilización de los ciudadanos". La abstención se redujo en comparación con elecciones anteriores. Además, desde el PSD aseguraban que estos resultados permiten «garantizar las condiciones necesarias para conseguir un Gobierno estable» para los próximos cuatro años.

De forma muy diferente se recibían estos primeros resultados en la sede del Partido Socialista. Desde allí, el portavoz de la organización felicitaba a los portugueses por su gran participación y decía que aunque "el PS no ha logrado alcanzar sus objetivos, que eran conseguir una mayoría parlamentaria", también consideraban que "en estos momentos ninguna de las candidaturas ha alcanzado la mayoría absoluta".

Ana Gomes, eurodiputada socialista, se mostró «impactada» y afirmó que «más que una victoria de los conservadores se trata de una derrota del Partido Socialista». Durante la campaña electoral, Antonio Costa, ex alcalde de Lisboa, pidió insistentemente a portugueses que confiasen en la "alternativa socialista" frente la «política de austeridad de Passos Coelho».

Sin embargo, los primeros resultados de anoche demostraban que Costa no ha conseguido convencer al electorado. Para la veterana socialista Helena Roseta, no es un fracaso personal, sino de "toda la izquierda" porque según ella "no han sabido sentarse a la misma mesa para dialogar". Lo contrario a lo que hicieron Socialdemócratas y Democristianos, que optaron por presentarse en coalición precisamente para transmitir a los portugueses la idea de "unión y de estabilidad política". El propio Paulo Portas dijo en campaña que más valía "pájaro en mano que cientos volando". Durante la campaña, ése ha sido el principal discurso de la coalición: pedir a los portugueses que no tirasen por la borda todos los sacrificios hechos a lo largo de los últimos cuatro años.

Ahora, Passos Coelho ha prometido que es el momento del crecimiento y estos resultados muestran que los portugueses han preferido apostar por lo conocido antes que regresar al "pasado socialista". Antonio Costa ya fue ministro de José Sócrates y sobre él ha pesado la herencia dejada por el anterior primer ministro, que fue quien tuvo que pedir el rescate financiero y además es sospechoso en un escándalo de corrupción.

"Tenemos que presentar nuevas soluciones, solo con un cambio de rumbo podremos volver a la lucha política", afirmó la socialista Helena Roseta. Para ella, la clave está en la convergencia de la izquierda fracturada. Mientras los dos únicos partidos conservadores han hecho piña en las elecciones y podrán volver a gobernar, el resto del Parlamento estará compuesto por partidos de izquierda: socialistas (30-35%), Comunistas (7-9%), Bloco de Esquerda (8-11%) y el recién creado Partido Livre del eurodiputado Rui Tavares, que ha conseguido colarse en el Parlamento con un diputado. Anoche, afirmaba que "quien gobierno a partir de hoy tendrá la responsabilidad de resolver los problemas de Portugal".

A VOTAR

Los más de nueve millones de ciudadanos lusos llamados hoy a las urnas acuden a la cita electoral sin apenas alternativas, ya que el Gobierno en Portugal sigue siendo cosa de dos: o la coalición conservadora que aplicó draconianas medidas de ajuste durante los últimos cuatro años o un Partido Socialista (PS) que terminó su mandato en el 2011 con una petición de rescate financiero que provocó la llegada de la troika al país.

La mayoría de encuestas reflejan una notable recuperación de la candidatura liderada por el actual primer ministro, Pedro Passos Coelho, que ha pasado en cuestión de meses de no tener apenas opciones a encabezar los sondeos, aunque perdería la mayoría absoluta de la que hasta ahora ha disfrutado. Una evolución contraria a la de António Costa, que ha visto ir menguando su ventaja desde que fuera nombrado oficialmente líder del PS.

De hecho, los sondeos apuntaban al empate técnico hasta hace solo una semana, pero Costa parece haber perdido apoyos en el tramo final de la campaña. Pese a restar importancia a los resultados de las encuestas, los socialistas no dudaron en apelar al voto útil entre los votantes de izquierda como último recurso para intentar regresar al poder.

CRÍTICOS

Por esa fracción del electorado compite con el Partido Comunista y el marxista Bloque de Izquierda, dos grupos con presencia en el Parlamento que confían en mejorar sus resultados tras una legislatura marcada por la austeridad. Sin embargo, ambos son históricamente muy críticos con los socialistas, lo que dificulta cualquier tipo de pacto postelectoral.

Al contrario que otros países como España y Grecia, en Portugal las formaciones alternativas surgidas al calor del movimiento de los «indignados» apenas tienen peso y tienen difícil siquiera lograr un escaño.

Desde Agir («Actuar» en portugués, que pretende evocar a Podemos) hasta Nós, Cidadãos (el equivalente a Ciudadanos), pasando por el partido del populista António Marinho e Pinto o por Livre, de tendencia socialista. Todos ellos son de reciente creación y adolecen de estructura para consolidarse como una opción clave en la formación de Gobierno de cara a estas elecciones.

Una de las notas más destacadas de la campaña electoral fue la falta de referencias a los escándalos que han azotado al país en el último año. El encarcelamiento del exprimer ministro José Sócrates por un caso de corrupción y el desplome sufrido por el Grupo Espírito Santo no fueron protagonistas de la discusión entre los dos principales candidatos, contra todo pronóstico.

PRISIÓN DOMICILIARIA

Sócrates, jefe del Ejecutivo socialista entre el 2005 y el 2011, abandonó el centro penitenciario de Évora y pasó a prisión domiciliaria a principios de septiembre, pero su caso apenas ha sido utilizado en el debate entre partidos.

La caída en desgracia de los Espírito Santo -clan que era dueño del mayor emporio empresarial del país y con importantes conexiones en las altas esferas- también ha pasado sin pena ni gloria, con la única excepción de las continuas manifestaciones convocadas por los pequeños inversores que perdieron su dinero al apostar por instrumentos financieros del grupo.